Back Stage

El mapa de la moda 2016 (IX): Los líderes de la industria auxiliar

S. Riera

29 jun 2016 - 04:47

Por quinto año consecutivo, Modaes.es se adentra en la serie El Mapa de la Moda. A lo largo de once semanas, El Mapa de la Moda realizará un recorrido por los principales operadores del mundo del negocio de la moda.

 

El Mapa de la Moda es un documento que Modaes.es elabora anualmente con el objetivo de convertirse en una guía para conocer cuáles son y cómo trabajan los principales actores del negocio. Segmentado por sectores, El Mapa de la Moda es un documento de consulta para los empresarios, directivos y profesionales del negocio de la moda y de sus sectores auxiliares.

 

Patrocinado por Moddo, plataforma omnicanal para el mundo de la moda, el calzado y el deporte, en este noveno capítulo El Mapa de la Moda se adentra en las principales empresas del negocio de la industria auxiliar. Cada miércoles, Modaes.es abordará un nuevo segmento: gran distribución, grandes almacenes, lujo, moda urbana, moda deportiva, perfumería, moda infantil, calzado y ecommerce.

 

Cada capítulo figurará en Modaes.es como un artículo de análisis, para más tarde pasar a formar parte de un Dossier de consulta disponible en Modaes.es.


 

 

Los líderes de la industria auxiliar continúan liderados por el gigante austriaco del cristal tallado Swarovski, uno de los principales proveedores mundiales de fornituras para la moda. Le sigue el fabricante japonés de cremalleras YKK, que se consolida en la segunda posición del ránking tras adelantar a la austríaca Lenzing en 2014. Cierra el podio del sector el fabricante de viscosa, que en 2015 abandonó la tendencia bajista de su cifra de negocio y volvió a elevar las ventas rozando la cota de los 2.000 millones de euros.

 

Junto con las empresas que figuran en el ránking hay otras que también son gigantes del sector, pero que es difícil valorarlas porque no hacen públicos sus datos anuales de facturación. Es el caso de Invista, uno de los mayores productores de fibras sintéticas del mundo o del conglomerado coreano Hyosung, que no publica el negocio de su división textil, donde se encuentra la fibra elástica Creora.

 

Miroglio y Vicunha, a pesar de que no hay datos actualizados sobre su cifra de negocio, se mantienen en la clasificación por ser dos de los mayores grupos textiles del mundo. Mantienen su puesto en el ránking grupos como Weiqiao, Raymond o Arvind, que lideran la industria en China e India. Sin embargo, hay otras compañías de países como China, India, Pakistán o Turquía que escapan a este listado por la falta de datos financieros.

 

 

El joyero checo Daniel Swartz, originario de la región de Bohemia, patentó una máquina eléctrica de corte de cristal, que le permitió producirlo de manera industrial y con costes más bajos. Más adelante, Swartz cambió su apellido por Swarovski. En 1895, Swarovski, junto con Armand Kosman y Franz Weis, fundó la compañía, llamada originariamente A. Kosmann, Daniel Swartz &Co. Se situaron en la localidad austriaca de Wattens, ubicada en los Alpes, para aprovechar la energía hidroeléctrica.

 

Hollywood catapultó la popularidad del cristal tallado de Swarovski con apariciones clave: con Marlene Dietrich en la película La Venus Rubia o con Marilyn Monroe en Los Hombres las Prefieren Rubias. También era de Swarovski el vestido con el que Monroe cantó el Happy Birthday al presidente Kennedy.

 

Tras la Segunda Guerra Mundial, la compañía diversificó y dio un paso más allá de la joyería para entrar en los ámbitos de la óptica, de la iluminación e incluso la moda y la decoración. En la década de los ochenta, la empresa entró en el negocio del retail e inició la apertura de sus primeras tiendas, la primera de las cuales situó en la londinense Old Bond Street. En los últimos años, el grupo ha acelerado la diversificación entrando en la relojería, la perfumería y lanzando incluso su propia marca de joyerías Cadenzza.

