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El Mapa de la Moda 2016 (VII): Los dueños del negocio de la perfumería

S. Riera

15 jun 2016 - 04:57

 

Por quinto año consecutivo, Modaes.es se adentra en la serie El Mapa de la Moda. A lo largo de once semanas, El Mapa de la Moda realizará un recorrido por los principales operadores del mundo del negocio de la moda.

 

El Mapa de la Moda es un documento que Modaes.es elabora anualmente con el objetivo de convertirse en una guía para conocer cuáles son y cómo trabajan los principales actores del negocio. Segmentado por sectores, El Mapa de la Moda es un documento de consulta para los empresarios, directivos y profesionales del negocio de la moda y de sus sectores auxiliares.

 

Patrocinado por Moddo, plataforma omnicanal para el mundo de la moda, el calzado y el deporte, en este séptimo capítulo El Mapa de la Moda se adentra en las principales empresas del negocio de la perfumería en el mundo. Cada miércoles, Modaes.es abordará un nuevo segmento: gran distribución, grandes almacenes, lujo, moda urbana, moda deportiva, moda infantil, industria auxiliar, calzado y ecommerce.

 

Cada capítulo figurará en Modaes.es como un artículo de análisis, para más tarde pasar a formar parte de un Dossier de consulta disponible en Modaes.es.

 

 

La industria de la perfumería y la cosmética está liderada de manera indiscutible por L’Oréal. De lejos le siguen otros gigantes, como Estée Lauder, Beiersdorf o la japonesa Shiseido. El podio del sector continúa teniendo a grupos europeos como protagonistas, aunque empiezan a escalar con fuerza otras compañías asiáticas y, más allá de Shiseido, han empezado a expandirse de manera global las coreanas AmorePacific y LG Household&Health Care.

 

Las estadounidenses Avon y Coty se mantienen entre los diez mayores grupos del mundo, junto con la brasileña Natura Cosméticos, que se cuela en el mapa con ventas cercanas a los 2.000 millones de euros en 2015 y un plan de expansión internacional a través del retail sobre la mesa.

 

Fuera del ránking de los diez mayores grupos del sector se han quedado la española Puig, con una cifra de negocio de 1.645 millones de euros en 2015; Revlon, con ventas de 1.238,4 millones de euros; Elisabeth Arden, de 854,2 millones de euros, o Interparfums, de 327,4 millones de euros. Por último, apuntar que el gigante galo Yves Rocher no ha entrado en el ránking porque el última dato de facturación disponible (2.300 millones de euros) corresponde a 2013.

 

 

Fundada en 1909 por Eugène Schueller, L’Oréal es en la actualidad el mayor grupo del mundo de cosmética y perfumería, que ha ido agrandando su tamaño a través de adquisiciones, diversificación y expansión global. Schueller, licenciado en química, dio sus primeros pasos en este negocio con el lanzamiento de un tinte para pelo de nombre Oréal que comercializó entre los peluqueros de París. En pocos años, el empresario introdujo el tinte en Austria, Holanda, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Brasil.

 

En las siguientes décadas, la compañía fue ganando tamaño con la compra de otras marcas, el lanzamiento de nuevas e incluso la edición de la revista especializada Votre Beauté. Ya en la década de los sesenta, y tras fallecer el fundador, tomó las riendas del negocio François Dalle, autor del llamado Le Grand L’Oréal. Bajo su mandato, la empresa dio el salto a bolsa, compró Lancôme, Garnier y Biotherm, y lanzó el primer perfume de diseñador.

 

En el cambio de siglo, fue su sucesor, Lindsay Owen-Jones, quien dio al grupo su dimensión global, manteniendo la estratégica de adquisiciones (Helena Rubistein, La Roche-Posay, Maybelline, Kiehl’s) y las licencias de marcas. Su actual presidente y consejero delegado, Jean-Paul Agon, mantiene la misma política de crecimiento que sus predecesores.

