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Francesco Marchi (Euratex): “Continuamos viendo al de al lado sólo como un competidor, pero quizás podríamos colaborar con él”

S. Riera

9 jul 2015 - 04:45

Francesco Marchi es director general de Euratex, la organización empresarial europea de la industria textil y de la confección. Marchi, que lleva en el cargo seis años, ha desarrollado su trayectoria profesional en el ámbito patronal. El directivo, que inició su carrera en la compañía belga del textil Uco, dio el salto hace 25 años a Comitextil, una de las agrupaciones sectoriales que en los noventa dio pie a Euratex. Según Marchi, el sector textil tradicional tiene futuro, siempre que adapte su modelo de negocio a los nuevos escenarios de la industria y de la distribución. 

 

Pregunta: Relocalización. En los últimos años se ha hablado mucho de ello, pero ¿es real?

Respuesta: La relocalización ocupa el pensamiento de muchos políticos en Europa. En Estados Unidos, por ejemplo, sí hay una relocalización real. Pero la pregunta que hay que hacerse es: ¿cuáles son las condiciones que hacen que la producción regrese al país? En Estados Unidos, el precio de la energía es muy bajo. Por otro lado, el único proceso cuya producción regresa al país es la hilatura y se instala en los estados productores de algodón para aprovechar la cercanía.

 

P.: ¿Y qué ha ocurrido en Europa?

R.: En Europa, también se ha producido cierta relocalización, la mayoría de ella hacia países del Este y, en concreto, en confección. En Reino Unido también hay una tendencia en este sentido, pero en este caso, motivada por una demanda del consumidor. Cada vez se hace más evidente un cambio en el consumo: se quieren cosas más personales y únicas, y realizadas en cercanía.

 

P.: ¿Han llegado nuevos inversores o nuevos emprendedores al textil en estos últimos años?

R.: Podemos atraer más confección, porque el nivel de inversión es menor. Algunos procesos también están mejorando a nivel de ocupación y productividad… Pero es una cuestión de modelo de negocio. Europa sí puede atraer la producción de artículos muy innovadores y con una gestión muy flexible. Esto no ocurrirá ni hoy ni mañana, porque también es necesario que desde las administraciones creen un marco legal adecuado y favorable a la relocalización.

 

P.: ¿Se crean nuevas empresas?

R.: Todo lo contrario. El número de empresas en el sector sigue disminuyendo. El año pasado, el número de compañías del textil y la confección en Europa disminuyó un 0,9% respecto a 2013. Es una industria que tiene muchas empresas de tamaño pequeño que trabajan sólo para su mercado local, y estas desaparecen muy rápido. Hoy, un empresario no puede pensar en local, sino con visión europea, sencillamente porque hay más oportunidades para sobrevivir. También vemos start ups, pero su principal problema es el acceso a la financiación, encontrar talento y dar con los clientes.

 

P.: ¿Es el segmento de los textiles técnicos la única salvación para la industria textil en Europa?

R.: No es el único, pero sí es cierto que es el único segmento que ha seguido creciendo en Europa en los últimos años. Sólo hace falta ver cuál ha sido el consumo de fibras. En 1996, el 45% de las fibras textiles se destinó a la ropa, mientras que el 21,2% fue para aplicaciones industriales del textil. En 2012, en cambio, el 29,3% fue para prendas de vestir y el 36,8%, para aplicaciones técnicas. El auge de la industria de los textiles técnicos no sólo se da en Europa, ocurre en todo el mundo. Es un sector que siempre ha existido, pero que ahora ha disparado su crecimiento porque hay menos competencia.

 

P.: ¿Tiene futuro la industria tradicional en Europa?

R.: La sostenibilidad es un valor cada vez más fuerte entre los consumidores. No es algo masivo, pero sí observamos que es una tendencia clara. Llega un momento en que el consumir se cansa del low cost, de comprar sólo por precio. Al final, el consumidor quiere calidad al mejor precio. Pienso que la tendencia de futuro es esta.

 

P.: ¿Qué peso tiene el textil español en Europa?

