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El Paracaidista: dar un salto al vacío para construir el lugar de recreo para los ‘millennials’

En marcha desde el año pasado, El Paracaidista ha llevado a la capital española la fusión entre moda, gastronomía, cine y cultura bajo un mismo techo.

Lorenzo Molina

7 abr 2017 - 04:44

El Paracaidista: dar un salto al vacío para construir el lugar de recreo para los ‘millennials’

 

 

 

AÑO DE FUNDACIÓN: 2016

 

FUNDADORES: Juan Fraile, Javier Andreu y Eva Martínez

 

OFERTA: Moda, calzado, accesorios, libros, mobiliario, iluminación, textil hogar, tecnología, alimentación

 

MARCAS: Puma, Baracuta, Herschel, Úrsula Mascaró, Ecoalf, Ontour, Converse

 

Nº EMPLEADOS: 70

 

 

 

Se autodescribe como un centro comercial de última generación. Fusionando la tecnología para el retail con el encanto de lo retro gracias al edificio histórico en el que se encuentra, El Paracaidista aterrizó en Madrid el año pasado con una propuesta clara para rescatar al canal multimarca de la crisis que atraviesa. Aunque la moda es la principal protagonista del espacio, las prendas de vestir y el calzado cede terreno al ocio, la cultura y la gastronomía para convertir la tienda en un templo moderno del entretenimiento y el consumo.

 

El Paracaidista nació de la mano de Juan Fraile, Javier Andreu y Eva Martínez, tres emprendedores de campos profesionales distintos que se unieron para la puesta en marcha del concepto. Fraile, consejero delegado del espacio, es también fundador del Mercado de Motores, un evento mensual celebrado en el Museo del Ferrocarril de Madrid donde se venden productos artesanos y moda vintage dirigidos al público hipster de la capital.

 

Martínez es la directora de operaciones. Formada en empresariales, la directiva ha estado involucrada en la gestión de varias tiendas multimarca en Madrid, entre ellas la ya cerrada Ertl&Cohn. Finalmente, Andreu aporta su grano de arena en materia tecnológica, tras trabajar en el desarrollo de aplicaciones relacionadas con la moda.


“El público latino está todavía acostumbrado a ser atendido personalmente por un vendedor cuando entra en una tienda”, dice Pasquale Fiore, director de tienda en El Paracaidista. “Los clientes tienen mucha facilidad para realizar una compra online desde casa, pero todavía no están acostumbrados a comprar de manera digital in situ en el establecimiento”.

 

 

 

El Paracaidista: dar un salto al vacío para construir el lugar de recreo para los ‘millennials’

 

 

 

Fiore se refiere al hecho de que todos los productos de El Paracaidista disponen de códigos QR en las etiquetas que, al ser leídos por la app propia de la tienda, aportan información adicional acerca del producto. Si le interesa, el cliente puede realizar el pedido a través del móvil y recogerlo directamente en recepción listo para llevar o bien enviar su pedido directamente a casa.

 

A pesar de toda esta apuesta por lo techie, sólo un 10% de las ventas de El Paracaidista tiene lugar a través de su aplicación. La tienda física representa el 50% de la facturación, mientras que el 40% restante se genera en su plataforma de ecommerce.  

 

Pasquale Fiore no es un recién llegado a la industria de la moda. El responsable del establecimiento empezó su carrera en Italia trabajando como visual merchandiser para Gucci Dolce&Gabbana. Antes de incorporarse a El Paracaidista, Fiore fue encargado de visual merchandising para España y Portugal en Hermès durante tres años.

 

 

 

 

 

La moda juega un papel predominante en la tienda y copa el 60% de las ventas totales. De las cerca de 260 marcas en cartera, un centenar son empresas de ropa, calzado o accesorios. “Tenemos un mix entre marcas consolidadas internacionales y españolas, así como marcas jóvenes que no tienen un flagship y aquí encuentran un espacio abierto donde poder presentar su producto”, explica Fiore. Entre los nombres conocidos destacan Puma, Baracuta, Herschel y Úrsula Mascaró.

 

Las marcas que distribuyen sus productos en El Paracaidista pagan una tarifa por formar parte del showroom (así denomina la empresa a las dos plantas dedicadas al retail) de la tienda y para financiar los servicios adicionales que se ofrecen, como eventos puntuales y la aparición en las redes sociales de El Paracaidista, que cuenta con casi 15.000 seguidores en su canal de Instagram. En productos de moda, el establecimiento se queda con alrededor del 30% de las ventas.

 

“Es una cuestión de exclusividad: el público hoy en día está un poco saturado de lo que se ve por todas partes”, reflexiona Fiore sobre el cada día mayor éxito de las concept stores. “Los establecimientos han entendido las exigencias de un cierto tipo de clientela más bohemia, que busca siempre la peculiaridad del establecimiento y que el producto no sea banal”, añade.

 

 

 

 

 

Las colecciones cápsula que comercializa El Paracaidista son diseñadas en exclusiva para el espacio, con pocas unidades por producto. Esto le permite eludir el peligro de acumular demasiado stock y, al mismo tiempo, ignorar por completo los periodos de rebajas. “Al tener este tipo de producto distintivo, tenemos un público que viene expresamente en busca de nuestros artículos”, señala Fiore.

 

El top 5 de las marcas más vendidas lo componen Ecoalf, Ontour y Converse, así como los artículos de decoración de Good & Mojo y Mad Lab. Tras la moda, la segunda categoría que más ventas genera son los libros, seguida por la alimentación y la tecnología. “Nuestro objetivo es entrar en casa de nuestros clientes de muchas formas distintas: a través de un armario o en forma de libro”, apunta Fiore.

 

El responsable de tienda también señala la necesidad de redefinir el concepto de moda en sí mismo como un fenómeno que va más allá de la ropa. “La tecnología y los libros entran dentro del lifestyle de moda; unos altavoces son realmente piezas de moda porque tienen un diseño original y actúan como elemento decorativo”, explica Fiore.

 

 

 

 

 

Además del showroom de dos plantas, El Paracaidista alberga un bar-cafetería, un restaurante, una coctelería, un cine y una zona de exposiciones patrocinada por BMW-Mini. “Hay una parte de financiación implicada en ello; al final se trata de llegar a todos los públicos, hacerse un hueco como empresa y demostrar que nos movemos hacia la tecnología, el nuevo consumidor y la modernidad”, explica Fiore.

 

Las áreas de ocio y restauración actúan muchas veces como gancho para atraer a consumidores potenciales de la tienda, al tiempo que los eventos fidelizan al cliente y le hacen sentirse parte de una comunidad. “El cliente que compra una botella de agua o chocolatina de diseño realmente se acuerda de la experiencia y vuelve”, apunta Fiore. “Al introducir una marca de moda, los primeros meses no suele funcionar, porque el cliente que acude a nosotros medita muy bien en qué invierte el dinero”, añade.

 

El diseño también juega un papel esencial para El Paracaidista. “Queremos vender producto, pero también una estética, belleza, decoración”, explica Fiore. “El visual debe conseguir que la tienda parezca bonita, sin que cause miedo al consumidor tocar y experimentar el producto”, zanja. En total, setenta personas trabajan en el local, de los cuales trece están dedicados al showroom de marcas.