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Edgar Carrascal (Modafad): “En la moda caben todos, cada uno debe buscar su hueco”

El nuevo presidente de la agrupación de diseñadores de moda de Barcelona explica que se han marcado como objetivo poner en valor su profesión y servir de puente con la industria para fomentar las colaboraciones.

S. Riera

15 mar 2018 - 04:50

 

Edgar Carrascal preside la recién recuperada Modafad. Carrascal ha trazado su trayectoria como diseñador de moda entre Medellín, Nueva York y Barcelona, colaborando con grandes marcas, además de crear la suya propia, con la que desfila en 080 Barcelona Fashion. El diseñador explica que, junto a los impulsores de la nueva asociación, se han marcado como objetivo poner en valor su profesión y servir de puente con la industria para fomentar las colaboraciones.

 

Pregunta: ¿Por qué relanzar Modafad ahora?

Respuesta: En realidad nunca hubo un momento para empezar ni para terminar nada, simplemente surgió y vimos la posibilidad de hacerlo y de tener apoyo para ello. Y de hacerlo además, no sólo de emergentes, sino también de diseñadores que también tuviéramos un proyecto, una andadura.

 

P.: ¿Cuál fue el detonante?

R.: Surgió de ver que la crisis dejó la industria tocada y que notábamos que cada vez más costaba encontrar mano de obra para continuar apoyándonos en una industria de kilómetro cero. Por otro lado, por la parte del FAD, siempre se ha mantenido la idea de no dejar perder esta asociación, que en su día fue tan valiosa.

 

 

 

 

P.: ¿Se reemprende con el mismo espíritu?

R.: Hubo un momento, en Barcelona, que estaba Modafad, la entonces Pasarela Gaudí y Circuit. Cada uno tenía su espacio y Modafad era el que se había centrado en la parte de los diseñadores emergentes. Cuando empezamos a unirnos y ver cómo podríamos reflotarla, vimos que no podía ser como antes, de la imagen por la imagen. La imagen por sí sola no siempre es válida.

 

P.: Entonces, harán más cosas que un desfile…

R.: Claro. El primer proyecto con el que lanzamos desde la asociación se basa en contar a la gente las diferencias que existen entre los diferentes modelos de negocio del sector, entre el fast fashion, el trabajo artesanal y el diseño emergente y todo el trabajo que hay detrás de los unos y de los otros. Queremos enseñar lo que es la moda.

 

P.: ¿Se mantendrán como estandarte del diseño emergente?

R.: Queremos ser asociación de diseñadores y ya está. La parte emergente se asocia con amateur, con algo que no tiene calidad o que le falta recorrido, y no es así. También queremos abrirnos a otros que trabajan fuera, pero que están aquí. Somos profesionales que estamos sacando adelante empresas, pero esto no excluye a los emergentes.

 

 

 

 

P.: ¿Está abierto a todo tipo de diseñadores o hay requisitos para asociarse?

R.: Estamos abiertos a todos. Lo interesante de este proyecto es que empezamos constituyendo una junta que trabaja en atraer a más socios y vincularlos a ella y a las líneas de trabajo que vayan surgiendo. De hecho, sin hacer aún la primera acción, hemos casi duplicado la cantidad de socios con los que empezamos. Mucha gente se nos asociado simplemente tras oír que la asociación volvía. En dos meses somos ya ochenta socios nuevos.

 

P.: En España está la Asociación de Creadores de Moda de España (Acme), ¿por qué es necesario Modafad?

R.: Trabajamos de manera diferente. Por ejemplo, si se dirige a nosotros un empresario en busca de diseño, no le ofrecemos diseñadores, sino que vehiculamos la propuesta hasta dar con aquel a quien le pueda interesar. Trabajamos de manera molecular, no piramidal. A medida que los proyectos entran, los comunicamos. Internamente no tenemos bolsa de trabajo, pero sí los pasamos a través de la Red a los socios en busca de sinergias. Funcionamos como un puente.

