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Gilles Lasbordes (Première Vision): “Con la industria 4.0, las empresas sin valor añadido no tendrán sentido”

El director general de Première Vision reflexiona sobre el papel de las ferias en la era del fast fashion, la globalización y la digitalización.

Silvia Riera

16 oct 2018 - 04:51

Gilles Lasbordes (Première Vision): “Con la industria 4.0, las empresas sin valor añadido no tendrán sentido”

 

 

Gilles Lasbordes es el director general de Première Vision, el mayor organizador ferial de la industria textil. La feria homónima es una de las históricas en Europa y, tras las diferentes crisis que ha atravesado el sector, continúa siendo hoy una de las mecas de toda la industria de la moda, donde se reúne desde el fabricante de hilo hasta el gran retailer o el titán del ecommerce. Lasbordes asegura que, a pesar de la digitalización, los directivos continuarán sintiendo la necesidad de encontrarse y las ferias seguirán teniendo sentido. El ejecutivo subraya también que estos eventos son los menos costosos en una estrategia de márketing y, para muchas empresas, la única acción que pueden permitirse en este ámbito.

 

Pregunta: ¿Cuál es el papel de las ferias en los tiempos del fast fashion?

Respuesta: La aceleración del ritmo de las colecciones y la variedad de los time to market son consecuencia de que ya no hay un sólo sistema para el conjunto de la industria de la moda, sino que estamos en una industria con múltiples sistemas. Y esto es un reto para una feria profesional que quiere seguir teniendo peso en el sector y atrayendo a toda la industria durante sólo tres días. Pero, pese al cambio, la feria continúa siendo el momento álgido para todo el sector, para encontrarse todos sus actores.

 

P.: ¿Cómo se defiende esta posición?

R.: En nuestro caso, por ejemplo, trabajamos en apoyar la creatividad generando tendencias que ayuden a los compradores a elegir. Este es uno de los elementos que nos ayuda a defendernos hoy a pesar de las disrupciones de un mercado global. Los compradores vienen para ver a sus proveedores, pero también buscan nuevos y miran productos novedosos para continuar siendo creativos en la industria. Y apoyamos este trabajo de búsqueda a través de la creación de tendencias.

 

 

 

 

P.: ¿La feria es un buen termómetro sobre la evolución del sector económico al que representa?

R.: Por supuesto. Se trata de un momento cumbre, muy intenso, en el que todo un sector se reúne. Cuando las empresas tienen nuevo producto, nuevas colecciones o nueva oferta es el momento clave para mostrarlo ante una gran audiencia. Por esta razón, en el negocio de la moda, cuando se acude a una feria es porque la colección está completa y es el momento de promocionar novedades, iniciativas y nuevas ideas. Las ferias continúan siendo un momento cumbre en la agenda de las empresas.

 

P.: En las últimas dos décadas han aparecido en Europa ferias como Munich Fabric Start, Texworld y Texfusion. En este periodo, también se ha liberalizado el comercio textil global. ¿La globalización ha sido positiva para la industria de la moda en Europa?

R.: Es un pregunta difícil de responder. La industria de la moda fue una de las primeras en ser totalmente global y en extenderse por todo el mundo. Desafortunadamente, las empresas de tejeduría europeas también fueron de las primeras en sufrir esta globalización, a la par que las marcas de moda empezaron a buscar productos más baratos y decidieron no comprarlos en Europa, sino en Asia. Y esto ha sido así durante años. Pero ahora las cosas han cambiado un poco.

 

P.: ¿En qué han cambiado?

R.: Básicamente en dos aspectos. Uno de ellos es el concepto del time to market. Se trabaja ahora en reducir los tiempos entre que se crea un producto y llega a la tienda. Y el segundo, en que constantemente se están introduciendo nuevos artículos en la colección. Como consecuencia, muchas marcas han dejado de fabricar parte de su producción en lejanía para buscar un aprovisionamiento con tiempos más cortos y más cercanos. Por supuesto, este sistema es más caro, pero reduce el riesgo. Ideando las colecciones a un año y medio vista antes de colocarlas en tienda, evidentemente, el riesgo es muy elevado.

 

 

 

 

P.: ¿El fast fashion es entonces positivo para la industria europea del textil?

