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Juanjo Oliva: “La moda nunca ha sido un interés de primer orden para los españoles”

Creativos, empresarios y representantes institucionales se dieron cita ayer en Barcelona en un nuevo encuentro impulsado por la Asociación Creadores de Moda de España (Acme).

Iria P. Gestal

11 oct 2019 - 04:39

Juanjo Oliva: “La moda nunca ha sido un interés de primer orden para los españoles”

 

 

A los diseñadores les falta dinero, y a los clientes les falta interés. Así podrían resumirse dos de las principales barreras a las que se enfrentan los creadores de moda en España, que se reunieron ayer en Barcelona en un encuentro sectorial impulsado por la Asociación Creadores de Moda de España (Acme).

 

“La moda nunca ha sido un interés de primer orden para los españoles -aseguró Juanjo Oliva-; pero es que además ahora el contexto es diferente: no podemos vender vestidos maravillosos si sólo te los puedes poner para una boda”, defendió el creativo. “No podemos estar a todo, tenemos que saber qué cliente tenemos que buscar”, añadió.

Yolanda Pérez, cofundadora y directora creativa de Yolancris, coincidió en el diagnóstico.

 

“Los gustos de las nuevas generaciones han cambiado, no les interesa tanto cómo está hecho el producto, sino la satisfacción de poderlo comprar cómo y cuándo ellos quieran; si no eres capaz de cubrir esa necesidad, no puedes dirigirte al cliente joven”, aseguró. “Intentar abarcar todo el abanico es muy complicado, la solución está en intentar especializarse en algo”, añadió Pérez.

 

 

 

 

Los participantes han coincidido en la brecha que existe entre los diseñadores españoles y extranjeros. “España es líder en pronto moda, pero en la moda media y media-alta no hemos conseguido triunfar más allá de nuestras fronteras, no digamos ya en lujo”, apuntó Lluis Sans, propietario del histórico multimarca Barcelonés Santa Eulalia.

 

“Las marcas de Italia o Francia, exportan el 80%, dependen del consumidor mundial, y ahí hay muchas oportunidades: fuera, las cosas hierven, aquí están congeladas”, sostuvo el empresario. Núria Sardá, en cambio, recordó que el cambio en los hábitos de consumo es global “Europa también está muy tocada, la forma de comprar está cambiando en todo el mundo”, defendió.

 

Esther Maria Laruccia, directora general de Valmont Barcelona Bridal Fashion Week, recordó que España tiene a su favor su músculo turístico. “Comprar es parte de la experiencia, los turista llegan y hacen cola frente a las tiendas”, defendió. “En Barcelona hay cola en Chanel y en Zara, pero no hay hueco para la gama media”, respondió Olga Mechén, directora creativa de Menchén Tomàs.

 

 

 

 

Por su parte, Maite Muñoz, de Lebor Gabala, recordó que, en España, “los diseñadores han ido por un lado y la industria, por otro: aquí ha faltado unión desde hace siglos”. Ese difícil acceso a la financiación ha impedido, a juicio de algunos de los participantes, que los diseñadores españoles crecieran en el extranjero.

 

“La tienda multimarca está desapareciendo; los franceses e italianos crecieron fuera con tiendas; hoy, cualquier marca que nazca debería tener una”, defendió Pep Generó, presidente de Modacc. “El problema es encontrar financiación”, apostilló Pérez.

 

“No se puede ser pobre en el negocio de la moda”, sentenció Maite Casademunt, consejera delegada de Lola Casademunt. “El que no tiene capital se tiene que gestionar con estructuras muy pequeñas, o sino tienes los días contados”, apostilló.

 

En este sentido, Lluís Sans defendió que, a la hora de comprar una marca en Santa Eulalia, valoran que esta tenga ya una gran repercusión, poniendo como ejemplo a firmas como Off White o Jacquemus. “Cuando tienes éxito, el resto llega sólo”.

Edgar Mayo, de Sonia Carrasco, opinó que uno de los problemas es que “en España los diseñadores son muy celosos de su privacidad”. “Jacquemus es un influencer, tenemos que acostumbrarnos a compartir”, defendió.

 

Algunos de los participantes también apuntaron que falta creatividad. “Damos por hecho qeu aquí hay mucho talento, pero no hay tanto”, opinó Ángel Villa, de Brain&Beast. “Seguro que hay talento en España, pero se tiene que adaptar; no se puede seguir haciendo lo mismo que hace quince años”, apuntó José Gabriel Martí, de Insieme.

 

 

Velocidad y relato

Otro de los factores más repetidos por los asistentes fue la necesidad de crear un relato y adaptarse a los nuevos ritmos del sector. “El diseñador tiene un relato diferente al que tiene la gran empresa y el fast fashion y tiene que explotarlo”, aseguró Muntsa Vilalta, directora general de Comerç del departamento de Empresa i Coneixement de la Generalitat de Catalunya.

 

“La gente hoy tiene de todo, o creas una emoción o no generas una venta”, coincidió Casademunt. “Los jóvenes están asaltados por un montón de información y la moda es sólo una más, pero creo que con el auge de la sostenibilidad tenemos una gran oportunidad”, apuntó, por su parte, Beatriz González Cristóbal, consejera de Tous.

 

“El consumidor quiere inputs nuevos todo el rato”, defendió Esther García, directora artística de Esma producciones. “Lo veo en Instagram y lo compro, esa es la fórmula de enganchar la venta”, apuntó.

 

 

 

 

Sin embargo, Marta Coca, responsable del Área de Moda del Consorci de Comerç, Artesania i Moda de Catalunya, apuntó que ese proceso de inmediatez implica “una transformación digital para la que creo que no estamos preparados, porque no tenemos los perfiles ni el acceso a la financiación para hacerlo”.

 

“Operar online es otro tipo de empresa, es otro modelo; que sepas vender vestidos en una tienda no significa que vayas a saber hacerlo también online”, defendió Juanjo Oliva. David García, secretario general de Modacc, apostilló además que “hay muy pocas compañías que ganan dinero online”.

 

“Estamos ante un cambio de paradigma; nada de lo de antes funciona y lo de ahora, tampoco; el reto es enorme y la única forma de afrontarlo es mediante la cooperación”.