 

En la actualidad, el grupo Swarovski se compone de tres divisiones: Swarovski Optik, para la producción de instrumentos ópticos de alta precisión; Tyrolit, para la fabricación de maquinaria de precisión, y Swarovski Crystal Business, de diseño, producción y venta de cristal tallado. La compañía, que sigue en manos de la familia fundadora, opera en cerca de 170 países y regiones, y cuenta con centros de producción en Austria, India, Liechtenstein, Tailandia, Vietnam, Serbia y Estados Unidos.

 

En el ejercicio de 2015, el grupo registró ventas de 3.371 millones de euros, un 10,5% más que en el año anterior, cuando facturó 3.050 millones de euros. El grueso del negocio lo continúa generando la división Swarovski Crystal Business, la actividad hegemónica de la empresa, cuyas ventas representan el 77% del total del grupo. De hecho, el negocio del cristal emplea también al 84% de los trabajadores de la compañía.

 

La empresa cuenta con una red de 2.680 tiendas en todo el mundo, de las cuales 1.380 son de gestión propia y, el resto, en régimen de franquicia. Por regiones, Europa concentra el 47% del total de establecimientos del grupo, mientras que Asia-Pacífico reúne el 31%, y América, el 22%.

 

Al frente del grupo está Robert Buchbauer, presidente del consejo de administración y consejero delegado de la división de bienes de consumo, además de representante de la quinta generación de la familia fundadora. El resto de miembros del consejo también son descendientes de la familia propietaria y asumen también cargos directivos dentro del grupo, como Markus Langes-Swarovski, responsable del negocio profesional; Daniel J. Cohen, que lidera los negocio de gemas o de iluminación; Mathias Magreiter, responsable de finanzas, y Nadja Swarovski, al frente de la comunicación corporativa.

 

 

 

La cremallera fue un invento estadounidense, pero es YKK, una compañía japonesa, la que lidera desde hace décadas el mercado. Fundada en 1934 por Tadao Yoshida, la compañía es el principal proveedor mundial de cremalleras para la industria de la moda, pero también para otras actividades industriales, un área que puso en marcha en 1957. De hecho, el grupo se estructura en base a tres grandes divisiones, la de cremalleras, la de productos para la arquitectura y la de maquinaria industrial.

 

YKK es el acrónimo de Yoshida Kogyo Kabushiki (Yoshida Centro de Producción, en japonés), que es el nombre que tuvo la empresa entre 1945 y 1994. De hecho, fue después de la Segunda Guerra Mundial cuando la compañía tomó protagonismo, con la adquisición de maquinaria estadounidense para industrializar el proceso productivo. En la década de los sesenta dio el salto internacional a Estados Unidos y Canadá.

 

El total, el grupo cerró el ejercicio con ventas de 721.000 millones de yenes (6.349,5 millones de euros). La división de cremalleras reporta el 43% de la facturación de la compañía, con una cifra de negocio de 313.200 millones de yenes (2.758,2 millones de euros) en 2015.

 

Las ventas de la división de cremalleras han aumentado en los últimos años de manera sostenida. En 2013, la facturación de esta área creció un 3,5%; en 2014, las disparó un 28,7%, mientras que en 2015, las elevó un 8,5%. La compañía se ha marcado como objetivo llegar a comercializar hasta 10.000 millones de cremalleras en 2016.

 

Por mercados, YKK no segrega las ventas por áreas de negocio. La compañía concentra el grueso de actividad en Asia. Sólo las ventas en Japón representan el 53% del total; en China, el 14%, y en el resto del continente, el 15%. El 18% restante de la cifra de negocio se genera en el resto del planeta. La región de Europa, Oriente Medio y África (Emea) registra el 8% del total de la facturación.

 

El grupo opera en 71 países a través de 114 sociedades. Sólo en Japón, YKK suma 24 empresas, mientras que las noventa restantes se distribuyen en el resto de las regiones en las que está presente.

 

Para abordar su plan de crecimiento, la empresa ha destinado una fuerte inversión en los últimos años dedicada a reforzar su estructura productiva en Asia y, en particular, en China. La compañía empezó a construir en 2014 una nueva planta en Vietnam. YKK cuenta por ahora con tres fábricas de cremalleras y sus componentes en Japón y 64 más en el extranjero. En España, por ejemplo, cuenta con una factoría en Tarragona.