 

El gigante francés cerró 2015 con una cifra de negocio de 25.257,4 millones de euros. Por divisiones, el negocio del lujo se situó en 7.230 millones de euros, con un alza del 16,7%. La segunda división con un mayor crecimiento en 2015 fue la de productos profesionales, con un incremento del 12,1% y 2.299,7 millones de euros de facturación. Por su parte, las ventas en productos del gran consumo aumentaron un 10%, hasta 11.844,2 millones de euros.

 

La empresa opera en 140 países de todo el mundo. L’Oréal creció en el último año un 23,5% en Norteamérica, hasta 6.654,4 millones de euros. En Europa Occidental, el aumento de las ventas fue más moderado, del 4,5%, situándose en 8.042,7 millones de euros. En los mercados emergentes, la evolución del grupo en 2015 fue desigual. Mientras que el crecimiento de L’Oréal en África y Oriente Medio se disparó un 28,1%, hasta 727,9 millones de euros en 2015, las ventas en Europa del Este cayeron un 3,5%, registrando 1.530,4 millones de euros.

 

En los últimos meses, L’Oréal ha confirmado su apuesta por mercados tradicionales como el estadounidense, donde recientemente se ha hecho con trece tiendas del distribuidor Raylon Corporation, principal competidor de Estée Lauder. Las operaciones corporativas continúan presentes en la estrategia de la multinacional, que puja ahora por las fragancias de Dolce&Gabbana.

 

El grupo concentra su distribución en el canal multimarca y a través de corners en grandes almacenes y en aeropuertos. Sin embargo, la empresa es propietaria de marcas como The Body Shop, con un modelo de negocio basado en el retail y que, por sí sola tiene más de 3.000 tiendas en todo el mundo. En cuanto a su capacidad productiva, L’Oréal cuenta con 44 fábricas.

 

El actual presidente y consejero delegado de la empresa, Jean-Paul Agon, es un histórico de la empresa, en la que se incorporó en 1978 y en la que ha desarrollado toda su carrera profesional. El directivo asumió este cargo en marzo de 2011.

 

 

Nieta de un empresario químico de origen húngaro, Josephine Esther Mentzer fundó la empresa junto a su marido, Joseph Lauder, en Nueva York. El nombre de Estée vino de una variante del nombre de pila de la fundadora. Los Lauder pusieron en marcha la compañía en 1946 con una serie de productos para el cuidado de la piel que distribuyeron por salones de belleza y hoteles de la ciudad. En menos de dos años, la cosmética de Estée Lauder entró en Saks Fith Avenue.

 

La fundadora falleció en 2004, pero la saga familiar permanece aún vinculada a la compañía. Su nieto William es el presidente ejecutivo y otras dos nietas ocupan también cargos directivos.

 

En su último ejercicio fiscal, la compañía alcanzó una cifra de negocio de 10.780 millones de dólares (9.568millones de euros), un 2% menos que en 2014. La empresa explicó este retroceso por el impacto de la divisa y apuntó que, en tipos de cambio constantes, la facturación del grupo se habría elevado un 3%. Estée Lauder, que mantiene activa su estrategia de crecimiento a través de adquisiciones, ha iniciado en 2016 una reestructuración de su negocio que podría costarle hasta 700 millones de dólares (621 millones de euros).

 

Por categorías de producto, el grueso del negocio sigue liderado por los artículos de cuidado de la piel y los de maquillaje. La primera categoría disminuyó las ventas en el último año un 6%, hasta alcanzar 4.478,7 millones de dólares (4.030 millones de euros), mientras que la segunda registró un alza interanual del 2%, hasta 4.304,6 millones de dólares (3.873 millones de euros).

 

El grupo comercializa sus productos en 150 países y territorios principalmente a través del canal multimarca. No obstante, algunas de sus marcas cuentan con cadenas de tiendas, como es el caso de Jo Malone o Mac. Jo Malone, por ejemplo, cuenta con más de 500 puntos de venta entre tiendas y corners.

