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Del Louvre a la Gran Muralla China, la moda se sube a los escenarios del arte

Paula Robledo

20 abr 2016 - 04:51

Del Louvre a la Gran Muralla China, la moda se sube a los escenarios del arte

 

Los salones del Louvre, la Gran Muralla China o el Palacio de Versalles han sido algunos de los escenarios que ha tomado la moda para dotar de trascendencia histórica su carácter efímero. H&M, por ejemplo,  ha presentado en el Museo de las Artes Decorativas de París su nueva Conscious Collection, inspirada en el fondo artístico del Museo del Louvre. Pero no es un ejemplo aislado. Con la irrupción del prêt-à-porter, las firmas de moda empezaron a vender también espectáculo, de forma que los desfiles convencionales dejaron paso a eventos en lugares estratégicamente escogidos, muchos de ellos verdaderos templos culturales.

 

“La cultura y la arquitectura permanecen en el tiempo con un valor simbólico, por lo que la moda, debido a su esencia efímera, busca estos espacios para legitimar su discurso y permanecer en el tiempo y en la memoria con un impacto cultural y visual”, argumenta Fernando Aguileta, profesor y periodista de moda.  Por su parte,  Esther García, una de las directivas de Esma Proyectos, señala que “cuanto más se acerca la moda a un espacio que represente su motivo de inspiración, más se integran todos los elementos en la presentación”.

 

El palacio de Versalles fue en 1973 protagonista, por ejemplo, del evento conocido como La batalla de Versalles, un show orquestado por la publicista Eleanor Lambot que enfrentó a la consolidada alta costura francesa y el vanguardista sportswear norteamericano, según Aguileta.

 

 

 

 

Tres años después, Yves Saint Laurent eligió el hotel Intercontinental de París para presentar una colección para el Ballet Ruso en uno de los primeros desfiles concebidos como espectáculo. Una década después, Galiano optó por la Ópera Garnier, también en París, para uno de sus primeros desfiles para Dior, donde las modelos interpretaron en directo una obra de teatro. Karl Lagerfeld colocó el listón aún más alto y, en 2007, presentó su colección para Fendi en la Gran Muralla China con 88 modelos desfilando a lo largo del monumento. Aquel mismo año, Pierre Cardin puso en escena sus nuevas propuestas en pleno desierto  de Dunhuang, en la Ruta de la Seda en China. El último en subirse al carro de los desfiles en lugares históricos ha sido Gucci, que prepara para junio su próximo evento en la Abadía de Westminster, en Reino Unido, lugar de coronaciones y entierros de los monarcas británicos.

 

En España, las marcas también se han apoyado en estas puestas en escena. Jesús del Pozo y Loewe eligieron, por ejemplo, el Palacio de Cristal del Parque del Retiro de Madrid. Mango, por su parte, ha presentado colecciones en entornos como el Macba o la Caja Mágica de Madrid.