 

Al frente de la empresa se encuentra Tadahiro Yoshida, presidente, consejero delegado e hijo del fundador de la compañía. El ejecutivo tomó las riendas de la compañía después de fallecer su padre en 1993. La familia Yoshida cuenta con el 31% de las acciones del grupo. El resto del capital cotiza en bolsa desde prácticamente el inicio de la empresa. A diferencia de su padre, que encarna la figura del empresario hecho a sí mismo, Yoshida cursó un MBA en una universidad estadounidense.

 

 

Lenzing es el mayor fabricante de viscosa, un derivado de la celulosa, y uno de los mayores de fibra artificial. Sus orígenes se remontan a finales del siglo XIX y están vinculados precisamente a la industria del papel. La planta de la que hoy parte Lenzing la compró en 1935 el grupo Brunzl Holding, uno de los mayores productores europeos en aquel entonces de papel y pulpa.

 

El nuevo propietario fue el impulsor de Zellwolle Lenzing en 1938, una planta para la producción de fibras textiles procedentes de la celulosa y que el régimen nazi de la época expropió con el objetivo de desarrollo de una fibra capaz de sustituir al algodón y dejar de depender así de sus importaciones. Parte de los prisioneros del campo de concentración de Mauthausen trabajaron en la planta.

 

Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, la nueva Administración retomó el control y reactivó la actividad. Las entidades financieras asumieron entonces la mayoría de las acciones. En las décadas de los cincuenta y de los sesenta, Lenzing aceleró su crecimiento con la incorporación de tecnología y la automatización de procesos, y la internacionalización.

 

En los setenta, la empresa también ganó tamaño global con la compra de su competidor en Indonesia, y en los ochenta, dio el salto al parqué. En producto, Lenzing es propietario de Modal, una de las marcas más conocidas de viscosa que la compañía lanzó en los sesenta, y Tencel, que adquirió a su competencia a principios de la década del 2000.

 

El grupo mantiene su sede central en la localidad austríaca de Lenzing y cuenta con oficinas internacionales en Estados Unidos, China, India e Indonesia. Sus plantas productivas se encuentran en Austria, Reino Unido, Estados Unidos, China e Indonesia. Por otro lado, la compañía cuenta también con una división de plástico en Austria, Alemania, República Checa y Estados Unidos, además de otra de pulpa en República Checa.

 

La empresa cerró 2015 con ventas de 1.976,8 millones de euros, un 6% más que en el año anterior. A pesar del aumento, la cifra de negocio de Lenzing está lejos de asumir la cota récord de 2.000 millones de euros que superó en 2012 por el encarecimiento del precio del algodón y el trasvase de parte de la demanda de fibras textiles. Sin embargo, el desplome de los precios de las materias primas también ha impactado en la viscosa y, en concreto, en el resultado del grupo austriaco, que en los últimos ejercicios ha acometido un fuerte plan de reestructuración.

 

Asia es el principal mercado de la fibra de Lenzing, donde genera el 63% de sus ventas. En Europa y Turquía, la compañía genera el 25% de su facturación; en América, el 10%, y en el resto del mundo, el 2%. Por sectores, la moda concentra el grueso de la cifra de negocio del grupo, por delante del ámbito del textil hogar y de los textiles técnicos.

 

Al frente de la empresa se encuentra Stefan Doboczky, que se integró al grupo en marzo de 2015 en sustitución a Peter Untersperger, que salió de la compañía después de treinta años de trayectoria profesional en ella y en plena ejecución del último plan de reestructuración del grupo.

 

 

 

Coats es uno de los mayores productores de hilo para coser y de fornituras (es el segundo mayor fabricante de cremalleras por detrás de YKK). La empresa es también una de las de mayor trayectoria, fundada en 1755, en plena revolución industrial en Reino Unidos y sus fundadores fueron unos de los pioneros en la producción de algodón en el país.

 

Los orígenes de la empresa se sitúan en la localidad escocesa de Paisley, popular por ser un núcleo textil especializado en la producción de tejido de seda. Los hermanos James y Patrick Clark entraron en el negocio textil en Paisley en 1755. A principios de siglo XIX, a raíz de la guerra entre Reino Unido y Francia, el gobierno británico bloqueó sus importaciones del país vecino, entre ellas, las de hilo de seda.