 

Por áreas geográficas, Estée Lauder facturó en 2015 en el continente americano 4.513,8 millones de dólares (4.006 millones de euros), un 1% menos que en el año anterior; en la región Emea (Europa, Oriente Medio y África), las ventas fueron de 4.086,4 millones de dólares (3.627 millones de euros), un 2% menos, mientras que en Asia-Pacífico, alcanzaron 2.180,2 millones de euros (1.934 millones de euros), otro 2% menos.

 

Al frente de la compañía se encuentra William P. Lauder, quien asumió el cargo en 2009. El directivo se incorporó en la empresa familiar en 1986 como director regional de márketing para Clinique en Estados Unidos y, desde entonces, fue recorriendo diferentes ámbitos del grupo hasta alcanzar la presidencia. Su mano derecha es Fabrizio Freda, presidente y consejero delegado, quien asumió el puesto también en 2009.

 

 

En 1880, el farmacéutico alemán Paul C. Beiersdorf se instaló en Hamburgo procedente de Moscú, donde había sido director técnico de una planta de galvanizado. Con anterioridad, el empresario también había sido copropietario de una empresa de fabricación de instrumental de laboratorio y de varias farmacias en distintas localidades alemanas. En Hamburgo, Beiersdorf abrió otra farmacia. Junto con el dermatólogo Paul Greson Unna, el farmacéutico alemán desarrolló un proceso para la fabricación de apósitos médicos, que patentó.

 

A pesar de que la empresa continúa llevando el nombre de su fundador, fue Oscar Troplowitz quien la expandió tras adquirirla en 1890. El nuevo propietario ya trabajó sobre un modelo de negocio de diferente, apoyándose en las marcas Labello y Nivea, y en la expansión internacional. Beiersdorf continuó implicado en la compañía, en el desarrollo de producto. El primer hito internacional llegó en 1893 con un acuerdo con un distribuidor en Estados Unidos. Tras el fallecimiento de Troplowitz, la compañía dio el salto al parqué.

 

Nivea continúa siendo el principal puntal de la compañía, que en 2015 registró ventas de 6.686 millones de euros. En cuanto al beneficio neto, Beiersdorf concluyó su año fiscal con un resultado de 671 millones de euros, un 24,9% más que en el año anterior.

 

El grupo continúa concentrando su mayor volumen de negocio en Europa Occidental, donde en el último ejercicio facturó 2.281 millones de euros. En Latinoamérica, Beiersdorf registró una cifra de negocio de 650 millones de euros; en Norteamérica, de 426 millones de euros y en Europa del Este, de 535 millones de euros.

 

El grupo cuenta con tres fábricas en Alemania, dos en España (en la localidad barcelonesa de Argentona y otra en la madrileña de Tres Cantos), una en Polonia, dos en México y una en Tailandia.

 

El actual consejero delegado de la empresa, Stefan F. Heidenreich, tomó el cargo en 2012 después de una larga carrera en el negocio de los bienes de consumo y, en concreto, del sector del cuidado personal. El directivo inició su trayectoria en Procter&Gamble.

 

 

Shiseido fue fundada en 1872 como una farmacia por un ex jefe de farmacia de la marina imperial de Japón, Arinobu Fukuhara. Después de visitar Estados Unidos y Europa, el farmacéutico japonés colocó en su establecimiento una fuente de soda. El negocio derivó con los años hacia la restauración e incluso llegó a popularizarse por introducir el helado en el país.

 

Sin embargo, la empresa de cosmético empezó a forjarse a raíz del desarrollo de una loción hidratante, que tomó el nombre de Eudermine, y que las mujeres utilizaban para proteger su piel del plomo blanco que llevaba su maquillaje. En 1917, la compañía entró en el campo del maquillaje y, ya en 1923, inició su expansión con la apertura de corners. Cinco años después, la empresa salió a bolsa.