R.: Quisiera matizar que no sólo el fast fashion favorece que haya una cadena de valor más cercana. También porque muchas marcas están buscando otros valores diferentes. Internet, por ejemplo, es un nuevo elemento disruptivo del retail y está cambiando la manera de hacer las cosas. Las empresas tienen que ser ahora más transparentes sobre la manera en que fabrican sus prendas porque los consumidores están más preocupados por ello. Y muchas marcas del sector de la moda han decidido también que es parte del ADN del valor producir en un entorno más cercano.

 

P.: ¿La guerra comercial entre Estados Unidos y China redefinirá de nuevo las cadenas de valor?

R.: La trascendencia de este conflicto va más allá de lo que pueda ocurrir en el automóvil, el metal o la moda, que al final es capaz de trasladar la producción a otros países, como Bangladesh, Vietnam o Camboya. Aunque no piense que esto supondrá  ningún negocio adicional para la industria europea. El caso es que este conflicto cambia el ánimo del comercio internacional porque cada país se está replegando en sus propias economías internas.

 

P.: ¿Por qué las ferias siguen manteniéndose las fechas del prêt-à-porter si los tiempos de la industria han cambiado?

R.: Es imposible tener hoy un calendario adecuado. Sólo de un país a otro, los tiempos cambian. Incluso en un mismo país, de una empresa a otra, también son diferentes. En caso de Première Vision, las fechas se han movido en los últimos años, quizás poco a poco, pero hemos pasado de mediados de octubre y de marzo a mediados de septiembre y de febrero. Y esto lo hemos realizado con la voluntad de adaptarnos a la agenda de la industria. Siempre estamos monitorizando esta agenda con compradores y expositores para ajustarnos lo máximo que podamos a sus tiempos. Nuestras fechas son un compromiso. Siempre se ha hablado de la idoneidad del calendario, pero ahora sí es cierto que la situación es mucho más compleja.

 

 

 

 

P.: ¿Esta mayor complejidad de la industria contribuirá a una mayor concentración de las ferias?

R.: De hecho, esta mayor complejidad explica el por qué, además de Première Vision, lanzamos también Blossom. Vimos que las precolecciones del lujo y de la costura cada vez tienen un mayor peso en la industria y en su agenda. Las fechas de Première Vision están bien para las presentaciones de las colecciones que se realizan durante la semana de la moda, pero no para las precolecciones, que se muestran con dos meses de antelación. La creación de una feria nueva, con identidad y fechas propias, es una manera de adaptación, como lo fue también el lanzamiento de Denim Première Vision hace diez años. La del denim, por ejemplo, es una industria con una agenda totalmente diferente, con un time to market mucho más largo.

 

P.: A pesar de la importancia de Internet, no hay ferias online...

R.: Cualquier tipo de feria es una oportunidad para que la industria mantenga el contacto. Desarrollamos nuestro propio marketplace con la voluntad de continuar siendo punto de encuentro entre compradores y expositores online. No reemplaza la feria ni tampoco las reuniones de ventas, porque la necesidad de sentir, de tocar el producto y de hablar cara a cara continúa.

 

P.: Con la digitalización de la industria, ¿las ferias perderán importancia?

R.: Aunque el mundo se digitalice aún más, en todos los sentidos, en los negocios y la vida privada, las personas continuaremos sintiendo la necesidad de vernos, de encontrarnos. Quizás nos veamos menos, quizás nos veamos de una manera diferente y con un propósito diferente. No creo que la digitalización compita con esto. Cuando trabajamos en el proyecto del marketplace, lo hicimos con la idea de que fuera complementario a la feria.

 

 

 

 

P.: En el futuro, ¿habrá menos ferias y más grandes o más ferias y más pequeñas?

R.: No sé lo que ocurrirá en el futuro, pero lo que está pasando ahora mismo, y que creo que se mantendrá por lo menos a medio plazo, es que conviven las diferentes posibilidades a la vez. Hay ferias globales, otras grandes en oferta y otras profundas en términos de producto, así como ferias nacionales. Ahora, todas ellas tienen su lugar en el mercado, todas funcionan y creo que todas ellas lo están haciendo bien. No veo un cambio en esto en un futuro cercano.