 

Los hermanos Clark idearon entonces un sistema para hilar algodón, como también hizo otro tejedor de la localidad, James Coats. La segunda generación de los Clark compraron el negocio de su paisano y nombraron al grupo resultante J&P Coats. Con el relevo generacional, la empresa también dio el salto a Estados Unidos y empezó a cotizar en la bolsa de Londres. En el siglo XX, el grupo tomó escala global, a raíz sobre todo, de la industrialización de la confección.

 

En esta última década, Coats pasó a manos del grupo inversor escocés Guiness Peat Group, con intereses en múltiples ámbitos. Tras unos años de desinversiones, Guiness Peat Group se quedó sólo con Coats y tomó su nombre en el parqué.

 

En 2015, el fabricante británico de hilo facturó 1.490 millones de libras (1.831,8 millones de euros), un 3% más que en el año anterior. La división de hilatura industrial es la que genera el 81% de las ventas de la compañía, hasta 1.213 millones de libras (1.491,3 millones de euros). El resto de la facturación procede del área de los hilos para labores. En el área industrial, la moda y el calzado concentran el 66% de la cifra de negocio.

 

El año pasado, Coats vendió el negocio de hilos para labores en la región de Europa, Oriente Medio y África (Emea) al fondo de inversión alemán Aurelius. También en 2015, la compañía llevó a cabo su primera adquisición en más de una década tras hacerse con la consultora británica GSD Corporate Limited, especializada en aprovisionamiento de ropa.

 

Por regiones, el 35% de las ventas de Coats se genera en América; el 17% en Europa, Oriente Medio y África y el 48% restante, en Asia. El grupo opera en un centenar de países y cuenta con cincuenta fábricas en todo el mundo.

 

Paul Forman es consejero delegado de la compañía desde finales de 2009. El ejecutivo se incorporó al grupo tras una trayectoria profesional vinculado al mundo de la industria y a la consultoría especializada en compras y fusiones.

 

 

El emprendedor chino Zhang Shiping fundó en la década de los cincuenta Weiqiao Textile Company, que actualmente es el mayor productor de tejido de algodón en el mundo. La compañía, que actualmente pilota la hija del fundador, Zhang Hongxia, ha impulsado su crecimiento en los últimos años gracias al proceso de deslocalización de la producción a China a finales del siglo XX y principios del siglo XXI y al aumento de la demanda interior.

 

Hongxia, que lleva involucrada en la compañía casi treinta años, tomó la dirección general del grupo con tan solo 27 años. En 2003, cuando la empresa empezó a cotizar en bolsa, la joven directiva tomó el cargo de presidenta sustituyendo a su hermano. La ejecutiva está considerada una de las cinco mujeres más poderosas de China.

 

Weiqiao Textile Company cuenta con cuatro centros productivos en la región de Shandong que, a su vez, comprenden varias fábricas. La empresa es propietaria de una decena de compañías, como Shandong Luteng Textile, Binzhou Weiqiao Technology Industry Park, Weihai Weiqiao Textile o Shandong Binteng Textile, entre otras. Según datos de la misma empresa, su capacidad productiva es de 394.000 toneladas de hilo de algodón al año; 978 millones de metros de tejido bruto anual, y 76 millones de metros de denim.

 

A pesar de su fortaleza en el mercado, Weiqiao Textile Company ha contraído su cifra de negocio en los dos últimos años. Tras alcanzar la cifra récord de 15.248 millones de yuanes (2.073 millones de euros, al cambio actual) en 2012, la empresa ha ido disminuyendo su cifra de negocio, con un retroceso del 9% en 2013; del 19,2% en 2014, y del 13% en 2015. A pesar del retroceso en la facturación, el beneficio neto de la compañía ha mantenido el tipo. En 2015, las ganancias del grupo se situaron en 979,3 millones de yuanes (133 millones de euros), el doble de las registradas en 2012.

 

La mayoría de los clientes del grupo son gigantes del aprovisionamiento, como la japonesa Itochu o las chinas Fountain Set y Texwinca, además de fábricas de confección en la misma región de Shandong y otras ubicadas en el sudeste del país.

 

 

 

Raymond es el mayor conglomerado textil en India. La compañía, fundada en 1925 y comprada poco después por el empresario y filántropo indio Lala Kailashpat Singhania, es en la actualidad un grupo que ha verticalizado toda su cadena productiva, pero también ha extendido su negocio en horizontal, con el desarrollo de sus propias cadenas de ropa.

