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Eduardo Zamácola (Acotex): “El consumidor ya no va a comprar ni con descuentos del 50%”

El presidente de la patronal y consejero delegado de Neck&Neck demanda más medidas gubernamentales y sostiene que el impacto de la pandemia en el empleo será estructural.

Iria P. Gestal

3 sep 2020 - 04:52

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La moda se enfrenta a un cambio de paradigma en la que nada juega a su favor. Eduardo Zamácola, presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex) y consejero delegado de la empresa familiar Neck&Neck, sostiene que el sector comienza el curso escolar “con preocupación”. Las ventas, pese a la reapertura y las intensas promociones, no remontan, y Zamácola cree que este será durante un tiempo el nuevo normal. “Hay preocupación por los rebrotes, no hay eventos y hay una crisis económica brutal: no hay ánimo para gastar en moda”, afirma.

 

 

Pregunta: Después del shock inicial y la complejidad de la reapertura, ¿cómo encara el sector el nuevo curso?

Respuesta: Con preocupación. Tras el confinamiento, pensábamos que íbamos a tener algo de repunte, pero nos hemos dado cuenta de que, a pesar de las promociones muy agresivas, el consumo no ha mejorado. Junio, julio y, probablemente, también agosto, han sido meses muy negativos que confirman la tragedia. La afluencia ha sido mínima y se ha comprado poco.

 

P.: ¿Cuáles son las previsiones para los próximos meses?

R.: Todo depende de cómo vaya evolucionando el virus, cómo sea la reacción del Gobierno y la vacuna. Está habiendo rebrotes todos los días y las noticias son muy negativas. No se quiere llegar a otro confinamiento, pero las alertas no ayudan a que el consumidor salga a la calle a comprar. Las tiendas son absolutamente seguras y hemos aprendido a vivir con el virus, pero el consumidor no se ha reactivado.

 

P.: ¿Por qué?

R.: Por tres razones: en primer lugar, hay cierta preocupación social con los rebrotes. Estamos más concienciados que nunca con el distanciamiento social y la mascarilla, y eso no te invita a ir a las tiendas a tocar, comprar y relacionarte con la dependienta. Por otro lado, si están prohibidas las agrupaciones de más de diez personas, las bodas, los eventos… ¿para qué vas a comprarte ropa? Por último, obviamente tenemos una crisis económica brutal. Creo que tardaremos una generación en recuperarnos. No hay ánimo para gastar dinero en moda.

 

 

 

 

P.: La reapertura fue mejor de lo esperado. ¿Fue un espejismo?

R.: Hubo un efecto champán. Cuando abrimos las tiendas, hubo gente que se animó a comprar, pero sólo los clientes más fieles. Pero entre que el turista no ha venido y que el cliente tiene miedo hemos vendido muy poco. Después, cuando empezaron las rebajas oficiales, el consumidor no reaccionó. Los datos son peores de lo estimado.

 

P.: El consumidor compra menos, ¿también compra de forma diferente?

R.: Sí, el comportamiento del consumidor es muy diferente. Antes estaba 24 minutos en la tienda: miraban, tocaban… Ahora, el tiempo ha disminuido. El consumidor investiga qué quiere comprar, va a la tienda y sale. La compra es mucho más racional.

 

P.: ¿El boom del online se quedará después de la pandemia?

R.: El online va a seguir fortaleciéndose, pero no hay que olvidar que representa entre un 8% y un 10% de las ventas en España. El 90% continúa siendo el canal físico. Si se disparara mucho más, si se duplicara y llegáramos al 15% o el 20%, el 80% continuaría siendo venta en la tienda física.

 

 

 

 

P.: Las promociones se dispararon tras la reapertura. ¿La moda tiene margen para seguir abaratándose?

R.: Nos pegamos un tiro en el pie al entrar en la guerra de precios. A no ser que vayas a muchísimo volumen, hay que enfocarse en el margen y la generación de marca.

 

P.: ¿Se puede hacer eso cuando las empresas están en modo supervivencia?

R.: Habrá una mezcla. Primero habrá una limpieza de marcas, pero, a partir de ahí, es fundamental tener un modelo de negocio claro y ser consecuente. Una cosa es que necesites sobrevivir, pero al mismo tiempo hay que mirar a medio y largo plazo y decidir qué quieres hacer con tu marca. Hay sitio para las que quieran vender con valor añadido. Porque fíjese qué ha ocurrido después del confinamiento: por mucha rebaja que se hizo no se logró aumentar el tráfico, porque el problema es psicológico y tiene que ver con la seguridad sanitaria. La gente ya no va a comprar ni aunque le hagas un descuento del 50%, eso fue un error estratégico. La moda española tiene una relación calidad-precio-servicio excepcional. Mantengamos eso y luchemos por ello.

 

P.: ¿Cómo valora la gestión del Gobierno?

R.: Me parece una vergüenza. Fuimos el país con el confinamiento más duro y ahora lideramos los rebrotes. ¿Qué hemos hecho? La situación política, en general, es vergonzosa. Nuestros políticos están echándose la culpa pero echo en falta que alguien coja los mandos de manera efectiva. Las soluciones económicas no llegan.

 

 

 

 

P.: Se ha anunciado un plan de impulso al turismo, ¿hace falta también uno para el comercio?

R.: Debería estar incluido en el del turismo, porque la hostelería y el comercio estamos estrechamente relacionados con él. En paralelo, tiene que haber ayudas específicas para el comercio que no están llegando.

 

P.: ¿Qué le pide al Gobierno?

R.: En primer lugar, tener que estar negociando los expedientes de regulación temporal de empleo (Erte) de fuerza mayor cada dos meses no tiene sentido. Tendríamos que darles una amplitud lo suficientemente generosa para evitar esta situación. El problema de los Erte es que son una solución temporal muy buena, pero esto es un problema estructural. La situación ha cambiado drásticamente, en moda estamos hablando de caídas de ingresos del 40%. Nos estamos engañando y estamos creando una bolsa de futuros parados que no vamos a poder asumir.

 

P.: ¿El empleo no se recuperará a corto plazo?

R.: La realidad ha cambiado y con los Erte nos estamos poniendo una venda en los ojos. Otro aspecto importante es que, cuando se permita el despido, las empresas no van a poder asumir las indemnizaciones y el gobierno debería destinar parte de las ayudas a esa partida, porque si no las compañías cerrarán directamente.

 

 

 

 

P.: ¿Qué más medidas podrían ponerse en marcha?

R.: Tendríamos que hablar de una reducción del IVA, al menos durante un tiempo. El problema es que las soluciones que encontramos parecen contrarias a las medidas del gobierno. Se está ayudando al trabajador, pero si no se ayuda a las empresas estas se hunden, y al final tendremos empresas cerradas y todos los trabajadores cobrando un subsidio que al final se acabará.

 

P.: Una vez llegue la vacuna, ¿cómo tiene que reaccionar el sector?

R.: Las empresas tienen que ser consecuentes. No creo que tengas que cambiar tu estrategia o tu compromiso con tu consumidor porque haya una vacuna o una pandemia: cuesta mucho crear una marca, pero la destruyes en dos minutos.