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Formar a una constelación

Manuel Blanco está al frente del Centro Superior de Diseño de Moda (Csdmm), adscrito a la Universidad Politécnica de Madrid. 

Tribuna: Manuel Blanco

12 abr 2018 - 04:40

Formar a una constelación

 

 

El pasado julio, recibimos de mano de Su Majestad la Reina el Premio Nacional de Moda en su categoría de Educación y Cultura. Este año, el Centro Superior de Diseño de Moda de la Universidad Politécnica de Madrid celebrará el desfile de los estudiantes de la primera promoción como carrera universitaria, apadrinados por Paco Rabanne.

 

Y hace tan solo un par de años, en el Teatro Real, festejábamos con un desfile en sus salas y terrazas nuestro 30 aniversario. Celebrábamos el momento en que la industria, la Cámara de Comercio, Ifema, Loewe y todos los grandes actores del mundo de la moda, de la mano de la Universidad Politécnica de Madrid y a iniciativa de su Escuela de Arquitectura, anunciaban hace tres décadas la creación de esta nueva escuela de estudios superiores de moda.

 

¿Qué ha pasado en estos treinta años? ¿Y cuál ha sido el motivo de la recreación de nuestro título? El sector de la moda copa ya el 2,9% del Producto Interior Bruto (PIB). Somos los líderes en retail en el mundo: Inditex, Mango, Desigual, Grupo Cortefiel, lideran el sector a escala global.

 

En nuestro patronato sigue todavía nuestro ADN primigenio representando por Enrique Loewe, pero la Asociación Creadores de Moda de España, liderada por Modesto Lomba, y los grandes sectores de la industria han ido cobrando cada vez un mayor peso. Aprendemos de ellos para elaborar nuestros planes de estudio. Grupo Cortefiel, por ejemplo, acaba de crear una nueva aula en nuestra universidad.

 

Nos apoyamos en los grandes grupos, pero también en esa serie de pequeñas y medianas firmas que nos buscan para dar trabajo en práctica a nuestros estudiantes y nos transmiten cuáles son sus fortalezas y sus debilidades. Nos apoyamos en todo el sector: en las federaciones, como Fedecon y Asecom que estructuran la industria y nos transmiten pormenorizadamente sus necesidades.

 

 

 

 

Hablamos de un sector en el que no solamente cuentan los bellos diseños, sino que la producción, saber confeccionar, comprar, producir, distribuir y estudiar cómo proyectar las nuevas tendencias y los mercados son actualmente factores decisivos.

 

Tenemos que enseñar a nuestras alumnas y alumnos cuáles son los mercados globalizados del producto, pero también a generar ese producto desde parámetros de sostenibilidad unida a la creatividad y a la innovación. También a insertar en nuestras enseñanzas la tradición de la artesanía, que no sólo alimenta al lujo, sino también al mundo paralelo que empezó como ready-to-wear, prêt-à-porter, y desembocó en el premium, pero cuyos conocimientos y enseñanzas se aplican a  todo el sector mayoritario del retail.

 

El mundo complejo de la indumentaria, de la moda, se ha ido transformando en nuevos formatos y en canales de distribución que ya no son siempre presenciales. Compramos y vendemos cada vez más online. Los desfiles no desaparecen, pero ya no es tan cierto que correspondan a temporadas futuras, sino que se insertan en la realidad del momento, y se combinan con los catálogos en las redes.

 

Y además se mueven y se reestructuran los momentos de las semanas de moda en las distintas ciudades para alcanzar, como en Mercedes Benz-Fashion Week Madrid ahora en julio en su nueva etapa de la mano de Charo Izquierdo, con una mayor cantidad y calidad de grandes compradores en este mercado global.

 

 

 

 

Nosotros hemos creado un grado universitario, un programa de doctorado pionero en el mundo y un máster de producto con los mejores diseñadores. Ahora estamos desarrollando el máster de fashion engineer, un profesional del diseño que tiene también los conocimientos técnicos para desarrollar su trabajo en este mundo complejo y transversal en el que la creatividad y el know how se dan la mano.

 

Los estudios de moda en nuestra universidad están presentes en China y desde allí vienen a nuestras aulas estudiantes de sus más prestigiosas universidades. Nos hemos aliado con las instituciones de París, y tenemos una larga tradición de cooperación con toda América.

Los mejores diseñadores y especialistas en producción dan clase en nuestra escuela.

 

Tenemos que saber responder desde el sector a todos los challenges que se presentan en nuestra comunidad: creamos su imagen, la vestimos, atendemos sus necesidades cotidianas y simbólicas, pero somos también la industria pujante de una forma viable y sostenible que está revolucionando la economía de nuestra sociedad.

 

 

 

 

Estamos en un mundo en plena transformación, nuestras casas de moda asumen modos y maneras que antes sólo veíamos fuera, como el nombramiento de nuestro magnífico profesor Daniel Rabaneda como director creativo de una firma con el prestigio de Ángel Schlesser, cosa que hubiera sido sorprendente hace una década.

 

La formación de nuestros diseñadores los habilita para competir en un mercado de trabajo con una gran empleabilidad, y en muchos tipos de puestos diversos adecuados a sus intereses profesionales. La única meta con la que se estudia ya no es sólo el intento de lanzamiento de una nueva marca personal, solos o en colectivo.

 

La difícil consolidación de estos empeños, como saben nuestros compañeros del sector, los está llevando hacia otros destinos, si bien en ese territorio crea cada vez más tendencia un modelo dual en que un director creativo y un director comercial, un tándem que funcionó magníficamente en el momento de la creación de Del Pozo al suceder al genial Jesús, un dúo formado por gran director creativo como Josep Font y una magnífica directora comercial como Ainhoa García Echaniz, ahora trabajando en Loewe en París, en el equipo que completa la labor de Anderson.

 

 

 

 

Pero este no es, por supuesto, el modelo mayoritario de implantación laboral. Muchos son los estudiantes diseñadores de nuestros centros que están en los equipos de Inditex, o que dirigen incluso el trabajo creativo de una gran firma como Nacho Aguayo para Pedro del Hierro en el grupo Cortefiel, o Carol, directora creativa en la interesante aventura sostenible de gran diseño que es Ecoalf.

 

Pero muchos otros de esos puestos están a la espera de diseñadores de moda que son imprescindibles para unir su formación a conocimientos más específicos de producción o de comprador. No es lo mismo el know how que se adquiere con la experiencia sin una formación académica previa de diseño y producción que si esta se tiene y sobre ella se construye día a día uno de los grandes profesionales que le dan prestigio a la universidad y provecho a las empresas.

 

Este es uno de los grandes cambios que está experimentando el mercado de la moda en nuestro país. No hablamos ya de un star system, de casos aislados singulares, magníficos y que por supuesto siguen existiendo, y que además muchos de ellos enseñan en nuestro centro, sino que estamos hablando de una constelación, de una nube de especialistas formados en las distintas escuelas y que con la colaboración necesaria del destinatario final, de la industria, de las empresas que sois en realidad nuestro cliente final, se terminan desarrollando gracias a las prácticas y primeros contratos para formar parte de esa urdimbre, de ese tejido cada vez más resistente que es la industria de la moda en España.

 

 

Manuel Blanco es el consejero delegado del Centro Superior de Diseño de Moda de la Universidad Politécnica de Madrid.