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De Vélez a Bursztyn: los empresarios que hicieron de Colombia una referencia en moda

El país cafetero ha sido testigo del crecimiento de grandes grupos textiles que han impulsado la industria, tanto a nivel interno como internacional, convirtiendo al mercado colombiano como un referente del sector en Latinoamérica.

M. Cantini

2 jun 2017 - 04:41

¿Quiénes son los apellidos detrás del negocio de la moda en Latinoamérica? ¿Cuál es la fortuna de las familias más poderosas del sector? ¿En qué otros negocios destacan? ¿Cuántas generaciones hay detrás de cada gigante del retail de la región? Modaes realizará a lo largo de las próximas semanas una serie de reportajes que analizan quién es quién en el negocio de la moda en Latinoamérica.

 

De Vélez a Bursztyn: los empresarios que hicieron de Colombia en una referencia en moda

Yonatan Bursztyn 

 

Vélez, Acosta o Pombo son algunos de los apellidos que retumban en el negocio de la moda en Colombia. El mercado cafetero se ha ganado un puesto dentro del podio de la industria textil en Latinoamérica, gracias al impulso que distintos grupos locales han surgido en los últimos años y que han posicionado al país, y sobre todo a Medellín, en uno de los ejes más importantes de la región.  

 

En Colombia, Arturo Calle es sinónimo de moda masculina. Hace más de cincuenta años, el empresario puso en marcha el primer punto de venta de Danté, tienda especializada en la distribución de camisas, ubicada en el centro de Bogotá y que se convirtió en la base de su compañía homónima. Actualmente, la empresa opera con una red comercial de más de noventa puntos de venta en su mercado local y tiene presencia en El Salvador, Costa Rica y Guatemala. Ahora, la empresa está capitaneada por Carlos Arturo Calle, primogénito del fundador del grupo.

 

La capital colombiana también fue testigo del nacimiento de Totto, compañía especializada en bolsos y mochilas propiedad de Yonatan Bursztyn. En 1987, el empresario compró una marroquinería al borde de la quiebra y continúo con los negocios en el sector del cuero hasta 1988, cuando, después de un viaje a Milán, cambió su materia prima por la lona. El éxito de las distintas colecciones, tanto de accesorios como de indumentaria, transformó a Totto en una de las empresas colombianas de mayor presencia en el mundo, con más de 620 puntos de venta. Actualmente, Benni Natalie Bursztyn, segunda generación familiar, se encuentran también vinculados a Totto.

 

 

En 1978, la diseñadora textil Pepa Pombo dio sus primeros pasos en el negocio de la moda en Bogotá. La directiva comenzó a comercializar sus colecciones femeninas en la capital colombiana, que la catapultaron a los mercados de México, Panamá, Filipinas y Estados Unidos.

 

También en 1978 en Bogotá, el empresario Mario Hernández puso en marcha la fábrica de cueros Marroquinera, desde la cual producía distintas líneas de accesorios y complementos para compañías extranjeras como la suiza Bally. En 1995, la empresa adoptó el nombre de su fundador y subió la persiana de su primera tienda en el centro comercial Andino de Bogotá. Actualmente, el grupo opera una red comercial de 60 puntos de venta, 32 de los cuales están ubicados en Colombia y los 28 restantes en Venezuela, México, Panamá, Costa Rica, Aruba y Rusia.

 

De Vélez a Bursztyn: los empresarios que hicieron de Colombia en una referencia en moda

Mario Hernández

 

Aunque Bogotá es el eje comercial del país, la región de Antioquia, y en especial en su capital Medellín, es donde el sector textil colombiano se potenció desde la primera mitad del siglo XX con la fundación de grandes conglomerados como Crystal y Grupo Uribe.

 

En los años cuarenta, John Uribe sentó las bases del grupo de distribución de moda que hoy representa en Colombia a compañías internacionales como Mango, Naf Naf, Chevignon, Americanino, American Eagle, Esprit y Mothercare,  y que también gestiona puntos de venta en otros países de la región como Perú y Costa Rica, entre otros. Actualmente, la empresa familiar está dirigida por Pedro Uribe, miembro de la tercera generación.  

 

Otra compañía paisa que tiene amplia presencia en Latinoamérica es Crystal, propietaria de GefBaby FreshPunto BlancoGalax y Casino. El grupo está liderado por el empresario Juan Carlos Echavarría, hijo de Carlos Manuel Echavarría quien fundó el conglomerado textil en los años cuarenta. Actualmente, la empresa familiar tiene presencia en países como Costa Rica, Guatemala, República Dominicana y México.

 

 

En la ciudad de la eterna primavera, como es conocida Medellín, el matrimonio conformado por Juan Raúl Vélez y Ana María Echavarría puso en marcha Cuero JR, empresa de accesorios de marroquinería que, poco a poco, fue obteniendo notoriedad dentro del gremio manufacturero local. En 1984, Vélez y Echavarría fundaron Cueros Vélez, que hoy opera en Colombia, Panamá, Costa Rica, Perú y Ecuador.

 

En la década de los ochenta, Ralph Lauren popularizó las camisas polo, pero en Colombia Carlos Fernández puso de moda su propia versión de la icónica prenda de vestir, a través de las vitrinas de Tennis. En 2015, la compañía lanzó Topmark, la cadena juvenil del grupo. La primogénita de Fernández, Carla es miembro del consejo directivo de la empresa familiar y ocupa la dirección creativa de Tennis.

 

Otra compañía colombiana con amplio reconocimiento en Latinoamérica es STF Group, propiedad de la familia Acosta Hazi. En los años setenta, Carmen Faride Haze puso en marcha Faride Fashion una pequeña tienda de moda femenina en la ciudad de Cali. En 1994, Haze se retiró del negocio y delegó a su hijo Carlos Acosta como consejero delegado del grupo. Desde una nueva visión empresarial, la compañía se transformó en STF Group, que opera con Studio F y Ela en países como México, Chile y Panamá.

 

De Vélez a Bursztyn: los empresarios que hicieron de Colombia en una referencia en moda

Silvia Tcherassi, Samuel Tcherassi y Diana Janna 

 

Recientemente, la empresaria caleña Johanna Ortiz ha posicionado su nombre como uno de los de mayor proyección en el extranjero debido a que sus colecciones son distribuidas en tiendas departamentales como Harrods, Selfridges, Nichols y Lane Crawford, entre otras, así como también en Moda Operandi. En los próximos cuatro años, la compañía proyecta estar presente en cincuenta canales y puntos de distribución en todo el mundo. En Colombia, Ortiz es también la dueña de Pink Filosofy, especializada en moda femenina y con tiendas en Cali y Bogotá.  

 

Otro de los apellidos colombianos del negocio de la moda es el de los Tcherassi gracias a los hermanos Silvia y Samuel. En 1990, la diseñadora barranquillera puso en marcha Altamoda SAS, la compañía encargada de comercializar sus distintas colecciones de moda femenina y de hogar tanto en su mercado local como en el extranjero. Silvia Tcherassi, primera diseñadora colombiana en participar en la semana de la moda en Milán, ha expandido las fronteras de su marca abriendo las puertas de puntos de venta en ciudades como Miami y Madrid, además de controlar un hotel en Cartagena. Por su parte, su hermano, Samuel Tcherassi, es uno de los reyes de la moda infantil en el país cafetero, ya que opera la franquicia de la francesa EPK desde hace once años, que dirige junto a su esposa Diana Janna