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Del ‘big data’ a las compraventas: los diez Global Fashion Drivers del negocio de la moda

La omnicanalidad y la diversificación fueron otros de los vectores de crecimiento para el sector a escala global en 2016, según la segunda edición del informe Global Fashion Drivers 2017.

Lorenzo Molina

14 dic 2017 - 04:42

Big data, operaciones corporativas y omnicanalidad. Estos fenómenos fueron tres de los diez vectores que impulsaron el negocio de la moda durante 2016, según la segunda edición del informe Global Fashion Drivers 2017, elaborado por Modaes.es y con el apoyo de Desigual. El documento analiza las palancas de crecimiento y los puntos de transformación más relevantes entre las cien compañías más relevantes del sector a escala global.

 

“El informe pone de relieve las grandes oportunidades del negocio de la moda, en buena medida por el impacto de la tecnología, pero también por la voluntad de las empresas de atender siempre a los cambios que demanda la sociedad”, afirmó David Meire, chief client officer en Desigual. “Este proyecto constituye una excelente herramienta de análisis para conocer mejor el sector”, añadió.

 

La digitalización es uno de los drivers más importantes para el negocio internacional de la moda, cuya implementación figura en la parte alta de la lista de prioridades del sector. El 91% de las compañías declaró el año pasado hacer un uso habitual del big data y de las herramientas de análisis del tráfico web como Google Analytics, según se desprende del informe.

 

El análisis y estudio del rastro de datos que dejan los consumidores en la Red a través de su navegación se ha convertido en una prioridad para todos los actores del sector. Esta información, de alto valor empresarial, permite a los distintos grupos generar estrategias comerciales personalizadas.

 

 

En relación a 2016, el documento resalta que el 53% de las empresas de moda en todo el mundo pusieron en marcha herramientas como el click&collect o el same-day delivery para mejorar la omnicanalidad en sus puntos de venta. La mayor apuesta por la omnicanalidad viene de la mano de los avances tecnológicos que se están haciendo un hueco en el sector.

 

En este sentido, el informe desvela que el 27% de los mayores operadores de moda del planeta introdujo dispositivos móviles en sus tiendas a lo largo del año pasado, mientras que un 8% de los grupos incorporó nuevos métodos de pago para facilitar el proceso de compra.

 

Junto al análisis de datos y la implantación de la omnicanalidad, el negocio de la moda en 2016 estuvo marcado por las operaciones corporativas. Un 23% de las empresas de moda engrosaron sus carteras con la compra de operadores de la competencia, algunos de sus proveedores o grupos de otros sectores para diversificar. La cosmética emergió como el subsector de la industria de la moda más activo, que continuó su proceso de concentración a escala global. Asimismo, el informe recoge que sólo un 3% de las empresas dieron entrada en su capital a nuevos socios.

 

 

En términos generales, las operaciones corporativas tuvieron dos direcciones bien marcadas. Por un lado, los grandes retailers del brick continuaron tomando posiciones en el canal online, mientras que los pure players ampliaron su cartera y su huella a pie de calle con compañías de distribución eminentemente física.  

 

 

Del auge del ‘athleisure’ a la importancia de las jornadas de descuentos

Además de los fenómenos citados anteriormente, el negocio de la moda a escala global tuvo otros vectores de transformación en 2016, según Global Fashion Drivers 2017. Entre ellos destacan, por ejemplo, la mayor apuesta por el athleisure, es decir, el lanzamiento de marcas o colecciones de moda deportiva para usos urbanos. Asimismo, el sector se volcó en la sostenibilidad, sobre todo con la implementación de iniciativas de reciclaje en sus colecciones y sus puntos de venta físicos.

 

También figuran en el documento fenómenos como el auge de las jornadas de grandes descuentos a escala global como el Black Friday o las mid-season sales, que colocaron al precio como uno de los factores más relevantes en la mente del consumidor. Además, en su afán por expandirse en todo el mundo, los grandes grupos de moda tuvieron en México a su mejor aliado en Latinoamérica, ya que el país se convirtió en la puerta de entrada preferida a la región.