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Ester Laruccia (BBFW): “Los esquemas sociales en las bodas se están rompiendo y las empresas tienen que adaptarse”

S. Riera

12 nov 2015 - 04:40

Ester Laruccia es la nueva directora de la Barcelona Bridal Fashion Week. La directiva, que forma parte del equipo de moda, hostelería y hogar en Fira de Barcelona, toma las riendas del certamen en sustitución de Miquel Serrano, que toma las riendas del negocio internacional del organizador ferial. Laruccia, que ya había trabajado con Serrano en las dos anteriores ediciones del certamen, continúa el camino trazado en el plan estratégico hasta 2020 y reenfoca el certamen haciendo el mismo hincapié en el concepto moda que en el de nupcial.

 

Pregunta: Esta edición, la feria añade fashion al nombre, a la vez que resta protagonismo a marcas como Pasarela Gaudí o Noviaespaña. ¿Es una manera de simbolizar un cambio de ciclo en el evento? 

Respuesta: No rompemos con el pasado, sino que seguimos con la tradición y experiencia del certamen. No queremos olvidar lo que ha habido, si no que proponemos una evolución siguiendo el mercado. Al final, la moda nupcial es moda. La sensación era que la moda nupcial se había quedado como algo aparte y también es moda. Seguramente, el vestido más caro que se compre una mujer en toda su vida será el de novia.

 

P.: Ha habido un reenfoque…

R.: Añadir fashion forma parte de una estrategia mucho mayor, de la que se dieron ya los primeros pasos en las pasadas ediciones y que hemos querido representar en la nueva imagen del evento, en la que mostramos todo el universo nupcial que hay más allá del vestido de la novia: el traje del novio, los accesorios y complementos, los vestidos de fiesta. Queremos prestar más atención en los demás segmentos asociados a la moda nupcial y queremos crecer en ellos.

 

P.: ¿Evoluciona el comercio nupcial en esta línea?

R.: La feria no deja de ser un reflejo de lo que hay en el mercado y, en este sentido, es más fácil que los compradores cercanos accedan. Sin embargo, el año pasado logramos traer a cincuenta compradores de Estados Unidos, empresas de todo tipo, aunque la mayoría eran comercios familiares con un volumen de ventas importante. Es muy difícil traerlos. Una tienda de Seattle, por ejemplo, sólo se desplazará a Barcelona si sabe que encontrará novedades.

 

Ahora, la moda nupcial es un “vístete cómo quieras”, incluso en el hombre, que cada vez gasta más en la ceremonia

 

P.: ¿Es un sector dinámico? ¿Hay más propuestas que el clásico vestido romántico?

R.: Es un sector muy dinámico. A la feria acude tanto el comprador que va en busca de un vestido comercial como el que quiere lo más exclusivo. Hay diseñadores más tradicionales y otros que están abriendo el sector al ready-to-wear, con diseños de trajes para casarse y para el día a día. Cada vez hay más propuestas porque la novia en sí está cambiando.

 

P.: ¿Cómo cambia la novia?

R.: Una tendencia es que las novias ya no utilizan sólo un vestido para la boda, sino varios. Uno para la ceremonia en sí y otro para la fiesta, uno más romántico y otro más atrevido. Quizás se reduce el número de bodas, pero no el de las celebraciones y, sea convencional o no, las mujeres seguimos estando dispuestas a gastarnos lo indecible. Ahora, la moda nupcial es un “vístete cómo quieras”, incluso en el hombre, que cada vez gasta más en la ceremonia.

 

P.: También hay más divorcios…

R.: Exacto. Y otro negocio muy importante son las segundas y las terceras bodas, donde las mujeres son ya más maduras y pueden llegar a tener un nivel adquisitivo más elevado. Los esquemas sociales se están rompiendo y las empresas tienen que adaptarse a todos estos cambios.

 

P.: ¿Llegaremos a comprar vestidos de novia por Internet?

R.: Por qué no. Todavía nos falta para llegar a ello, pero llegará. En países como Estados Unidos es ya una realidad y no tardará en llegar a España. De hecho, ya hay fenómenos que funcionan en España como los trajes de segunda mano. No obstante continua siendo un sector donde sí es importante probar el vestido, en el que hay un componente de costura muy importante y, en definitiva, en el que los vestidos son caros. No puedes comprar por Internet un vestido de 4.000 euros de la misma manera que compras una camiseta de 20 euros.

 

P.: España tiene dos empresas fuertes de moda nupcial, como Pronovias y Rosa Clará, pero el resto son pymes. ¿El tamaño es un hándicap para la expansión internacional del sector?

R.: De hecho, creo que es nuestro punto fuerte. El nivel de la costura española en moda nupcial tiene una gran valoración internacional. La novia española es internacional: las exportaciones del sector aumentan año tras año. En 2014, el sector aumentó sus ventas al exterior un 17% respecto a 2013. Una novia de cada diez en el mundo viste un traje español. Quizás, sí que en el cambio generacional ha habido una mayor apertura al mundo, pero no dejan de ser por ello talleres artesanales. Y el papel de Pronovias y Rosa Clará es también importante, porque ayudan a que el mundo nos reconozca.

 

No puedes comprar por Internet un vestido de 4.000 euros de la misma manera que compras una camiseta de 20 euros

 

P.: ¿Se crean empresas nuevas en moda nupcial?

R.: Sí, la mayoría empiezan como ateliers. En la feria les dedicamos incluso un espacio, porque vemos que hay compradores interesados en algo diferente, en marcas no comerciales, ideas únicas…

 

P.: Fira de Barcelona heredó una feria que funcionaba, pero que se había quedado estancada en cifras de visitantes y expositores. ¿Faltaba revitalizarla?

R.: Hemos tenido la suerte de heredar este evento que es un bombón, que contaba ya con una oferta fiel y consolidada y que además tenía proyección internacional. Antes, el mundo venía a la Bridal Week y ahora es la Bridal Week la que va el mundo. Hemos trazado un plan estratégico hasta 2020 a través del cual queremos ser la feria de referencia a nivel mundial.

 

P.: ¿Qué metas os habéis marcado para 2020?

R.: Queremos crecer, pero no a toda costa. Queremos seguir siendo selectivos a la hora de escoger a los expositores porque creemos que es la clave para diferenciarnos. Si quieres desmarcarte tienes que hacer algo diferente. La oferta de precio medio-bajo no puede superar nunca a la de medio-alto. No quiere decir que no lo encuentres, pero su proporción respecto al resto es menor. No es un reto fácil conseguir que la gente vea cosas nuevas en un mundo en el que llegas muy rápido a cualquier lugar.