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Javier Sánchez, convencer a Celia Villalobos

A Javier Sánchez, el lujo le ha dado la lección de valorar la experiencia del cliente, y a convertirlo en el eje principal.

D.R.

22 jul 2021 - 04:44

Javier Sánchez, convencer a Villalobos

 


Javier Sánchez le debe mucho al tenis. “Ha marcado totalmente mi vida; es un deporte que te obliga continuamente a analizar cada situación y sobre todo te lleva a tomar decisiones de manera inmediata”, reflexiona el director de márketing de Multiópticas.

 

Su pasión por la raqueta (se dedicó casi profesionalmente hasta los 18 años) marcó su futuro en el márketing y la comunicación. “Aprender a vivir con presión, a no tener miedo, a tirar adelante incluso en las condiciones más adversas es lo que me ha enseñado el tenis y lo que he aplicado siempre en mi trayectoria profesional”, asegura este economista de 42 años. A la dirección de márketing de Multiópticas llegó tras un largo recorrido, primero por el sector del gran consumo y posteriormente por el del lujo.

 

 

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Empezó a curtirse en los departamentos de máketing de Kellog’s y Campofrío para dar el salto al sector de la cosmética, primero en la japonesa Shiseido, a donde llegó en 2008, y donde pasó cuatro años como responsable comercial y de márketing en España, para luego aterrizar en la división de perfumes de Loewe, donde pasó otros cuatro años, entre 2014 y 2018. “Han sido dos etapas fundamentales en mi vida”, recuerda Sánchez. “Del sector del lujo he aprendido sobre todo a que cada detalle cuenta; que todo lo que rodea a una marca tiene que ser muy cuidado y con coherencia, que nada, absolutamente nada, se puede dejar al azar”, sostiene. El lujo le dio otra lección: “dar el máximo valor la experiencia del cliente, a convertirlo en el eje alrededor del que gira todo, siempre, por simple que sea la atención que merezca”, resume.

 

Sánchez desembarcó en 2018 en Multiópticas con un objetivo muy claro: la compañía buscaba dar un giro a su imagen y convertir MO en una marca con personalidad propia, alejada de la marca blanca. “Nuestra intención era darle atributos propios y posicionarla; acercarla más a una marca de lifestyle, de tendencias y no tanto al concepto de salud y de visión”, recuerda.

 

 

 

 

El camino estaba marcado: MO, por un lado, Multiópticas por otro. “Nos pusimos a trabajar en esa dirección desde el minuto uno y eso nos llevo a hacer una clara apuesta por el márketing de influencers y por la búsqueda de un grupo de embajadores a los que relacionar con la marca”, explica el directivo. Eugenia Silva, Oriol Elcacho, Rocío Crusset o Xavi Serrano son cuatro ejemplos del perfil por el que ha apostado la compañía.  Primeros espadas con un elevado número de seguidores que cubren distintos ámbitos del deporte, la moda o la cultura. Esa apuesta giró además alrededor de grandes campañas de márketing digital apoyadas en redes sociales. “Construimos el discurso en redes como si fuéramos una marca de moda de primer nivel, creando más de una treintena de contenidos diarios”, recuerda Sánchez.

 

Definido el tono de MO, el otro gran reto de la compañía ha sido el pilar de la salud visual, en el que la marca Multiópticas tenía mucho que explicar. “A las gafas graduadas hay que añadirles también algo de diseño; hay que combinar buen gusto con el señor de la bata blanca”, bromea Sánchez. El gran reto consiste en unir dos universos muy distintos: la salud por un lado y la moda, por otro.

 

Y de repente, la gran campaña. Celia Villalobos se hizo viral tras anunciar que lanzaba un equipo de eSports, cuando en realidad se trataba de una campaña de Multiópticas para concienciar sobre el uso de las pantallas y su impacto en la vista. “Nos gusta arriesgar”, dice a modo de avanzadilla, tratando de justificar que el éxito a veces no es simple azar. Llorente y Cuenca, la agencia con la que trabajaron la propuesta, les lanzó la idea de contar con Villalobos para su nueva campaña. La idea le entusiasmó, pero había que salvar el escollo de la ex diputada del PP, poco receptiva y con ganas de pasar página. “Nos dijo que ese episodio en el que se le veía jugando al Candy Crash en el Parlamento le había hecho mucho daño y había manchado su carrera”, recuerda Sánchez. Pero logaron darle la vuelta y acabó aceptando. Hoy, asegura Sánchez, está feliz con esta campaña.