 

La compañía produce sus propias marcas, pero también es propietario de licencias de fabricación y de distribución en el país de terceros. El grupo también produce y comercializa tejido. En las últimas décadas, la compañía ha lanzado sus propias marcas, como Raymond, Park Avenue o Notting Hill, y ha desarrollado su propia red de retail, con la puesta en marcha de varias cadenas, como The Raymond Shop. Por el momento, el negocio minorista de la empresa se concentra en India, aunque cuenta ya con 47 tiendas en otros países.

 

En el último año, la compañía ha elevado su capacidad productiva con la puesta en marcha de una nueva fábrica textil en la localidad de Vapi, en la región de Gujarat, además de incrementar la capacidad productiva de denim hasta 40 millones de metros anuales. También en el campo del denim, Raymond se ha aliado con su competidor belga UCO UV para impulsar aún más su cartera y su presencia internacional.

 

Por otro lado, la empresa creó también en 2015 otras dos joint ventures (empresas conjuntas) con los tejedores italianos Cotonificio Honegger y Lanificio Fedora; ha ampliado sus talleres de confección de prendas en Bangalore y ha realizado su primera inversión en textiles técnicos para entrar en el sector de la automoción. También en el último año, Raymond ha concluido la compra de la marca de moda ColorPlus y ha lanzado su primera enseña de moda infantil, Zapp!

 

La compañía ha impulsado su negocio en los últimos cinco años gracias sobre todo al crecimiento del mercado local de consumo de moda, donde ha concentrado sus esfuerzos en esta etapa. La empresa, que en 2011 facturó 37.240 millones de rupias (491,2 millones de euros al cambio actual), cerró 2015 con ventas de 57.020 millones de rupias (752,2 millones de euros). Pese al aumento en la facturación, que casi se ha duplicado en este quinquenio, el grupo ha reducido su beneficio neto, que situó en su último ejercicio en 920 millones de rupias (12,1 millones de euros) frente a los 1.560 millones de rupias (20,6 millones de euros, al cambio actual) de cinco años atrás.

 

Raymond cuenta con tres fábricas en India para producir tejido de lana para trajes, con capacidad de 38 millones de metros anuales; confecciona al año hasta un millón de trajes para caballero y hasta dos millones de pantalones. En el campo del denim, tras asociarse con UCO la empresa suma tres planas de producción en India y otra en la localidad rumana de Giugiu y, en prenda vaquera, tiene capacidad para fabricar hasta 1,5 millones de pares al año.

 

El grupo produce también tejido para camisería, con capacidad de hasta 21,6 millones de metros al año y 1,8 millones de camisas. Por otro lado, el grupo cuenta además con estudios de diseño en Italia para trabajar con operadores internacionales.

 

Gautam Hari Singhania es heredero de la familia propietaria de Raymond Group, a la que se incorporó en la década de los noventa. En 1999, el directivo tomó la dirección general de la compañía y, un año después, su presidencia. Bajo su batuta, la empresa reorientó su negocio enfocándolo al textil y desprendiéndose de otras actividades vinculadas al acero o materiales para la construcción.

 

 

Los hermanos Lalbhai, propietarios del grupo Lalbhai, tomaron el control en 1931 de la empresa de tejeduría Arvind Millis con una inversión inicial de 2,5 millones de rupias (el equivalente actual a 33.000 euros). En la fábrica, los empresarios producían tejidos y prendas populares del país. La compañía no empezó a tomar la forma actual hasta finales de la década de los ochenta, cuando empezó a producir denim y prendas vaqueras. También fue entonces cuando la empresa empezó a diversificar y a entrar en otros sectores como las telecomunicaciones.

 

En la década de los noventa, el grupo empezó a desarrollar también su negocio de marcas y de retail para abordar el mercado local de consumo, con el lanzamiento de enseñas como Ruf&Tuf o de cadenas de tiendas como Newport. Por otro lado, Arvind ha ido cerrando acuerdos con firmas internacionales para gestionar sus licencias en el país, como Arrow, Lee, Wrangler, Gant, EdHardy o Billabong, entre otras.

