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Juan Perán, el cortador con alma de empresario

Perán se formó como cortador en fábricas de calzado y en 1974 puso en marcha su propia empresa, que terminó dando lugar a Pikolinos. Carismático y humilde, desde 2016 esta fuera de la primera línea.

Pilar Riaño

29 jul 2020 - 04:54

Pese a que su primera experiencia laboral fue como pastor de un rebaño de ovejas, Juan Perán Ramos observó, aprendió y ejecutó. Tras formarse como cortador en fábricas de calzado de Elche, en 1974 puso en marcha su propia empresa, que terminó dando lugar a Pikolinos, uno de los principales grupos de calzado de España. Carismático y humilde, Perán se retiró en 2016 de la primera línea de decisión y hoy dedica su tiempo a familia y amigos. Juan Perán, el cortador con alma de empresario

 

Agricultura de cereales y almendros, ganadería y un poco de artesanía textil. Esta es la actividad económica de Torrealvilla, una pedanía del municipio de Lorca, en Murcia, que hoy no llega al centenar de habitantes. Allí nació, el 13 de diciembre de 1947, Juan Perán Ramos, uno de los empresarios de más larga trayectoria en la industria española del calzado.

 

Encontrar a alguien que hable mal de Juan Perán resulta complicado. Apartado ya de la primera línea de decisión en su empresa (en 2016 cedió el testigo a Juan Manuel, Rosana y Carolina, sus hijos), quienes le conocen le describen como un hombre carismático, humilde y desprendido. Eso sí, también directo. “Te dice las cosas a la cara, no da rodeos”, explica un directivo del sector. Como cuando terminó al frente de un conflicto laboral, fue despedido y terminó creando su propio negocio.

 

 

 

 

Nacido en el seno de una familia humilde, desde pequeño debió compaginar la escuela con el trabajo como pastor de un rebaño de ovejas. Cuando tenía 13 años, emigró a Elche, que despegaba económica y demográficamente gracias a la industria del calzado, donde comenzó a trabajar.

 

Primero como repartidor y después como cortador (dicen que usaba los sobrantes para aprender en su casa) en varias fábricas, en 1974 decidió emprender tras ser despedido de Paredes. Perán siempre tuvo alma de empresario: antes ya había tenido alguna aventura, pues instaló en Elche la primera máquina de asar pollos.

 

 

 

 

Su primera marca de calzado se llamó Juan Perán (el primer pedido lo realizó en familia: él cortó y su esposa, Rosario, aparó), pero después mutó a Nueva Creación, para terminar dando lugar, en 1984, a Pikolinos. El golpe de efecto de Pikolinos fue el modelo Romana, que le abrió las puertas de los mercados internacionales.

 

A Perán ambición no le ha faltado: en 2007 compró la marca Martinelli y con ella conformó un grupo de empresas. Perán fue pionero, dice un empresario de Elche, en la reconversión de la industria del calzado de Elche hacia la creación de marcas. “Él abrió el camino y el resto le seguimos”, señala un competidor.

 

Dicen que, aunque en 2015 lideró un movimiento ilicitano para salvar al Elche CF de un descenso seguro a Segunda División al saldar una deuda de 5,5 millones, el fútbol no le interesa tanto como estar con su familia o sus amigos. Con su grupo, los Diablos Rojos (en el que estaba el fundador de Mustang, Pascual Ros Aguilar, por ejemplo), se reúne a disfrutar de una paella y jugar al dominó.