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eBay, el “gran enemigo” de la moda en Internet

C. Pareja

14 may 2012 - 04:40

Antes del auge de las tiendas online de marcas de moda, mucho antes de que Facebook, Twitter y Pinterest se instalaran en el día a día de los consumidores de Internet, mucho antes, existía eBay. La plataforma de venta online mediante pujas, que se fundó en 1995, daba acceso a que los usuarios vendieran todo tipo de productos sin un filtro previo. Lo que la moda no sabía era que eBay se convertiría, a causa de las falsificaciones, en su peor enemigo.

 

Durante el fin de semana se ha celebrado en Barcelona el primer congreso de derecho y moda (organizado por el Departamento de Formación Internacional del ICAB), en el que se han discutido asuntos como los problemas a los que se enfrentan las marcas en cuanto a su propiedad intelectual o las dificultades legislativas ante el comercio online. Barcelona Fashion Law ha contado con la participación de Emmanuelle Hoffman, abogada de la Corte de París y especialista en propiedad intelectual y marcas.

 

“El gran enemigo de la moda en Internet es eBay”, asegura Hoffman. El ecommerce se ha desarrollado a una velocidad vertiginosa, algo que ha hecho que la moda y las plataformas de venta online maduren rápidamente, según la abogada.

 

“Cuando empezó el auge del comercio electrónico, muchas firmas francesas como Louis Vuitton o Hermès se negaron rotundamente a formar parte de este canal de distribución –asegura Hoffman-; en la actualidad, ninguna de ellas ha cumplido su promesa y venden todos sus productos en la Red para poder hacer frente a la amplia oferta de falsificaciones que hay en Internet”.

 

Pero, ¿cómo se pueden defender las marcas de moda ante estas falsificaciones? La especialista asegura que aún existe un vacío legal en este canal. “Hay que trabajar mucho aún, no queda claro quién es el responsable de que se vendan falsificaciones en eBay, por ejemplo, ya que es el usuario el que vende y la compañía no tiene una información previa de lo que se venderá en sus tiendas”, dice Hoffman.

 

Aún así, Hoffman sí que cree que las plataformas que, involuntariamente, venden falsificaciones en la Red podrían hacer más de lo que hacen. “No aceptan que se vendan objetos con simbología nazi, por ejemplo, pero sí la réplica de un bolso de moda - explica Hoffman-; esto quiere decir que sí que podría haber un control más exhaustivo de las falsificaciones”.

 

Una de las primeras batallas públicas que se libraron en los tribunales, haciendo referencia a la violación de la propiedad intelectual de una compañía, fue protagonizada por LVMH y eBay. La lucha de titanes terminó inclinándose a favor del conglomerado de lujo francés y condenando a eBay a pagar 40 millones de dólares (30,88 millones de euro) a la compañía.

 

El grupo de cosmética L’Oréal también ha tenido problemas con la plataforma de venta online. En uno de los enfrentamiento que ésta tuvo con eBay se puso en duda hasta qué punto eBay tenía un papel activo en lo que se vendía en la página web.

 

El juez dictaminó que “la explotación tiene algo que ver en la oferta que hace eBay, no sólo las acoge, sino que también las embellece, así que indudablemente tiene una responsabilidad en cuanto al producto que se vende en su propia plataforma”, explica Hoffman.

 

En la actualidad, se está estudiando desde Bruselas un cambio de estatuto del consumidor y, sobre todo, limitar a las empresas que distribuyen imitaciones y falsificaciones, haciéndoles más responsables de lo que venden en sus plataformas.

 

Para finalizar, Hoffman ha puesto ejemplos de páginas web que venden replicas exactas de marcas a precios más económicos. Es el caso de Replica, una plataforma que ha creado tiendas online de todas las marcas de lujo y venden sus creaciones a un precio muy inferior. “Resulta muy difícil condenar a este tipo de páginas, ya que están situadas en zonas de no derecho, lo que imposibilita su cierre”, concluye Hoffman.

 

Según los últimos datos disponibles facilitados por la Asociación Empresarial del Comercio Textil y Complementos (Acotex), en 2010, la Policía Nacional requisó en España más de cuatro millones de artículos falsificado, de los cuales, más un 7% correspondían al sector textil, un 5,5% a calzado y un 13,7% a complementos.