 

En los últimos cinco años, la compañía ha reorientado su negocio: ha restado protagonismo al área textil para dedicar mayores esfuerzos a la división de marcas y retail. La compañía también ha impulsado en esta etapa otros sectores, como el de inmobiliario y el de textiles técnicos, que ya le generan el 4% de las ventas cada uno de ellos.

 

Arvind cerró 2015 con una cifra de negocio de 54.072,6 millones de rupias (713,3 millones de euros), un 3,5% más que el año anterior. La empresa registró el año pasado un beneficio neto de 3.188,5 millones de rupias (42,1 millones de euros).

 

El grupo ha hecho del denim una de las puntas de lanza de su negocio, aunque la empresa continúa produciendo tejidos de punto y a la plana, con capacidad de 5.000 toneladas para el primero (con clientes como Marks&Spencer o Zara, entre otros) y de 65 millones de metros para los otros. Por otro lado, en el ámbito de la confección, Arvind produce 7,2 millones de pares de pantalones; seis millones de prendas exteriores; 3,6 millones de camisetas, y tiene entre sus clientes a Gap, Patagonia, Tommy Hilfiger, Brooks Brothers, Calvin Klein, Pull&Bear o Jack&Jones, entre otros.

 

Como presidente y consejero delegado está Sanjaybhai Lalbhai, heredero de la familia fundadora de la compañía, que todavía controla parte del capital. En los últimos años se han incorporado a la empresa sus hijos y representantes de la cuarta generación, Punit y Kulin Lalbhai.

 

 

El empresario italiano Giuseppe Miroglio puso en marcha en la localidad de Alba la compañía en 1947. El emprendedor, que procedía de una familia dedicada al comercio de tejidos dio el salto a la industria con la construcción de un taller especializado en la fabricación de tejido de seda. Una década después, Miroglio entró en la confección y en el acabado y empezó a trasladar parte de su actividad manufacturera fuera de Italia.

 

En el ámbito de la tejeduría, Miroglio también empezó a diversificar y abordó otros sectores como la hilatura. En 1976, el grupo creó una nueva unidad de negocio específica para la ilustración textil, Sublitex; en 1981, puso en marcha la división Filature Miroglio. También en la década de los ochenta, el grupo empezó a lanzar marcas de moda, como Elena Mirò, Caractère, Diana Gallesi o Motivi.

 

Con el cambio de siglo, el grupo reforzó su expansión internacional y creó joint ventures (empresas conjuntas) en Asia, además de desarrollar el negocio de retail con la apertura de establecimientos de sus diferentes enseñas de moda. Para coordinar toda su actividad, el grupo puso en marcha una división específica de logística para gestionar toda la cadena de valor.

 

No obstante, la empresa ha ido adelgazando su cifra de negocio en los últimos años, pasando de rozar los mil millones de euros en 2006 a concluir 2014 con ventas de 670 millones de euros.

 

En la actualidad, la compañía opera en 34 países a través de 49 sociedades y tres planta de producción. La actividad del grupo se estructura bajo tres pilares: Miroglio Fashion, Miroglio Textile y M2Log (de logística). El área de moda se compone de once marcas de moda que se comercializan en una red de 1.300 tiendas monomarca y 5.000 puntos de venta multimarca, y en textil, la empresa cuenta con una cartera de 3.000 clientes y capacidad para producir más de cincuenta millones de metros al año.

 

El directivo británico Daniel John Winteler se incorporó a Miroglio en 2013. Winteler, actual consejero delegado de la compañía es graduado en Administración por Empresas en la Universidad de Bocconi e inició su carrera en grandes multinacionales como la farmacéutica Carlo Erba y la química Ciba-Geigy, especializándose en el ámbito de las fusiones y las adquisiciones. De hecho, Winteler fue uno de los directivos que estuvo detrás de la fusión de Ciba y Sandoz. Antes de incorporarse a Miroglio, el ejecutivo presidió el grupo de turismo Alpitour y llegó a colaborar con el Ministerio italiano de Turismo en 2012. 

 

 

 

Luthai Textil se fundó en 1990 fruto de una joint venture (empresa conjunta) entre la compañía china Zibo N.7 Cotton Mill y la tailandesa Thailun Textile. Desde su puesta en macha, la empresa se convirtió en uno de los mayores conglomerados textiles de China, especializado en hilatura, tintado, tejeduría, acabados textiles y confección de prendas, con un total de ocho fábricas en el territorio chino y tres oficinas en Pekín, Shanghái y Qingdao.