 

P.: ¿No sale muy caro ir a tantas ferias?

R.: Las ferias deben ser consideradas como una herramienta de márketing y, de hecho, es la más barata de todas las acciones de promoción. Si comparamos el coste de participar en una feria con otro tipo de iniciativas, no es ni de lejos el más elevado. Para muchas empresas este es incluso el único gasto en márketing que pueden asumir, sobre todo si se tiene en cuenta el número de contactos que se pueden llegar a hacer. Quizás barato no sea la palabra adecuada… podríamos decir que su coste no es tan elevado como otros.

 

P.: Con el ecommerce, se empieza a hablar de ultra fast fashion. ¿Continúan teniendo sentido las ferias en este escenario?

R.: Aun así tendrán sentido las ferias tradicionales y sus marketplaces para darles soporte. No sólo debe tenerse en cuenta el número de colecciones que se realizan al año sino cómo se construyen. Es importante tenerlo en consideración porque, en esta competición de la moda, una empresa puede decir que hace doce colecciones al año, el equivalente a una al mes.

 

 

 

 

P.: ¿Y no es así?

R.: Hay que ver si son en realidad doce momentos de creación o son, por ejemplo, cuatro momentos de creación divididos cada uno en otros tres momentos para lanzarlas al mercado. El sistema es realmente complejo porque, al final, cada empresa lo hace a su manera y siempre hay un mix de todo, de cuánta producción se tiene en lejanía y en proximidad, de cuántas series cortas, cuántas más largas, etcétera. Pero si algo hay seguro en todo esto es que la industria continuará buscando siempre nuevos productos y nuevas ideas, y es aquí donde debemos darle soporte a través de las ferias y los marketplaces.

 

P.: ¿Cree que la industria textil europea está preparada para hacer frente a los retos que impone la velocidad y las nuevas reglas del mercado de la moda?

R.: Es un reto enorme para el sector porque es una industria, en la que hay maquinaria, procesos y sistemas. La industria textil es pesada, es compleja y esto representa un reto para ser capaz de soportar y adaptarse a esta nueva manera de trabajar porque la creación necesita tiempo y el producto, para estar bien hecho, también necesita tiempo e inversión. Y aquí viene otra pregunta: ¿está la industria preparada para invertir?

 

P.: ¿Y lo está?

R.: No es fácil.

 

P.: Se está entrando en la nueva era de la industria 4.0…

R.: Por el momento, estamos en el inicio. Pero, para las empresas pequeñas, la industria 4.0 supone un reto, no sólo en términos de inversión, sino también de cultura, de conocimiento y de organización. Realmente se necesitará una importante dosis de valor añadido para abrir nuevos negocios porque, si no es así, no tendrán sentido.

 

 

 

 

P.: ¿Podría traer la nueva era industrial una nueva oleada de cierres de empresas tal y como hubo con la globalización?

R.: Son escenarios diferentes. Para una marca de moda, la globalización, salir fuera, era importante porque ahí estaba la opción de tener un precio más barato. Desde el punto de vista de una marca de moda, la industria 4.0 supone dar soporte e inversión a sus proveedores, y esta no es una decisión tan fácil. Es una estrategia diferente para un modelo de negocio diferente.

 

P.: ¿Cómo las ferias pueden acompañar en esta transformación?

R.: Una feria como Première Vision, por ejemplo, reúne a toda la cadena de valor de la industria, con todos los actores para encontrarse y discutir todos estos cambios. Hay conexiones entre los distintos pabellones y sus expositores y está pensando así para que surjan alianzas para dar mejores servicios. Pero en cuestiones más concretas, en la edición de febrero, organizamos The Wearable Lab, dedicado a la innovación, pero no sólo orientada a los productos, sino también a los procesos, con la participación de expositores que muestran su tecnología, conferencias y expertos para discutir estas cuestiones. Es un buen momento para hablar no sólo de productos y colecciones, sino de repensar la cadena de valor, del futuro de la industria, sobre cómo se va a trabajar.

 

P.: Todavía hay expositores que calculan la rentabilidad de una feria pensando en metros cuadrados y pedidos cerrados. ¿Es una manera desfasada de ver la importancia de una feria?

R.: Quizás sí.