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Juan Carlos González (IBV): “Google debería haberse aliado con Ray-Ban para lanzar unas gafas inteligentes”

F. Marín-Camp

9 abr 2015 - 04:43

Los wearables y la tecnología aplicada a la ropa son el siguiente paso de la industria de la moda. España queda lejos de Silicon Valley, sin embargo el país cuenta con profesionales como Juan Carlos González, que lidera el Área de Indumentaria del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) desde hace quince años. Doctor en Ingeniería, González ha coordinado cerca de un centenar de proyectos de investigación y transferencia de tecnología dirigidos a empresas de calzado, indumentaria y moda relacionados con la innovación, la personalización y el desarrollo de nuevos productos. Es, a su vez, miembro del grupo de expertos de las plataformas tecnológicas europeas del textil y la confección, y del calzado. 

 

Pregunta: Cada vez se habla más de los wearables. Pero, ¿en qué punto se encuentran? ¿Cuánto tardarán en ser una realidad en los armarios españoles?

Respuesta: Los wearables están aquí. El siguiente paso es que estén integrados en la ropa. De momento los podemos encontrar en complementos, como los relojes. En la moda sí están algo más atrasados, excepto en el ámbito deportivo, donde existen camisetas que controlan la frecuencia cardiaca con sensores integrados, por ejemplo. En la ropa de moda, la moda de verdad, la necesidad de introducir tecnología no es tan elevada, por lo que los wearables tardarán más en aparecer.

 

P.: Parece que la primera conexión entre la tecnología y la moda se da a través del deporte. ¿Qué otros sectores son más proclives a apostar por los wearables y cuáles tardarán más en integrar esta tecnología?

R.: A parte del deporte, es en el calzado donde más se está apostando por esta tecnología. En este sector podemos encontrar sistemas para medir pasos, por ejemplo, aunque volvemos de nuevo a la moda deportiva. Los wearables también se están introduciendo en el ámbito médico, con prendas que leen los electrocardiogramas o que incorporan la electro-estimulación para casos de rehabilitación. En el campo de la moda, es en los complementos donde primero se han introducido.

 

P.: ¿Llegará el momento en que los consumidores compren una u otra prenda en función de la tecnología que incorpore?

R.: En el caso de la moda deportiva, el consumidor espera vestir con tecnología. Pero en el resto de prendas de moda, si te pasas de frenada en cuanto al look, puedes parecer un freaky. No puedes forzar la tecnología en una prenda. Aun así, igual que el móvil hace veinte años era sólo para el trabajo y ahora se ha convertido en una necesidad, si sigue avanzando el llamado Internet of Things podría ser que en veinte o treinta años los wearables sean una realidad en la moda.

 

P.: ¿Podría ponerme un ejemplo de marca de moda que lo esté haciendo bien en el terreno de los wearables?

R.: Ha habido acuerdos interesantes como los de Nike y Apple, que lanzaron un podómetro para deportistas. Si bien es verdad que al principio hubo cierta burbuja de los wearables, luego ha habido un paso atrás. En el terreno de la moda propiamente dicha, son una realidad marginal. Por el momento se trata de experimentos en complementos como gafas o relojes, más allá del deporte. Para que funcionara sería necesario que grandes empresas de tecnología se aliaran con grandes empresas de moda. Google debería haberse aliado con Ray-Ban si quería lanzar las Google Glass.

 

P.: Más allá de los wearables, ¿qué tecnología se está introduciendo en los productos de moda?

R.: La tecnología está muy avanzada en los tejidos inteligentes. Prendas que no se arrugan, anti-manchas o que regulan la temperatura corporal. Sin embargo, en la industria de la moda prima más el coste, la rotación de producto y la rapidez. Esto provoca que la tecnología en los tejidos quede en un segundo plano, y sólo sea tenida en cuenta por aquellas compañías que priman el rendimiento y el confort, antes que el diseño.

 

P.: ¿España tiene voz en el mundo de la tecnología aplicada a la moda o va a rebufo de otros países?

R.: España tiene una industria textil todavía muy potente, con un buen nivel tecnológico. En concreto, tenemos pequeñas empresas como Nuubo, que fabrica camisetas que permiten la lectura del electrocardiograma. En cuanto a los materiales, Alemania está a la cabeza de la tecnología de tejidos. En cuanto a los wearables, Estados Unidos lidera este sector. En este punto, España cuenta con muchas empresas aplicadoras de esta tecnología, pero en su desarrollo estamos bastante atrás.

 

P.: ¿Qué le hace falta a España para ponerse al día? De emprendedores vamos bien, ¿tal vez más inversión pública? ¿Más implicación de las empresas privadas?

R.: Un cóctel de todo esto. Emprendedores tenemos muchos, pero haría falta mucha más investigación para llegar a producir el hilo alemán o los sensores americanos. También sería necesario que las empresas que en España son un motor y bandera del sector textil miraran a los emprendedores tecnológicos. Todo esto con inversión pública, que en Estados Unidos es clave.