Back Stage

HK Family Business

4 mar 2009 - 00:00

Que las top model se han convertido en verdaderas mujeres de negocios es hoy en día evidente. Sólo administrar los emolumentos de sus millonarios contratos exige ya algo más que una contabilidad doméstica. La número uno del mundo por ingresos, Gisele Bundchen, ganó 35 millones de dólares en 2007, según los datos publicados por la revista Forbes, un sueldo nada desdeñable si consideramos que el sueldo medio de los directivos mejor pagados se acerca a los 8 millones de dólares, según Bloomberg, y que el directivo norteamericano mejor pagado en el pasado ejercicio, fue Kenneth Chenault, CEO de American Express, que ganó 35,4 millones de euros. A la estela del docu-reality America’s next top model, y a diferencia de la malograda versión española (Supermodelo 2008), el programa Germany’s next top model se ha convertido en un vivero de nuevos talentos para la pasarela y la publicidad. Se desconoce si la labor como agente espontánea de la modelo Heidi Klum, al frente de esta versión alemana, es remunerada. Aunque no le hace falta ya que es una profesional que parece que convierte en oro todo lo que toca. No sólo es la segunda del sector en ingresos (después de una Gisele Bundchen fuera de competencia), sino que se ha convertido en un auténtico multiplicador de negocios.Klum, una modelo que para algunos tiene unos rasgos y una presencia demasiado imponentes y rotundos (véanse comentarios del diseñador Joop), ha conseguido estar en la cima con tesón y trabajo. Y de convencer de que lo que promociona vende. Mantiene apariciones relevantes en pasarelas y desde hace un par de años es presencia indiscutible en el épico desfile de ropa interior de Victoria’s Secret. Pero el abanico de actividades de la bella teutona se prodiga también en la publicidad, dónde acapara pantallas, papel couché y carteles vendiendo desde laca para el pelo a comida rápida o coches. Además firma una colección de joyas para la firma neoyorquina Mouawad, una de sandalias para la enseña Birkenstock y una de moda para bebés para la tienda Otto. Tiene una línea propia de cosmética, un perfume y hasta un nuevo tipo de rosa lleva su nombre.Pero lo que más le distingue de sus colegas también millonarias y polifacéticas es que es capaz de repercutir de modo relevante en diversas personas y negocios con su actuación. Uno de los favorecidos es su marido, el cantante Seal. No es extraño verle actuar en galas o programas protagonizados por la modelo o participar juntos en algún anuncio, como el del VW Tiguan. Sería muy simplista intentar establecer conexión directa entre la publicidad y las ventas (para esto están los analistas y expertos en mercadotecnia), pero las expectativas de este vehículo se multiplicaron por tres a principios de 2008, según fuentes de la compañía, y fue necesario organizar tres turnos de trabajo adicionales para poder dar respuesta a la demanda. Otras fuentes cuentan que es posible que la presencia de la alemana en algún evento como maestra de ceremonias o invitada especial vaya acompañada alguna balada de Seal, del sorteo de un vehículo (¿adivinamos modelo y marca?) o se obsequie a los asistentes con un perfume de la modelo, por decir algo. ¡Esto es márketing integrado! Con sus partidarios y sus detractores, lo cierto es que Heidi Klum ha conseguido pasar de ser una rubia más, ex amante fugaz de un magnate mucho mayor (Flavio Briatore, con quien tiene una hija) en su camino al firmamento de la moda. Ya está en él. Y si se descuidan, seguro que lo vende a quien sea, incluso al diablo. Teresa Calveras es periodista en Munich