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José Luis Zabaleta (Tavex): “En cuanto cambie la estructura del jean, habrá un ‘boom’ en la demanda”

S. Riera

28 may 2015 - 04:55

José Luis Zabaleta es uno de los dirigentes históricos de Tavex. El directivo toma de nuevo las riendas de la compañía en su nueva etapa como Tavex Europa, en manos del fondo alemán Aurelius. Zabaleta fue uno de los ejecutivos que a principios de los noventa compraron la empresa a la familia fundadora y uno de los artífices del crecimiento global de la compañía. Después de cerrar la etapa junto a la brasileña Santista, el directivo afirma con rotundidad que el denim tiene “una vida brillante” por su elevada capacidad de adaptación.

 

Pregunta: Ahora que vuelven a tener un tamaño reducido, ¿qué ventajas y qué inconvenientes cree que les aportará?

Respuesta: En los últimos tres años ya habíamos empezado a gestionar la compañía como Tavex Europa, así que no hemos notado ningún cambio a nivel de organización. Todo el plan de negocio en Europa ya veníamos gestionándolo desde aquí. De todos modos, en cuanto a las ventajas e inconvenientes, lo cierto es que en ningún caso será más difícil.

 

P.: A la hora de competir con los gigantes del denim asiáticos o brasileños, ¿el tamaño no es un hándicap?

R.: Lo importante es tener estabilidad financiera, que es lo que realmente te hace competitivo, y nosotros ahora la tenemos. Los grandes grupos tienen mayores posibilidades para organizar políticas de márketing más agresivas. Pero desde el punto de vista de la flexibilidad, una pequeña organización lo tiene mucho más fácil. Y en el textil, los clientes valoran cada vez más la proximidad. Los que van a Asia, evidentemente, ni la necesitan ni la valoran, pero nosotros, desde Europa, no podemos entrar en la batalla del precio.

 

P.: La gran distribución, que es la que domina ya el mercado de los jeans, compra el tejido en Asia…

R.: Con la gran distribución, las grandes series se trasladan a Asia, pero éste no es todo el mercado del denim. También los son los nichos, las series cortas o las repeticiones. Para una marca americana o europea ir a Bangladesh no es fácil, en primer lugar porque la comunicación, entender la cultura, le resulta difícil. Por otro lado, no todas las colecciones de la gran distribución cubren el mismo segmento. Tienen áreas más premium, que son las que terminan haciéndose en Europa.

 

P.: ¿Cómo ha cambiado el mercado del denim en los últimos diez años?

R.: Hoy en día, ganar un punto de productividad en el mercado representa un esfuerzo enorme… Y, al final, te das cuenta de que la divisa juega un papel determinante en este negocio. La paridad del euro con el dólar hace que el escenario cambie de manera radical. Europa importa de Asia casi 400 millones de vaqueros, por ejemplo, e imagine que, por paridad, la sensibilidad está en el 10%. De ser así, esto implicaría que alrededor de 50 millones de vaqueros dejasen de producirse en Asia para trasladar su fabricación al entorno mediterráneo.

 

P.: ¿La divisa será clave para la relocalización?

R.: Será clave para traer la producción de 50 millones de vaqueros, pero no va a cambiar el mundo. No olvidemos que en Asia continuarán fabricándose los restantes 350 millones de vaqueros.

 

P.: ¿Cree en la relocalización?

R.: El problema de la relocalización es que la industria textil ha desaparecido. Encontrar ahora empresarios que quieran montar una industria de nuevo, después de todo lo que ha llovido en el textil y de lo que ha sucedido, creo que es complicado. Sí que hay fases del proceso en las que sí hay empresas que avanzan, pero son empresas que ya estaban establecidas. La generación de nuevas compañías textiles es complicada.

 

P.: El capital riesgo parece haberse fijado en el textil español. Sherpa en Dogi y ahora Aurelius en Tavex. ¿Por qué cree que interesa ahora el textil a los fondos de inversión?

R.: Precisamente, porque después de todo lo ocurrido en el textil en estos últimos años, las empresas que quedan ya han realizado su ajuste. Las plantillas ya no están sobredimensionadas. El ajuste en el sector ya se ha realizado y ahora las compañías se encuentran ya en una situación buena. Y si además, están saneadas, sin deuda financiera, su situación es brillante. Ahora, las empresas tienen los deberes hechos y a los accionistas fatigados.

 

P.: ¿Cree que habrá más operaciones de este tipo en los próximos años en España?

R.: No lo sé, probablemente sí. Aurelius, recientemente, se ha quedado también con varias fábricas de Coats.

 

P.: Francia e Italia han sabido hacerse un nombre en el textil. ¿Con qué atributos se valora al textil español fuera de nuestras fronteras?

R.: El ajuste en Europa ha sido tan fuerte que la industria fabril de cabecera prácticamente no existe en Francia, mientras que en Italia quedan los históricos. En el caso del Made in Italy, lo veo más en el lujo y en la distribución. El textil en España es eficaz y competitivo, pero no podemos entrar en la batalla del precio asiático. Sí somos competitivos a nivel de estructura.

 

P.: El denim es la materia prima de una commodity, que son los vaqueros. ¿Cuesta crear valor en este segmento?

R.: Creo que es un punto de partida erróneo. El denim es el producto textil que más ha innovado en los últimos quince años, incluso tanto o más que los textiles técnicos. Hemos pasado de tener tejidos de algodón 100% con un peso de catorce onzas y de un sólo color a tener infinidad de estructuras, mezclas de materiales y colores. Un solo matiz en el índigo se multiplica por infinitas tonalidades. La vida del denim es brillante.

 

P.: ¿Es un segmento al alza?

R.: Claramente. Al final, el denim está inmerso en la moda y estamos atentos en si hay un cambio en la manera de vestir. El aumento de la demanda viene dado por la necesidad de reponer el armario. El consumo de vaqueros se ralentiza porque todo el mundo tiene ya dos o tres jeans skinny en su armario. Es necesario hacer evolucionar la moda hacia otro estilo para que todos volvamos a llenar de nuevo el armario de vaqueros, por ejemplo, con varios pares de un estilo más holgado.

 

P.: Esto dispararía el negocio…

R.: Esto es un cambio brutal. Después de llevar diez años vaqueros skinny cuesta cambiar la imagen, pero ya empieza a verse una transformación en los que marcan tendencia. En cuanto cambie la estructura del jean habrá un boom en la demanda y, en consecuencia, en la producción de cercanía. Este cambio es el que reafirma la industria… y tal y como está el dólar respecto al euro, la industria crecerá de manera importante.

 

P.: ¿Cómo crecerá el consumo de este tejido en mercados emergentes, como Asia?

R.: Su producción local es suficientemente importante para abastecer la demanda interna. Sólo la parte del lujo es la que atenderá la producción europea.

 

P.: Parece que el viento sopla a favor del denim. Tendrá algún que otro reto, ¿no?

R.: Claro que los tiene… pero sabrá adaptarse. Incluso si se pusieran de moda los tejidos sintéticos, el denim encontraría también la manera de adaptarse. Es un tejido muy versátil.