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¿Juegan limpio las marcas de los JJOO de Londres 2012?

S. Riera

9 may 2012 - 04:53

Las fábricas en Asia que producen para Adidas, New Balance, North Face, Columbia Sportswear, Next, Nike, Speedo y Ann Taylor no cumplen con los estándares laborales internacionales. Así lo afirma un estudio de la International Textile, Garment and Leather Workers’ Federation (Itglwf), que desvela contratos que evitan beneficios sociales, salarios por día, jornadas de más de 60 horas semanales y viviendas anexas al lugar de trabajo en las que la empresa cobra alquiler.

 

El informe, que impulsa la campaña Play Fair, documenta las condiciones de los trabajadores que fabrican ropa deportiva, prendas y otros artículos textiles para los Juegos Olímpicos de 2012. Sus autores entrevistaron un total de 175 empleados entre octubre y diciembre de 2011 de fábricas que producen para marcas líderes del sportswear. De entre todas estas marcas, los autores del estudio han elegido en particular a Adidas, por ser el principal patrocinador de los Juegos Olímpicos, y Next, por ser el proveedor de los uniformes oficiales.

 

Del estudio se desprende que los trabajadores tienen contratos a corto plazo para ahorrar en ciertos beneficios sociales, como pensiones, bajas por enfermedad y por maternidad. El informe subraya que en algunas fábricas se paga por día y que, aún así, la suma mensual no alcanza para cubrir las necesidades básicas. Los autores también denuncian que en algunas fábricas se cambian los horarios y los turnos sin previo aviso, que son habituales las jornadas de diez horas y que, en muchos casos, se superan las 60 horas semanales.

 

El informe también denuncia que en las diez fábricas estudiadas en ninguna se reconoce la unión sindical ni ninguna otra asociación de los trabajadores. Por último, acusa en concreto a un taller de confección de Guangzhou de tener taburetes en vez de sillas, lo que provoca fuertes dolores de espalda a las trabajadoras, y de tener a sus empleados durmiendo en la misma fábrica, en literas y a los que cobra parte de su salario para cubrir los costes del alquiler de la habitación, la luz, el agua y la comida.

 

Los autores del informe quieren denunciar que “lejos del glamour de los Juegos”, los hombres y las mujeres que fabrican la ropa y el calzado que llevarán los atletas, las prendas oficiales y los artículos para su promoción, trabajan largas jornadas, sueldos bajos y en condiciones precarias. Recuerdan que el lema del Comité Olímpico Internacional (COI) es “promocionar la ética en el deporte” y que, desde 2003, a través de la campaña Play Fair, tratan de ampliarlo a las condiciones laborales de los trabajadores.

 

Por primera vez, el comité encargado de la organización de los Juegos Olímpicos en Londres (Locog, en sus siglas en inglés) ha dado un paso más en esta línea y ha creado un código de conducta en base a los estándares internacionales en materia laboral, el Ethical Trading Initiative (ETI). También ha desarrollado una herramienta que de voz a las quejas de los trabajadores en caso de que vean violados sus derechos.

 

Además, el Locog se ha comprometido a publicar los nombres y las localizaciones de las fábricas que producen artículos para los Juegos y a difundir entre los trabajadores de estas fábricas cuáles son sus derechos.

 

La campaña Fair Play, que inició su andadura en los 90, está impulsada por las uniones sindicales globales, como son International Trade Union Confederation (ITUC), International Textile, Garment and Leather Workers’ Federation (ITGLWF), Clean Clothes Campaign (CCC) y Building and Wood Workers’ International (BWI).

 

El objetivo de la campaña es utilizar el poder de comunicación que genera unos Juegos Olímpicos para denunciar las condiciones de trabajo de los empleados en las fábricas textiles del sudeste asiático. Sus impulsores aseguran que durante una década, el COI ignoró sus demandas y que no fue hasta los Juegos Olímpicos de 2004 en Atenas cuando empezaron a colaborar.