 

A finales de la década de los cincuenta, Shiseido emprendió su expansión internacional, primero en Taiwán, después en Singapur y más tarde en Hong Kong. En los sesenta, la empresa dio el salto a Estados Unidos, Europa y Oceanía.

 

La compañía cerró 2015 con una cifra de negocio de 763.058 millones de yenes (6.376 millones de euros). Sin embargo, por primera vez, se trató de un año fiscal de nueve meses, porque el grupo japonés cambio la fecha de cierre. A pesar de ello, Shiseido logró acercar la cifra de ventas, que en 2014, y con un ejercicio normal de doce meses, situó en 777.687 millones de yenes (6.499 millones de euros).

 

El grupo se encuentra en la actualidad en pleno desarrollo de su negocio en Japón y en América. En su mercado local, la compañía invertirá 40.000 millones de yenes (xx millones de eruos) en un nuevo hub para la investigación y el desarrollo en Osaka. Estas instalaciones sustituirán la actual fábrica que la compañía tiene en esta ciudad nipona y contarán con una capacidad 1,5 veces superior a la planta actual.

 

Por otro lado, Shiseido ha situado el mercado americano como uno de sus principales focos de crecimiento. Sólo en 2015, el grupo facturó en Estados Unidos alrededor de 1.500 millones de dólares y la cifra ascendería hasta 2.000 millones de dólares de incluirse los ingresos en Latinoamérica. En Estados Unidos, la empresa acaba de nombrar un ex directivo de Coty y L’Oréal como presidente para el país, y en Latinoamérica, la compañía prevé crecer en países como Chile, Argentina y México a través de su filial en Brasil.

 

En la actualidad, Shiseido cuenta con tres fábricas en Japón y diez más en otros países, que incluyen Estados Unidos, China y Francia.

 

Al frente de la compañía está Masahiko Uotani, que fue nombrado presidente y consejero delegado del grupo en diciembre de 2013. El directivo llegó a Shiseido procedente de Lion, un grupo japonés de bienes de consumo. Antes, el ejecutivo había ocupado cargos de márketing en Coca Cola y Mondelez (antigua Kraft).

 

 

Antes de fundar Avon, el joven estadounidense David H. McConnell abandonó su granja en la localidad de Oswego, en el estado de Nueva York, para empezar a trabajar en la venta de libros puerta a puerta. Seis años después, McConnell compró el negocio. Una de las tácticas que el empresario utilizaba para vender libros entre las mujeres era ofrecerles un pequeño perfume que él mismo fabricaba. Pronto se dio cuenta de que los perfumes despertaban mayor interés que la lectura y reorientó el negocio en este sentido.

 

McConnell fundó California Perfume Company en 1886, manteniendo el sistema de venta directa. En 1929, el empresario introdujo una nueva línea de productos, a la que llamó Avon y que diez años después dio nombre al grupo. Desde entonces, la empresa fue ganando tamaño, se introdujo en diferentes mercados, empezó a cotizar en bolsa e incluso, durante unas décadas, fue propietario de Tiffany&Co. En la actualidad, la compañía distribuye sus productos en cien países y mantiene como sello distintivo la venta puerta a puerta.

 

Algunos analistas consideran que Avon atraviesa por una situación muy complicada y que incluso podría estar en riesgo de quiebra por una deuda a largo plazo de 2.100 millones de dólares. A principios de año, la empresa vendió su negocio en Estados Unidos al fondo Cerberus Capital Partners, aportándole una inyección de capital de 435 millones de dólares (386,1 millones de euros).

 

La empresa cerró el último ejercicio (cerrado a 31 de diciembre de 2015) con una cifra de negocio de 6.160,5 millones de dólares (5.468,1 millones de euros), un 20% menos que en 2014 y cerca de un 30% menos respecto a 2013. Avon no ha logrado mantener el listón de los 10.000 millones de dólares que alcanzó por primera vez en 2008 y los expertos achacan este punto de inflexión a basar su negocio en un modelo sin relevo generacional.