 

P.: ¿Tienen apoyo de las administraciones?

R.: Recibimos apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, de Barcelona Activa y del FAD. No sólo se trata de establecer contacto con las empresas, sino también de generar acciones que aporten contenidos para la ciudad. No se trata sólo de aportar a la moda, sino también a la ciudad.

 

 

 

 

P.: ¿Cuesta ser diseñador de moda en el país de Inditex?

R.: Rotundamente, sí. Ahora soy diseñador con marca propia, pero he trabajado también para otras firmas y, de hecho, trabajo para una empresa que brinda servicios al grupo y cuando ves los números… Es difícil competir con este monstruo, pero es el padre de la moda fast fashion y si él no estuviera, estarían otros detrás. Hay que asumirlo.

 

P.: ¿Deja espacio el mercado a las propuestas de los diseñadores?

R.: Se empiezan a ver también otros proyectos de gente joven, que crean colectivos, como coworkings, y que hacen propuestas interesantes. Hay espacio. En la moda caben todos, cada uno debe buscar su hueco. Hay una convicción potente entre los emergentes en crear un producto que sea vendible y que llegue a la gente, que sea algo más que un producto. La parte experiencial coge hoy mucha fuerza.

 

P.: ¿Es de los que admiran o rechazan a Inditex?

R.: Ni lo uno ni lo otro. A lo largo de mi carrera he pasado por lencería femenina, diseño con materiales tecnológicos, vestuario formal y de noche… Y entiendo que, al final, lo que cuenta es la creatividad y esto es lo que mueve a la industria. Y la creatividad puede ponerse a disposición del fast fashion o de la artesanía.

 

P.: ¿Es un buen momento para el diseño de moda?

R.: Hemos pasado por un momento muy duro, en el que no se valoraba. La mayoría de tiendas del centro de Barcelona, por ejemplo, se negaban a poner precios por encima de los setenta euros u ochenta euros porque consideraban que el consumidor local no lo entendía, y vivir sólo del turismo es complicado. También está la desaparición de una parte de la industria, que desde algunas escuelas quiere recuperarse. Algunas de estas escuelas más técnicas han recuperado ciertos estudios, como el de costureras, por ejemplo. Y queremos vincularnos a ellas.

 

 

 

 

P.: En los últimos años, quien ha querido vincularse a la moda, ha estudiado diseño no costura. ¿Todavía hay esta ilusión?

R.: Hay que generar iconos como John Galliano, por ejemplo, porque son los que inspiran a que la gente apueste por nuevas propuestas, que entre en el sector, y para que todos continuemos enamorándonos de la moda. Las pasarelas continúan siendo importantes para los diseñadores, pero como una cosa más, y una pasarela bien montada cuesta mucho dinero y hay que hacerla bien.

 

P.: A España se le conoce por Inditex, pero ¿también por su diseño?

R.: A Barcelona, en concreto, se la conoce por el diseño y la arquitectura, pero en general. En moda su relevancia no es tan grande. Aunque no lo defiendo, soy contrario a atacar al fast fashion porque podemos colaborar de la misma manera que en Estados Unidos cogen a un diseñador y lo vinculan a Gap. Queremos que Modafad sirva de puente para este tipo de colaboraciones.

 

P.: ¿Tiene prestigio hoy ser diseñador de moda?

R.: Sí, esto al menos no se ha perdido. Continúa valorándose.

 

P.: La industria avanza hacia el análisis de datos y empieza a decirse que, en el futuro, la figura del diseñador se transformará. ¿Cómo ve este futuro?

 R.: Últimamente he estado reflexionando sobre todo ello a raíz del proyecto Barcelona Assaig General, sobre cómo unir la conciencia del consumidor y la sostenibilidad y creo que la tecnología juega a nuestro favor. Los diseñadores se asocian cada vez más a lo sostenible y es una oportunidad. Por otro lado, siempre habrá el valor hacia la persona que con su diseño mueve a la industria.