R.: Los miembros de la Confederación de la Industria Textil, Texfor, generan el 6,7% del negocio del sector textil en Europa. Creo que la industria española ha añadido valor en los últimos años y cuenta con buenos pilares. Entre 2007 y 2014, el sector en España ha disminuido el número de trabajadores, pero en cambio, ha mejorado en cifra de negocio. Si hiciéramos un ránking entre los países europeos, el textil español ocuparía un cuarto o quinto lugar.

 

P.: El concepto innovación también es uno de los más utilizados. Cuando se habla de innovación, exactamente ¿de qué se habla?

R.: Creo que puedes ser innovador en cómo haces negocios, en cómo utilizas tus conocimiento para llevar tu producto a tus consumidores… La innovación tiene que ver en cómo gestionas tus procesos: con mayor rapidez y con mayores márgenes para poder reinvertir. Esta es la manera para tener éxito.

 

P.: ¿Todas las compañías pueden innovar?

R.: Las empresas necesitan el apoyo de las estructuras administrativas locales, en aspectos formativos y de I+D. Desde las organizaciones empresariales tenemos que actuar para abrir los ojos a las empresas. En algunas de las agrupaciones de Euratex han empezado a poner en marcha la figura de un coaching que asesora y guía a las compañías para mejorar sus procesos.

 

P.: ¿Cuál cree que es ahora el reto más importante para las empresas del sector en Europa?

R.: Tenemos que cambiar la manera de pensar. Continuamos viendo al de al lado sólo como un competidor, pero quizás podríamos colaborar con él en ciertos aspectos. Creo que el futuro de las empresas pasa por buscar modelos más colaborativos. Sé que es difícil para las empresas, pero creo, en el futuro, las compañías serán más innovadoras, más sostenibles y más colaborativas, en parte obligadas por los grandes grupos.

 

P.: En este nuevo contexto, ¿cuál es el papel de una patronal?

R.: Es importante para ayudar a las empresas a expandir sus negocios y a crear la estructura necesaria para que cooperen más entre ellas.

 

P.: ¿Cuál es el peso del Consejo Intertextil Español en Euratex?

R.: Antes de crearse Euratex, a mediados de los noventa, en Europa había tres organizaciones que representaban la industria, una para el textil, otra para la confección y una tercera que agrupaba las grandes empresas. Pero Bruselas sólo quería un solo interlocutor de toda la industria. La unión no fue fácil, pero pensamos en el Consejo Intertextil, que muchos años atrás, a finales de los setenta, había logrado esta unión. Nos mostró que es posible ir todos juntos.

 

P.: ¿Qué opina entonces de la salida del producto acabado del CIE?

R.: Creo que el CIE fue pionero en lograr la unión de todos los procesos y ahora deberá reestructurarse de nuevo para volver a incorporar la confección y poder mantener la visibilidad. Hay que entender el papel de las dos partes: los procesos son diferentes, pero juntos dan una visión trasversal de la industria.

 

P.: En Europa, una de las cuestiones más polémicas en la actualidad es el made in. ¿Cree que las negociaciones podrán desencallarse?

R.: Desde Euratex decimos que sí al made in, a pesar de que hay una minoría de nuestros miembros que no le dan apoyo. Reconocemos que la realidad no es blanco o negro. Francia, Italia, Portugal o España han invertido mucho en el made in, pero otros países en Europa han desarrollado modelos de negocio diferentes… Y ahora, la actual normativa europea sobre la seguridad de los artículos de consumo está bloqueada por esta cuestión. Unos defienden que el consumidor quiere saber de dónde vienen los productos, pero las grandes marcas creen que es la marca en sí lo que están comprando y la que da las garantías. El made in está en todos los mercados, aunque no significa lo mismo en todos ellos.

 

P.: Otro tema de debate en Europa es el tratado de libre comercio con Estados Unidos. ¿Cuál es la postura de Euratex al respecto?

R.: Que se realice bajo la normativa europea. Es muy complicado negociar con Estados Unidos… Las conversaciones regulatorias son claves, pero creo que deben estar al mismo nivel. No sólo ha de ser Europa la que tiene que cambiar su normativa.