 

El beneficio operativo de la compañía también ha disminuido en los últimos años, pasando de 539,8 millones de dólares (479,1 millones de euros) en 2013 a 165 millones de dólares (146,5 millones de euros) en 2015. En el último trimestre del año pasado, Avon puso en marcha un plan de transformación de su negocio a tres años para reenfocar su actividad al ámbito digital  y reducir sus costes en 350 millones de dólares (312 millones de euros).

 

Por ahora, el grupo continúa resistiéndose a la venta a través de los canales de distribución habituales y sigue apostando por la venta directa. En la actualidad, Avon tiene cerca de seis millones de representantes activos, que adquieren los productos a la empresa para después revenderlos.

 

Avon tiene descentralizado todo su aprovisionamiento, que concentra en pocos proveedores pese al riesgo de escasez de ingredientes y productos.

 

Al frente de la empresa está desde hace poco más de un año Sheri McCoy. La ejecutiva tomó las riendas de Avon después de una trayectoria de treinta años en Johnson&Johnson, donde llegó a ocupar el cargo de vicepresidenta. En 2011, Fortune Magazine la colocó en el puesto onceavo en la clasificación de las directivas más poderosas. Ingeniera química de formación, McCoy inició su andadura profesional en el departamento de desarrollo de productos para mujer en Johnson&Johnson.

 

 

LVMH creó su división de perfumería y cosmética en 2010 con diez marcas: Guerlain, Acqua di Parma, Parfums Christian Dior, Givenchy Parfums, Perfumes Loewe, Benfit Cosmetics, Make Up For Ever, Kenzo Parfums, Fresh y Nude.

 

LVMH ha ido forjando su negocio de perfumería y cosmética de la misma manera que el resto del grupo, a golpe de talonario. La compañía de Bernard Arnault adquirió Guerlain a la familia propietaria en 1994; en 2001, el grupo compró Acqua di Parma a los empresarios italianos Luca di Montezemolo (ex presidente de Ferrari), Diego della Valle (presidente de Tod’s) y Paolo Borgomanero (accionista mayoritario en La Perla).

 

Parfums Christian Dior, que la casa lanzó en 1947, pasó a manos de LVMH junto con el resto de la compañía en 2010. Lo mismo ocurrió con Givenchy Parfums, cuyos orígenes se remontan a 1957; Perfumes Loewe, que lanzó el primer perfume en 1972, y la división Kenzo Parfums, creada en 1987. LVMH incorporó Givenchy y a Kenzo a su cartera de marcas en 1993, y a Loewe, en 1996.

 

El gigante del lujo compró también las estadounidenses Benefit Cosmetics y Fresh (en 1999 y 2000, respectivamente) y la francesa Make Up For Ever (1999). La firma de cosmética Nude fue la última que LVMH sumó a su porfolio, tras cerrar la operación de compra en 2011.

 

Por otro lado, y al margen de la división de perfumería y cosmética, el conglomerado del lujo es también propietario de la cadena especializada Sephora, que cuenta con 2.000 tiendas en todo el mundo y emplea a 30.000 trabajadores. LVMH incorpora Sephora en su división Selective Retailing, donde también se encuentra el operador de travel retail DFS, con 420 puntos de venta.

 

En 2015, la división de perfumería y cosmética generó ventas por valor de 4.517 millones de euros, un 15,3% más que en el año anterior. El 41% de esta cifra de negocio la generaron los perfumes; el 40%, la cosmética, y el 19% restante, los productos para el cuidado de la piel. Las ventas de esta división representaron el 13% de la cifra de negocio total del grupo. Por otro lado, este sector emplea el 18% de la plantilla total de la compañía. En el último ejercicio, esta división elevó un 15% sus ventas respecto a 2014. El resultado operativo de esta sección fue de 535 euros, un 16% más que un año atrás.

