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Fernando Aguirre, el ‘cerebro’ de Ágatha Ruiz de la Prada

13 oct 2010 - 00:00

P. Riaño.- Su imagen es más la de un diseñador que la de un gestor. Salvo por la corbata y la americana, que le delatan. Licenciado en Ciencias Económicas, Fernando Aguirre conoció durante su época universitaria a Enrique Loewe, con quien fundó un periódico de pensamiento. Cuatro décadas después, Aguirre codirige, apartado del día a día, una de las marcas españolas de mayor repercusión internacional: Ágatha Ruiz de la Prada.Hace cerca de dos años que se jubiló y Ágatha Ruiz de la Prada de Sentmenat, la diseñadora que da vida a la firma, aún no le ha encontrado un sustituto. “No hay relevo y seguramente no lo habrá –ha explicado Aguirre en una entrevista concedida a Modaes-; ella ha buscado a alguien igual que yo y no lo ha encontrado”. Durante los años de máximo crecimiento de la marca, conocida por sus colores y sus iconos, Aguirre y Ruiz de la Prada casi vivían juntos, desvela el directivo, mientras añade que cada vez que la enseña abre un nuevo punto de venta el equipo de desplaza a la ciudad durante una larga temporada. “Yo no esperaba que mi salida coincidiera con la crisis, por eso continúo vinculado”, asegura Aguirre. Aguirre inició su trayectoria laboral en Loewe; durante los veintiocho años que permaneció en la casa de lujo la empresa pasó de contar con ocho tiendas en España a cerca de cien en las principales ciudades del mundo. En su siguiente destino aplicó todo el conocimiento adquirido en Loewe, ya que la empresa Bric’s Italia le encargó transformarla de fábrica de artículos de viaje a una firma de accesorios. Chanel, Pedro del Hierro y Carrera y Carrera fueron tres de las firmas que contaron con su asesoramiento hasta que, en 2001, se incorporó como director general a Ágatha Ruiz de la Prada. “Ágatha no era la típica diseñadora –recuerda-; trabaja catorce horas y ella siempre ha dirigido la empresa, yo sólo la ordené”. La diseñadora madrileña ha creado un universo de colores y formas que ha estampado en 43 licencias, que van desde ropa de niño, perfumería y papelería hasta puertas blindadas. “Ha creado un mundo, una filosofía estética con los colores primarios y una serie de iconos que siempre se repiten”, afirma.De selva a jardín Cuando se incorporó a la empresa, a principios de la década anterior, el universo de Ágatha Ruiz de la Prada era un caos, ya que se encontraba en los años de máximo crecimiento, tras haber estrenado en los noventa la fórmula de las licencias para productos como textil del hogar. “Convertí aquella selva en un jardín”, afirma. La firma, reticente a facilitar datos económicos, se ha convertido en una de las marcas españolas más renombradas gracias a la apuesta por las licencias, que generan un negocio de alrededor de 300 millones de euros en todo el mundo. De esta cifra, Ágatha Ruiz de la Prada ingresa alrededor del 10% a través de royalties. A la complicación de poner orden a la extensa cartera de productos se sumó, además, el deseo de la diseñadora de ser una “firma democrática”. Así, tal y como recuerda Aguirre, su principal labor consistió en modificar el posicionamiento de Ágatha Ruiz de la Prada. “Crear una marca en la cima de la pirámide es más fácil que en la base –explica Aguirre-; la clienta Ágatha es transversal, puede ser de cualquier edad o estrato social”. A partir de la moda, Ágatha Ruiz de la Prada ha llevado su marca a todos los sectores, por lo que, tal y como asegura Aguirre, resulta imprescindible controlar tanto los productos que se licencian como el modo en que se hace. El ejecutivo explica que la diseñadora, que supervisa todos los diseños, nunca llevaría su marca a artículos bélicos, relacionados con el tabaco o que no fueran ecológicos. De la mano de Aguirre, la firma diseñó una estrategia con la que mantener controladas todas sus licencias, coordinándolas a través de la presencia en ferias y de la apertura de tiendas propias. “Ninguna de nuestras tiendas es rentable, es un escaparate, es decir, inversión en publicidad –sostiene el todavía presidente de la firma-; es una inversión elevada, pero rentable”. Ágatha Ruiz de la Prada cuenta actualmente con cinco tiendas, todas ellas en propiedad. “No hemos querido hacer franquicias, porque no podemos gestionarlas”, explica. Cada vez que la firma apuesta por un nuevo mercado con la apertura de un punto de venta, Ágatha Ruiz de la Prada abre un showroom, contrata una agencia de comunicación en la ciudad y realiza un desfile. “Si no tiene estos cuatro elementos, no rentabilizas ninguno”, señala el directivo.Crecimiento Cuando Aguirre, que hoy en día forma parte del cuerpo docente de ISEM Fashion Business y es miembro de la junta directiva de la Asociación de Creadores de Moda de España (Acme), se incorporó a Ágatha Ruiz de la Prada, la empresa no contaba con ninguna tienda. Desde su entrada en la compañía, prácticamente la única inversión en publicidad que se ha realizado ha sido la vinculada a las tiendas y los desfiles. “A partir del boom del 2000, optamos por cortar la publicidad –recuerda-; la marca fue copiada en todos los sectores, hubo una especie de saturación y fue necesario controlar las apariciones, más aún cuando quieres ser una marca democrática”. Hoy en día, la empresa cuenta con un departamento jurídico dedicado únicamente a las copias y las falsificaciones, que emprende acciones legales siempre de la mano de los licenciatarios. Todos los productos que llevan su marca (excepto la moda, que es propia) se comercializan con licencias, que llegan a un total 120 países.