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Desinfección, distancia y prendas en cuarentena: las lecciones de la reapertura de Mango y Desigual

Alemania y Austria han empezado ya a levantar la orden de cierre del comercio, pero las tiendas de moda no son como antes de la crisis.

I. P. Gestal / P. Riaño

21 abr 2020 - 15:18

Desinfección, distancia y prendas en cuarentena: las lecciones de la reapertura de Mango y Desigual

 

 

Era la gran pregunta desde que se ordenó el cierre de tiendas en Europa. ¿Cómo se va a comprar ropa en el mundo post-Covid19? ¿Existirán probadores? ¿Se lavará más la ropa? Dos de los mayores grupos españoles de distribución de moda, Mango y Desigual, han comenzado ya a reabrir sus tiendas en algunos países del continente, arrojando un poco de luz sobre qué le espera al sector en el día D.

 

Las aperturas se están realizando de manera escalada en los mercados que ya han levantado las restricciones, aunque con limitaciones: en Alemania, por ejemplo, sólo pueden abrir las tiendas de menos de 800 metros cuadrados.

 

Aforo controlado

Como sucede hoy en los supermercados, los grupos de moda han impuesto medidas de restricción del aforo en las tiendas que ya han comenzado a abrir. En el caso de Mango, el control del aforo lo realizará el personal de tienda y estará señalizado en la entrada.

 

La empresa permitirá la entrada de, como máximo, una persona por cada diez o veinte metros cuadrados, adaptándose a la normativa en cada caso. Además, el personal indicará a los clientes la conveniencia de mantener una distancia de seguridad de al menos un metro y medio entre las personas.

 

En el caso de Desigual, la empresa no ha precisado cómo controlará el aforo, aunque también asegurará que se mantiene la distancia de entre un metro y un metro y medio entre los clientes.

 

 

Probadores, el punto crítico

Los probadores son el punto más crítico de la reapertura: espacios pequeños, con mucho tráfico y un potencial foco de transmisión del virus. Los dos grupos han tomado medidas especiales para estos espacios.

 

En los países donde esté permitido, Mango mantendrá los probadores abiertos pero sólo parcialmente, alternando uno abierto y uno cerrado para mantener la distancia de seguridad.

Por su parte, Desigual limitará la entrada de una única persona y desinfectará el espacio después de cada uso, informando al cliente de la última vez que se ha llevado a cabo la limpieza.

 

 

Ropa en cuarentena

Aunque faltan investigaciones científicas al respecto, fuentes del sector consultadas por Modaes.es indican que el coronavirus puede vivir hasta dos días en un tejido. Si embargo, el riesgo de transferencia en superficies porosas como la ropa es bajo.

 

Aún así, Mango mantendrá cuarenta y ocho horas en cuarentena todas las prendas que se hayan probado antes de volver a exponerlas al público para garantizar la seguridad.

 

 

Más pagos digitales

Otro de los focos potenciales de contagio es el dinero en efectivo. Aunque tanto Mango como Desigual siguen permitiendo este método de pago, en ambos casos se incentivará el uso de tarjeta de crédito o aplicación móvil. Mango precisa también que todos los pagos se realizarán en caja y que los datáfonos se desinfectarán después de cada uso.

 

 

Guantes y mascarillas

Como hacen ya hoy los comercios de alimentación, Mango y Desigual proveerán a los clientes de gel desinfectante y, en el caso de Mango, también guantes. El personal de tienda, por su parte, trabajará con geles y mascarillas.

 

Además, se reforzará la limpieza de la tienda, también en zonas de uso interno destinadas al descanso de trabajadores y en todos los elementos de contacto. En Alemania, llevar mascarilla es “muy recomendable” pero no obligatorio”.

 

 

Mango ha comenzado a reabrir en Alemania, Países Bajos, República Checa, Letonia, Georgia, Chipre y Ucrania. En total, la empresa prevé alcanzar 620 tiendas operativas a finales de abril. Desigual, por su parte, ha abierto ya una tienda en Viena y sumará esta semana 44 establecimientos más en Alemania.

 

“En los centros más pequeños, la caída de la actividad es del 100%. Muchos de ellos han sido clasificados como esenciales, pero tienen menor pulmón financiero y tendrán problemas para hacer frente al pago de alquileres, hipotecas o personal”

 

“La gestión del sector geriátrico es tremendamente compleja. La mayor parte de los residentes en centros geriátricos lo son por concierto público. Tenemos un modelo cada vez más mixto de hospital con residencia, pero el que va a seguir funcionando es el de residencia independiente y necesitamos una continuidad asistencial y que tengan un centro de referencia”