 

A principios de mayo, LVMH cambió la cúpula de la división de perfumería y cosmética tras la salida de su presidente y consejero delegado Alain Lorenzo, que también presidía Givenchy Parfums. En su lugar, el grupo ha colocado a Romain Spizer, hasta ahora responsable del negocio en Europa de Parfums Christian Dior.

 

 

Los orígenes de la empresa se remontan a 1932, cuando la emprendedora coreana Yun Dok-jeong inició su negocio de cosmética produciendo aceite de camelia. Quince años después, la empresaria lanzó al mercado su primera marca, Melody Cream. En la década de los cincuenta, la compañía puso en marcha su primer laboratorio de cosmética, convirtió el negocio en Taepyeomgyang Chemical Industries y cerró un acuerdo de colaboración con la francesa Coty.

 

En los sesenta, la empresa inició su actividad exterior e introdujo la venta puerta a puerta; en los setenta dio el salto al parqué; en los ochenta, cambió de nuevo el nombre a Pacific Chemestry y abrió filial en Francia, y ya en la primera década del 2000 tomó el nombre actual y reorganizó su estructura para crear el AmorePacific Group.

 

El grupo cerró 2015 con ventas de 5,6 billones de wons (4.240 millones de euros), un 20,1% más que en el año anterior. El grueso del negocio de la compañía se centra en Corea del Sur, su mercado local, donde el año pasado registró una cifra de negocio de 4,4 billones de wons (3.330 millones de euros). Su siguiente mercado en facturación es China, donde registró ventas de 765.800 millones de wons (579,2 millones de euros) en 2015.

 

AmorePacific registró en el resto de países asiáticos una facturación de 355.400 millones de wons (269 millones de euros). En Europa, la empresa alcanzó una cifra de negocio de 50.500 millones de wons (38,2 millones de euros), y en Estados Unidos, de 48.500 millones de wons (36,7 millones de euros).

 

A pesar de que concentra el 78% de su negocio en Corea del Sur, el grueso de su plantilla se encuentra en China, donde emplea a 7.786 trabajadores. En su país de origen, en cambio, la empresa cuenta con 6.549 empleados.

 

El grupo centra su distribución en tres canales: el puerta a puerta, los grandes almacenes, el travel retail, además de establecimientos propios y en franquicia. Una de las mayores marcas de la compañía es Sulwhasoo, que en 2015 registró por sí sola una cifra de negocio de un billón de wons (760 millones de euros). AmorePacific está inmersa en la actualidad en la expansión internacional de cinco de sus mayores enseñas: Sulwhasoo, Laneige, Mamonde, Innisfree y Etude.

 

Al frente de la compañía está Suh Kyung-bae, nieto de los fundadores de la empresa. El directivo se incorporó al negocio familiar en 1987 como responsable de planificación y coordinación para asumir más tarde el cargo de consejero delegado. Suh mantiene también el 55,7% de las acciones de la empresa.

 

 

El empresario coreano Koo In-Hwoi, fundador del grupo LG Corporation, puso en marcha en 1947 la compañía Lucky Chemical Industrial Corp y lanzó Lucky Cream, uno de los primeros productos de cosmética en su país. Fue la punta de lanza de un proyecto que con los años fue diversificando y entrando en otros segmentos de gran consumo. En 1995, el grupo cambió el nombre por LG Chemical. En 2001, la empresa creó LG Household&Health Care como un spin off y la colocó en bolsa.

 

LG Household&Health Care divide su negocio en tres áreas de negocio: la cosmética, gran consumo y bebidas. Ésta última sección fue abierta en 2007 a raíz de la adquisición del negocio de producción y distribución de Coca Cola en Corea del Sur. En el ámbito de la cosmética, la compañía ha ido reforzando este apartado desde 2005 con el lanzamiento de nuevas marcas y la adquisición de otras, como la cadena de tiendas TheFaceShop (2010), la enseña Violet Dream (2012) y CNP Cosmetics (2014).

