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Dérivée, un concept store con historias

15 abr 2010 - 00:00

M. Fontcuberta.- El comercio multimarca se reinventa para atraer a los consumidores. Barcelona estrena tienda. Su nombre es Dérivée y ha nacido gracias de la idea de relacionar unos objetos con otros según las historias que se esconden detrás de ellos. Se trata de un concepto pensado para sibaritas cansados de las tiendas de tendencias que sólo apelan al consumo. En Dérivée, ubicada en la calle Juan Sebastián Bach, el acto de compra se convierte en un ejercicio didáctico, según explican sus impulsores. Laure de la Baume, propietaria de la tienda junto con Francisco Castagno y Pablo Bofill, explica a Modaes en qué consiste este nuevo concept store.Pregunta: ¿Cómo surgió la idea de crear Dérivée ? Respuesta: Mi marido, Francisco Castagno, mi amigo Pablo Bofill y yo hace tiempo que notamos una carencia en Barcelona: una tienda que no se limitara a vender productos sin sentido, sino que se atreviera a relacionar unos objetos con otros. P.: ¿Cómo se consigue relacionar objetos entre sí? R.: A partir de las historias que se esconden detrás de cada uno de ellos, en las que hay implicada gente muy interesante. La idea de crear vínculos con nuestros clientes es el leitmotiv de la tienda. Además buscamos un público internacional, amantes no sólo de la moda sino también de la arquitectura, la pintura… que vengan a la tienda porque se identifican con un modo de vida, con una historia, y a la vez aquí les damos la oportunidad de conocer gente que comparte sus mismos gustos. P.: ¿Podrías mirar a tu alrededor y crear una historia a partir de varias piezas? R.: Rosa Esteva, dueña de la marca de ropa Cortana, lleva siempre el perfume Angeliques sous la pluie del perfumista francés Frédéric Malle. A su vez, Malle tiene en sus tiendas los vasos que diseña Marie Brandolini, gran amante de los chocolates del restaurante Fouquet de París. Esta es una primera relación de lo que vendemos, en la que se encandenan diferentes productos a través de los gustos de varias personas que tienen un gran prestigio, cada uno en su ámbito. P.: ¿Cuál fue la mayor dificultad que encontrasteis a la hora de vender vuestra idea a los diferentes proveedores? R.: Sin duda alguna tuvimos que exponer con claridad nuestra idea, matizar ante todo que vendemos relaciones, un estilo de vida muy definido, basado en la elegancia sencilla y menos enfocado en las tendencias que otros concept stores. Los cuatro proveedores iniciales, perfumes Frédéric Malle, chocolates Fouquet, ropa de Yohji Yamamoto y los libros del Museo de las Artes Decorativas de París, fueron clave para convencer al resto. P.: ¿En qué ámbito dentro de Dérivée encontramos las mejores piezas? R.: Siento una gran debilidad por la ropa de Claire Tough, Erin Fetherston y Henrik Viscov. P.: ¿Cuál es el margen de negocio de la tienda? R.: Es curioso pero me quedé horrorizada con el margen de negocio de la mayoría de tiendas de París, Nueva York e incluso Barcelona. En el sector de la moda todos se ponen de acuerdo para fijar unos precios determinados, sin darse cuenta muchas veces que Nueva York tendría que vender a un precio más alto que Barcelona. El margen que suelen aplicar es del 2,7% y el que yo considero justo es del 2,2% porque, claro está, hay que pagar el alquiler de un buen local, una reforma para conseguir unidad entre entorno y producto y, por último, profesionales del sector que te ayuden a desarrollar el negocio.