Back Stage

La huelga general deja “persianas a medias” en el comercio de moda

Custodio Pareja. Barcelona / Alex Montera. Madrid

29 mar 2012 - 16:11

Como si de una estampida se tratara, las tiendas de moda se han visto obligadas a cerrar sus puertas al paso de los piquetes. Persianas abiertas hasta la mitad, dependientes en la calle asombrados y guardias de seguridad en cada una de las puertas. La huelga general ha obligado a las cadenas de moda españolas a cerrar sus puertas, intermitentemente, durante la mañana.

 

En el centro de Barcelona se respiraba un cierto aire de preocupación. Los piquetes se ensañaban con los establecimientos que permanecían abiertos a su paso. La cadena de moda Blanco ha tenido que cerrar sus puertas (con clientes dentro) al grito de unos manifestantes que les avisaban de que hoy “no se trabaja”.

 

Todas las cadenas del gigante gallego mantenían sus persianas bajadas a la mitad. Todas excepto Zara, que ha permanecido con las persianas bajadas durante toda la mañana. “Estamos atentos a la calle, ya que si vienen los piquetes tenemos que cerrar nuestras persianas”, asegura una dependienta de Stradivarius.

 

Massimo Dutti, Oysho, Bershka, Stradivarius y Uterqüe. Cada una de ellas tenía en su puerta a un guarda de seguridad y un dependiente, invitando a sus consumidores a entrar a comprar y avisándoles, como en la anterior huelga general, de que si se quedaban encerrados dentro de la tienda a causa del paso de los piquetes podrían salir por la puerta de emergencia.

 

Cordón policial en El Corte Inglés

 

Al contrario que las demás empresas de moda, que han sufrido la huelga de una manera moderada y discreta, los grandes almacenes El Corte Inglés han tenido que utilizar servicios policiales para evitar que los huelguista invadieran sus establecimientos.

 

En el edificio que la compañía posee en la Plaza de Cataluña de Barcelona, los empleados han tenido que acceder a él por la entrada que posee el centro en el aparcamiento para evitar enfrentamientos entre los empleados que no se han unido a la huelga y los manifestantes.

 

El punto de venta que la compañía posee a cien metros de Plaza Cataluña, especializado en el negocio multimarca, se mantenía abierto con normalidad. Dentro del establecimiento, los turistas, ajenos a esta huelga, realizaban sus compras con total normalidad. La puerta estaba vigilada por dos guardias de seguridad y la encargada de la tienda, que ha asegurado seguir la misma técnica que los demás comercios y cerrar las puertas de su punto de venta cuando pasaban los piquetes.

 

El paisaje comercial en Barcelona cambiaba según la hora. A las once de la mañana, en pleno apogeo de la huelga general, todas las calles comerciales permanecían casi vacías. Desigual, Mango, Hakei y la británica Top Shop, por ejemplo, tenían sus persianas bajadas. Los empleados miraban desde dentro de las tiendas. “La verdad es que ya no nos asombra, está pasando lo mismo que en la anterior huelga general pero se está viendo mucha menos participación y menos vandalismo”, asegura uno de los empleados.

 

Madrid: de la rebelión de Gran vía a la tranquilidad de Preciados

 

En Madrid los efectos de la huelga general son muy distintos entre las calles Preciados y Gran Vía. Mientras en Preciados todas las tiendas permanecen abiertas con absoluta normalidad, en Gran Vía la mayoría de los comercios de las principales cadenas de distribución tienen la persiana bajada a medias y los escaparates repletos de pegatinas y pintadas sobre la huelga.

 

¿El motivo? Desde primera hora de la mañana, hay un amplísimo despliegue policial en los alrededores de Preciados, mientras que en Gran Vía todo lo contrario. Es decir, los piquetes de los sindicatos han andado casi por su anchas por Gran Vía, mientras que en Preciados la Policía les ha cortado el paso.

 

La diferencia entre ambas calles es muy evidente a simple vista. La principal arteria comercial de Madrid tiene menos transeúntes que de costumbre pero los comercios (como Zara, H&M, y Mango) están abiertos como un día cualquiera. Además, apenas hay pegatinas de la huelga en los escaparates ni en la acera.

 

En Gran Vía, en cambio, el ambiente es totalmente opuesto: un tanto fantasmagórico. Las aceras están absolutamente repletas de panfletos de los sindicatos y no hay ni un solo escaparate ni fachada de edificio que no tenga decenas de pegatinas de la huelga.

 

Además, numerosos escaparates tienen pintadas, como el de H&M en el que se lee “Toma la huelga” o el de Springfield, “Defiende tus derechos”.  Por ejemplo, los locales de H&M, Mango o Lefties tienen la persiana medio bajada pero operan con normalidad, mientras que Zara tiene la persiana totalmente subida. De entre las grandes firmas presentes en Gran Vía, Custo Barcelona es la única que tenía este mediodía su comercio completamente cerrado.