 

La empresa elevó el año pasado su cifra de negocio un 13,9%, hasta 5,3 billones de wons (4.010 millones de euros), y disparó su beneficio neto un 32,7%, hasta 470.000 wons (355,5 millones de euros). Sin embargo, la división de cosmética como tal registró ventas en 2015 de 2,4 billones de wons (1.820 millones de euros), un 25,2% más que en el año anterior, aupada sobre todo por el tirón de marcas como Whoo en el mercado local.

 

Las ventas de cosmética de lujo del grupo se han catapultado en el último año, marcando un alza del 60% en relación a 2014. La sección de belleza y cuidado personas incrementó también en 2015 su facturación un 21,4% respecto al año anterior, hasta 3,3 billones de wons (2.500 millones de euros).

 

Por el momento, la compañía concentra en grueso de distribución en su mercado local y en algunos países de Asia. Whoo, una de sus marcas más populares, tiene presencia en Singapur y Taiwán; Beyond, por su parte, ha empezado a comercializarse en Rusia y en Hong Kong; Perioe se distribuye en Rusia, Ucrania y Kazajistán. LG Houshold&Health Care  cuenta con filiales en China, Taiwán y Vietnam.

 

Su vicepresidente y consejero delegado, Cha Suk-Yong, se incorporó a la compañía coreana en 2005 procedente de la empresa estadounidense Procter&Gamble. El ejecutivo ha ganado popularidad por engrosar el tamaño de LG Houshold&Health Care a través de adquisiciones. En diez años al frente de la compañía, el directivo ha ejecutado diez compras, entre las cuales destaca la compra de Thefaceshop.

 

 

Los orígenes de la empresa se remontan a 1904, cuando el empresario francés François Coty puso en marcha en París la compañía que hoy mantiene aún su nombre. El emprendedor quiso revolucionar el negocio de la perfumería y creó en las afueras de la capital francesa la Perfume City, una zona industrial en la que controlaba todo el proceso de producción del perfume, incluyendo los campos de flores, las fábricas del packaging o el transporte de entrega.

 

El propósito de Coty desde sus inicios fue dar un producto de aspecto ostentoso, pero asequible. Para ello, el empresario contactó con artistas y artesanos de la época, como René Lalique o Baccarat para el diseño de sus artículos. En 1912, el emprendedor abrió sus primeras filiales en Nueva York y Londres. En la década de los veinte, la empresa aceleró en los mercados internacionales, introduciéndose en Italia, Suiza, Alemania, España y Latinoamérica, y su filial americana dio el salto al parqué.

 

Tras la muerte del fundador, el negocio pasó a manos de su exmujer, que volvió a casarse con Leon Cotnareanu, quien tomó las riendas de la empresa y, durante un tiempo, pasó a manos de su familia. En la década de los sesenta, Coty se vendió a la empresa farmacéutica Chas. Pfizer&Co, y en los setenta, se unificaron los negocios europeo y estadounidense, situando una única sede en Nueva York.

 

En los noventa, la empresa pasó a manos de la alemana Benckiser Consumer Products, que también compró Lancaster Group y, con el tiempo, los unió. Más adelante, Coty adquirió la división de cosmética y fragancias de Unilever, que incluía las licencias de Calvin Klein, Cerruti, Chloé o Karl Lagerfeld, entre otros. El grupo ha ido ganando tamaño en los últimos años a través de compras, como la de Philosophy, Dr.Scheller u OPI Products, entre otros. En 2015, Coty se hizo con algunas de las marcas de belleza de Procter&Gamble. Hace tres años, la empresa regresó a bolsa.

