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Jack Ma, el profesor de inglés que abrió la cueva de las Mil Maravillas

El directivo fundo con un grupo de amigos, sus cuarenta ladrones, cofundó Alibaba con un capital inicial de 60.000 dólares, que hoy se ha convertido en uno de los gigantes del sector.

C. Juárez

14 oct 2019 - 04:49

Jack Ma, el profesor de inglés que abrió la cueva de las Mil Maravillas

 

 

Ali Babá era un pobre leñador que vivía en un pequeño pueblo en la montaña. Un día, mientras talaba árboles, fue testigo de cómo una banda de cuarenta ladrones escondía su tesoro en una de las cuevas del bosque. Oculto entre matorrales, Ali Babá escuchó cómo el jefe de los ladrones recitaba Ábrete, Sésamo para abrir la cueva del tesoro. Después de sufrir más aventuras, Ali Babá consiguió vencer al jefe de los ladrones y hacerse con el codiciado botín. En el siglo XXI también existe una cueva de las Mil Maravillas, y se llama Internet. Y también existe un profesor de inglés que supo hacerse con la clave para encontrar el tesoro: Jack Ma.

 

El 10 de septiembre de 1964 Ma nació en la ciudad china de Hangzhou Ma Yun. El hoy empresario comenzó a estudiar inglés desde una edad muy temprana, practicándolo con los turistas que visitaban la ciudad. Tras graduarse en la escuela, Ma continuó estudiando inglés en la Hangzhou Normal University, graduándose en 1988 en Letras Inglesas. Tras ser rechazado una docena de veces por la Universidad de Harvard, Ma decidió convertirse en profesor.

 

Pronto, el hoy directivo de una de las mayores empresas de ecommerce del mundo descubrió las mil maravillas que ofrecía Internet, y en 1994 fundó China Yellow Pages, una empresa dedicada a la creación de sitios web para terceros. En tres años la compañía consiguió hacerse con un botín de cerca de mil millones de dólares.

 

 

 

 

Sin embargo, para Ma no fue suficiente, y se dedicó a averiguar sobre cómo crear nuevos modelos disruptivos en Internet. Después de un viaje a Estados Unidos, el empresario dio con la clave: en el transcurso de su estancia, Ma no consiguió encontrar su cerveza favorita en ningún bar del país, y decidió poner en marcha una idea de negocio que sacara provecho de la globalización con el objetivo de acercar productos chinos a todo el mundo. Con un grupo de amigos, sus cuarenta ladrones, cofundó la compañía con un capital inicial de 60.000 dólares. Y así nació el bazar gigante Alibaba. Aunque en los primeros tres años la empresa no consiguió apenas generar ingresos, Ma no desistió en su empeño.

 

El proyecto comenzó como punto de contacto entre empresas, convirtiéndose en un grupo muy valorado por las compañías locales. Poco después, Ma decidió apostar por el mercado de las ventas particulares, lo que aceleró el crecimiento de Alibaba y fue consolidándose como una de las mayores plataformas de ecommerce.

 

Unos años después, la ambición de Ma llevó a la empresa a diversificar en otros segmentos. De esta manera nació Alipay, una filial dedicada a los métodos de pago electrónico; Taobao, donde empresas y particulares venden productos; Tmall, un marketplace de moda; Aliexpress, una plataforma de ecommerce global; 1688.com, especializada en productos de decoración y hogar; Alibaba Cloud, uno de los mayores proveedores de servicios de la nube; Ant Financial, otra plataforma de pago, y Cainiao, un operador logístico.

 

 

 

 

En 2014, Ma decidió dar el paso final para capitalizar su tesoro, y sacó a bolsa Alibaba, que comenzó a cotizar en el parqué de Wall Street. La operación supuso una de las mayores ofertas públicas de venta de una empresa china, con un precio de salida de las acciones que generó una valoración de 168.000 millones de dólares.

 

En septiembre de 2018, después de amasar un botín de 36.600 millones de dólares y conseguir que su cueva de las Mil Maravillas alcanzara una capitalización bursátil de más de 400.000 millones de dólares, Jack Ma anunció su retirada de la empresa, que se ha hecho efectiva un año después. Sin embargo, el directivo no dice adiós a la aventura y, aunque habilitará a los perfiles “más jóvenes y con más talento”, asegura que trabajará estrechamente con el actual director ejecutivo, Daniel Zhang, a quien ha confiado el Ábrete, Sésamo.