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Jaime Garrastazu (Pompeii): “Dentro de cinco años nos preguntaremos ‘¿para qué quiero una tienda?’”

El cofundador de la ‘start up’ de calzado asegura que “Internet ha roto las reglas del juego y ya no se necesita de terceros para vender”

S. Riera

16 sep 2016 - 04:45

Pompeii

 

Jaime Garrastazu es uno de los cuatro fundadores de Pompeii, una de las start ups que está cambiando las reglas del negocio de la moda. La compañía, que se puso en marcha en 2014, tiene previsto alcanzar los dos millones de euros en ventas en 2016. Estudiando aún en la universidad, los impulsores se lanzaron al negocio del calzado sin tener ninguno de ellos ningún tipo de experiencia previa en el sector. Garrastazu confiesa que el camino ha sido duro, pero no duda en afirmar que lo repetiría.

 

Pregunta: ¿Emprender es fácil?

Respuesta: ¡Qué va a ser fácil! Pero Internet ha roto las reglas del juego y ya no se necesita de terceros para vender. Nosotros nacimos digitales, la inexperiencia que tenemos en la moda y en el calzado no la tenemos en Internet, que es un medio que sí tenemos interiorizado. Pensamos una compañía transparente, que hable de tú a tú, en la que la marca es una persona. Y hay que ser consecuente hasta el final. Si quieres jugar a cambiar el mundo no puedes vivir como todo el mundo.

 

P.: ¿Emprender es entonces una manera de vivir?

R.: Al final, emprender implica un sacrificio, dedicación y actitud. Nadie te regala nada. Pero también es lo que nos hace felices… quizá a mi pareja no tanto, pero hay que ser consecuentes.

 

P.: ¿Qué dosis de intuición hay en Pompeii?

R.: Intuición, 90%; formación y conocimiento, 10%. Aunque con el tiempo, la experiencia que vamos adquiriendo se nota mucho. Hemos ido incorporando en el proyecto a personas que nos aportan esta experiencia que a nosotros nos falta. Aprendemos por el camino y lo hacemos rápido, pero necesitamos la experiencia que nos ayude a completar nuestra intuición.

 

 

P.: ¿Hay un choque cultural entre la manera de hacer y pensar de vuestros padres y la vuestra?

R.: Cuando le conté a mi madre que iba a vender zapas en una furgo se puso histérica. Nunca se le hubiera pasado por la cabeza que hiciera esto, pero ahora está muy orgullosa. Tienes que luchar a contra corriente por aquello que quieres.

 

P.: ¿El sistema dificulta el emprendimiento?

R.: Creo que, al final, todo son barreras mentales. Pero no todo el mundo vale, claro. Si todo el mundo fuera a emprender, esto sería el caos. Pienso que sí debe incentivarse más el emprender en la escuela, con una educación más práctica que teórica. Se puede incentivar, pero esto forma parte de la persona.

 

P.: ¿Han cometido muchos errores?

R.: Muchísimos. Es un topicazo decirlo, pero es de lo que más se aprende.

 

P.: ¿Por qué se decantaron por el calzado?

R.: Porque nos gustan las zapas. Preguntamos “¿qué nos gusta?” y dijimos, “las zapas”. Y fuimos a preguntar a Google dónde se hacen zapas y Google nos dijo que en Elche. Fuimos a las Páginas Amarillas, sacamos ocho teléfonos de talleres y llamamos.

 

 

P.: ¿Pompeii es un negocio de calzado o de datos?

R.: La moda, en Internet, se convierte en un negocio de información porque te da la capacidad de predecir lo que quieren tus clientes. Pero no puedes olvidar tampoco que haces moda. Queremos llevar Pompeii más allá del calzado, queremos convertir la marca en algo más trascendente. Esto no quiere decir hacer camisetas, sino que implica ser diferente. Queremos ser diferentes. A nuestro departamento de atención al cliente, por ejemplo, lo hemos llamado Hapiness.

 

P.: ¿Qué otras empresas, aunque no sean de moda, tienen como referente?

R.: Para el concepto cultural, a Zappos. Le recomiendo muchísimo el libro Delivering hapiness. También nos camparan con Hawkers, aunque creo que somos diferentes en producto, precio y en valores. Nosotros, por ejemplo, queremos crecer mucho más lentos.

 

P.: ¿Cree que las nuevas empresas seguirán este mismo camino?

R.: Seguro. En Estados Unidos ya les llaman las digital native brands.

 

P.: Arrancaron con la máxima De millennials para millennials, ¿qué ocurre con el resto del mercado?

R.: Millennial transciende a una edad concreta, es una manera de pensar. Internet ha cambiado el mundo y la forma de pensar, pero no sólo a una franja de edad. Hay personas de cincuenta años que utilizan redes sociales. Eso sí, se tiene que ser partícipe de este mundo para llegar a conocernos.

 

P.: ¿Cree que la moda, en general, ha dado ya el paso hacia lo digital?

R.: Virar de una empresa tradicional a otra digital lleva tiempo para establecerse y un fuerte cambio cultural. Aquella empresa que se ha centrado en el retail durante años tiene que hacer una transformación cultural muy grande y debe preguntarse cómo ve el online, si cómo un canal más o como el centro de su negocio. Por eso pienso que ahora mismo hay una oportunidad enorme para empresas como la nuestra.

 

 

P.: ¿Llegará el ecommerce a superar al retail?

R.: Es una carrera contra el tiempo: ¿cuánto falta para que Amazon atrape a El Corte Inglés en España? Estamos ante un cambio cultural que persistirá en el tiempo, no hay marcha atrás.

 

P.: ¿Cree que se cerrarán tiendas?

R.: Antes había necesidad de ir a las tiendas a comprar, pero ahora no. Es más fácil comprar por Internet. Personalmente, prefiero no ir, a no ser que mi pareja insista mucho. Pero esto es sólo el inicio. Dentro de cinco o diez años nos preguntaremos ¿para qué quiero una tienda?

 

P.: ¿Cree que en el futuro no habrá tiendas?

R.: Sí que habrá tiendas, pero serán totalmente diferentes, muy experienciales. Imagino antes una cafetería donde se vendan zapas de Pompeii que una zapatería.

 

P.: ¿Hay que romperlo todo?

R.: No es romper por romper, es a lo que tiende el mercado.