 

La empresa concluyó 2015 con un descenso de las ventas del 3,4%, hasta 4.395,2 millones de dólares (3.901,2 millones de euros). Sin embargo, a pesar del retroceso en la cifra de negocio, Coty logró abandonar los números rojos y arrojó un resultado neto positivo de 232,5 millones de dólares (206,3 millones de euros).

 

Las diez principales marcas de la compañía generaron el año pasado el 72% del negocio del grupo. La empresa tiene presencia en la actualidad en alrededor de 130 mercados en todo el mundo y 35 filiales internacionales. La distribución de la empresa se realiza a través de hipermercados, supermercados, establecimientos de conveniencia, farmacias, perfumerías, grandes almacenes, retailers especializados, tiendas duty free y otros retailers.

 

Sólo el segmento de las fragancias generó en 2015 un total de 2.178 millones de dólares (1.933 millones de euros) y representa algo más de la mitad de toda la facturación del grupo. El negocio de la cosmética, por su parte, ascendió a 1.445 millones de dólares (1.282,6 millones de euros) y genera ya el 30% de las ventas de la compañía, mientras que el del cuidado de la piel generó 771,9 millones de dólares (685,1 millones de euros) y representa el 17% del total.

 

En cuanto al aprovisionamiento, Coty cuenta con ocho fábricas en siete localidades en todo el mundo: en Ashford (Reino Unido), Granollers (España), Chartres (Francia), Mónaco, Jiangsu (China), Sanford y Phoenix (Estados Unidos). No obstante, el 30% de su producción está en manos de terceros.

 

Coty fichó a su actual presidente y consejero delegado, Bart Becht, en septiembre de 2014. Antes de incorporarse al grupo de perfumería y cosmética, Becht fue consejero delegado de Reckitt Benckiser y trazó gran parte de su trayectoria profesional en Procter&Gamble.

 

 

El fundador de Natura Cosméticos, Antônio Luiz Cunha Seabra, inició su carrera a los quince años trabajando en la empresa de máquinas de escribir Remington Rand. Más adelante, el empresario entró en contacto con el negocio de la cosmética cuando entró a trabajar en un pequeño laboratorio familiar en Sao Paulo. Poco después, Luiz Seabra puso en marcha Natura Cosméticos con la apertura de una primera tienda en las Rua Oscar Freire en Sao Paulo.

 

La compañía decidió basar su modelo de ventas en el puerta a puerta en 1974 y, en 2012, la empresa contaba con más de 1,2 millones de representantes en la mayoría de países latinoamericanos, así como en Francia. Desde 2004, el grupo cotiza en la bolsa de Sao Paulo.

 

La empresa concluyó 2015 con una cifra de negocio de 7.899 millones de reales brasileños (2.036,9 millones de euros), un 6,6% más que en el año anterior.

 

En cuanto a su distribución, Natura Cosméticos abrió su primera tienda en Francia en 2005 y, desde entonces, ha puesto en marcha diferentes flagship stores en ciudades estratégicas, como Sao Paulo, Nueva York, Zúrich, Berlín, Tokio, Hong Kong y Melbourne, que apoyan su expansión. En la actualidad, la compañía tiene 135 tiendas en 18 países. Sólo en el último año, el grupo abrió 37 nuevos puntos de venta.

 

Natura Cosméticos cuenta con cinco plantas productivas en las localidades brasileñas de Cajamar y Benavides, con una capacidad total de producción de 508 millones de unidades. Por otro parte, el grupo tiene deslocalizado un tercio de su producción en proveedores en Argentina, Colombia y México. La compañía cuenta además con ocho plataformas logísticas, además de centros de I+D en Sao Paulo, Manaos (Brasil) y Nueva York.

 

El actual consejero delegado de la empresa, Pedro Luiz Barreiros, inició su andadura profesional como director de varias empresas de retail. El directivo dio el salto al mundo de la cosmética en los ochenta, cuando tomó las riendas del fabricante YGA, que más adelante se incorporó a Natura Cosméticos.