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Inditex, cuando el riesgo está en la fábrica

S. Riera

12 feb 2013 - 04:53

Las últimas tragedias en Bangladesh han vuelto a poner al descubierto el caos en la cadena de aprovisionamiento de las marcas occidentales de moda. Inditex volvió a dar que hablar al encontrarse etiquetas de dos de sus enseñas, Bershka y Lefties, en la planta que se incendió en enero y en la que fallecieron doce personas. El grupo aseguró al momento que no tenía ningún contrato con aquel fabricante y cesó la relación con sus proveedores en Bangladesh por no haber avisado de una posible subcontratación.



Inditex, como la mayoría de los grandes grupos de distribución, prohíbe a sus proveedores subcontratar la producción o parte de ésta sin su consentimiento explícito. El objetivo es evitar precisamente situaciones de riesgo tanto para su actividad como para su imagen como la que ha vivido la compañía española en Bangladesh. Aún así, la subcontratación es una práctica habitual, a la que se recurre en la mayoría de los casos para cubrir puntas de trabajo, según explica el secretario de Acción Sindical Internacional en CCOO, Isidor Boix a Modaes.es.


El grupo español de distribución “debe afrontar el control de más de 5.000 fábricas, que emplean a un millón de personas en todo el mundo”, asegura Boix. Para el control de toda su cadena de suministro, Inditex cuenta con un código de conducta específico para fabricantes y proveedores. Además, en 2007 suscribió un acuerdo marco con el sindicato Federación Internacional de Trabajadores del Textil, Vestimenta y Cuero (Itglwf, en sus siglas en inglés), actualmente IndustriAll.


Este documento, el único que actualmente existe en toda la industria textil, permite a cualquiera de las 220 organizaciones afiliadas a la federación sindical en 110 países intervenir en el control de los centros de producción del grupo. “Inditex es la única empresa en la industria textil que permite a los sindicatos actuar de manera directa en su cadena de suministro”, comenta Boix.


En los años 2010 y 2011, Inditex ha reforzado el vínculo con el sindicato internacional del textil con el propósito de extender la capacidad de actuación de los representantes de los trabajadores en la cadena de producción. Según la compañía española, el acuerdo firmado en 2011 permite a los sindicatos realizar un seguimiento conjunto en el sistema de control de proveedores, que se involucren en el desarrollo de planes de acción correctivos y en la promoción de relaciones industriales maduras, como la aplicación de cursos de formación a los trabajadores, entre otras acciones.


El control que ejercen los sindicatos locales sobre los centros de producción de Inditex en todo el mundo es “un mecanismo complementario” a las auditorías internas y externas que el mismo grupo realiza, subraya Boix.


200 personas sólo para auditorías

 Inditex cuenta con equipos internos y externos de auditoría compuestos por más de 200 profesionales repartidos por todo el mundo. Para trabajar sobre el terreno, el grupo tiene oficinas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) permanentes en India, Bangladesh, Turquía, China, Portugal, Marruecos y Brasil que, entre otras acciones, vigilan el correcto cumplimiento de su código de conducta.

 

En la memoria anual de 2011, Inditex relata que la detección de un incumplimiento del código de conducta por parte de uno de sus proveedores implica la puesta en marcha de un plan de acción correctivo por parte de sus equipos de RSC para permitirle continuar su relación laboral. En este documento, la empresa insiste en que aplica “una política de tolerancia cero” con el trabajo de menores, el trabajo forzado o el incumplimiento de políticas salariales adecuadas.

 

En 2011, el grupo llevó a cabo 2.379 auditorías a fábricas y talleres, de las cuales más de la mitad se desarrollaron en centros de producción en Asia. De los 1.464 proveedores con los que trabajó Inditex en 2010, se descartaron 440 para el año siguiente y se sumaron 466 de nuevos. En 2011, la empresa sólo dejó de trabajar con 92 proveedores.