 

En la actualidad, el grupo cuenta con doce sociedades subsidiarias y once empresas afiliadas. La empresa produce al año hasta 190 millones de metros de hilo tintado, 85 millones de metros de tejido tintado y veinte millones de camisetas.

 

El 80% de su producción se comercializa en más de treinta países en América, Europa y Japón. Entre sus clientes se encuentran Givenchy, Gap, Cole Haan, Tommy Hilfiger, Zara, Uniqlo, Celio o Marks&Spencer, entre otros. En 2013, el grupo puso en marcha una oficina en Nueva York para acercarse a sus clientes estadounidenses, que se sumó a la que ya tiene en Milán.

 

La empresa concluyó 2014 con una cifra de negocio de 4.724,5 millones de yuanes (642,3 millones de euros), un 1,5% menos que en el año anterior. El beneficio de la empresa se situó en el último año en 828,1 millones de yuanes (125,2 millones de euros), un 3,2% más que en el año anterior.

 

Al frente de la compañía se encuentra el directivo chino Liu Zibin, que recientemente ha sido nombrado también presidente del consejo de administración de la compañía.

 

 

 

Los orígenes de Vicunha se remontan a 1946, cuando Sam Rabinovich fundó una pequeña fábrica textil en la localidad de Sao Roque, cerca de Sao Paulo. La familia Rabinovich estaba emparentada con la familia Steinbruch, que empezó a tomar posiciones en la industria textil de Brasil con la puesta en marcha de talleres de tejeduría y de hilatura. En 1966, ambas familias crearon la compañía conjunta Brasibel y compraron la compañía local Lanificio Varam.

 

La empresa tomó el nombre de Vicunha en 1969 a raíz de que una de sus principales marcas utilizaba esta fibra. En la década de los setenta, el grupo engrosó su tamaño, sumando nuevos inversores y adquiriendo otras fábricas del país. En 1982, el grupo compró Fibra, el mayor productor brasileño de fibra artificial y una participación en la estadounidense Lee. En paralelo, la compañía fundó la financiera Banco Fibra.

 

A principios de los noventa, Vicunha superaba los mil millones de dólares de facturación, contaba con 26 sociedades y una plantilla de 26.000 personas. Pero la apertura de las fronteras comerciales por parte del Gobierno brasileño impactó en la industria textil local. Ante el estancamiento de su negocio, los propietarios de Vicunha echaron el ojo en las empresas que la Administración brasileña tenía en proceso de privatización y compraron una participación en la Compañía Siderúrgica Nacional (CSN), de la que después se convirtieron en accionistas de referencia.

 

A finales de la década, Vicunha inició un proceso de reestructuración para reordenar y reenfocar su actividad. En 2001, el grupo unificó todas las empresas y reordenó el capital para dar la mitad de las acciones a cada una de las familias fundadoras. Fue entonces cuando la compañía reorientó su actividad y apostó de manera clara por el denim. La empresa desinvirtió en negocios no estratégicos y despidió a 1.200 trabajadores. Poco después, en 2015, los  Rabinovich vendieron sus participaciones a los Steinbruch, que pasaron a controlar todas las sociedades.

 

Los nuevos dueños emitieron una pequeña parte de las acciones a bolsa, que cotizó hasta 2013, cuando decidieron recomprar los títulos. En la actualidad, en plena crisis financiera en Brasil, Vicunha ha decidido impulsar su negocio internacional con la apertura de oficinas en Dacca (Bangladesh), Colombo (Sri Lanka) y Ámsterdam (Holanda). Los planes del grupo pasan por abrir otra filial en Estambul (Turquía) antes de finalizar 2016.

 

Vicunha tiene en la actualidad una capacidad productiva de más de 200 millones de metros anuales y entre sus principales clientes se encuentran H&M, Cos, Zara, Massimo Dutti, Calvin Klein, Hugo Boss o Tommy Hilfiger, entre otros.

 

Al frente Vicunha se encuentra Ricardo Steinbruch, representante de la segunda generación de la familia fundadora, que también lidera la siderúrgica CSN y Banca Fibra.