Back Stage

De Liz Claiborne a Kate Spade, historia de un grupo que pasó a ser marca

Sarah García

14 ene 2014 - 04:49

De cuarenta marcas en 2006 a sólo una en 2014. Y de vestir a la clase trabajadora femenina de los años setenta a convertirse en el abanderado del estilo sport chic gracias a Juicy Couture. La antigua Liz Claiborne, ahora Fifth & Pacific, ha dado una vuelta de 180 grados a su estrategia en poco más de una década. Ahora, cambia de nombre como respuesta a su plan de negocio: centrarse sólo en Kate Spade, su activo más rentable. Un cambio importante para el que ha sido uno de los actores más relevantes del negocio de la moda internacional.

 

La historia de este gigante, reconvertido ahora en marca única, se remonta a 1976, cuando la diseñadora de vestidos Liz Claiborne fundó junto a su marido y dos socios su propia compañía. El objetivo de la creadora era sencillo: proporcionar ropa cómoda pero con un alto concepto de moda a la incipiente clase trabajadora femenina que se estaba incorporando al mercado laboral estadounidense.

 

Cinco años después de poner en marcha la empresa, Liz Claiborne salió a bolsa y en 1985 fue la primera compañía fundada por una mujer incluida en el índice Fortune 500. En 1989, Liz Claiborne y su marido abandonaron la gestión diaria de la empresa y fue entonces, con el nombramiento de Jerry Chazen (uno de los cuatro fundadores) como presidente, cuando comenzó la diversificación y el pool de marcas del grupo comenzó a engordar. Dana Buchman, creada dentro de la estructura de la compañía, fue la primera enseña que se sumó a la marca homónima.

 

En 1994 se incorporó a Liz Claiborne el directivo Paul R. Charron, que asumió los cargos de vicepresidente y director de operaciones. Charron, que un año más tarde ascendió a presidente y consejero delegado, fue el responsable de implantar una agresiva estrategia de adquisiciones que incrementó el portfolio de marcas de Liz Claiborne hasta alcanzar las cuarenta.

 

Charron abandonó la compañía en 2006, tras doce años trabajando en ella, con una última compra: Kate Spade. Fue entonces cuando William L. McComb se incorporó a la empresa y tuvo que hacerse cargo de una complicada situación financiera.

 

McComb decidió darle una vuelta de 360 grados a la estrategia de Liz Claiborne y llevar a cabo una importante desinversión de activos para sanear la estructura de la empresa. Este plan comenzó por la marca más característica del grupo, la que le daba nombre.

 

En noviembre de 2011, la compañía se desprendió de varios de sus principales activos: mientras Liz Claiborne y Monet fueron adquiridos por JC Penney, Bluestar Alliance se hizo con Kensie y Kohl’s con Dana Buchman. Este paquete supuso unos ingresos de 328 millones de dólares, con los que el grupo hizo frente a su deuda y centró sus esfuerzos en Kate Spade, Juicy Couture y Lucky Brand.

 

No obstante, este cambio de estrategia, que vino de la mano de un cambio de nombre por el que el grupo pasó a llamarse Fifth & Pacific, no fue suficiente, y William L. McComb inició el segundo proceso de desinversiones. En este caso, la compañía sacó a la venta sus activos de mayor tamaño y con los que había formado un portfolio de marcas con una alta penetración en el negocio de la moda.

 

Esta segunda fase concluyó el pasado 2013, con la venta de Juicy Couture a Authentic Brands por 195 millones de dólares en octubre y la compra de Lucky Brand por parte de Leonard Green, socio de Topshop, por 225 millones de dólares en diciembre.

 

Ahora, Fifth & Pacific encara una nueva etapa bajo la denominación Kate Spade y con el objetivo marcado de convertir a la enseña homónima en un potente activo internacional que consiga devolver a la senda del crecimiento al grupo que fundó  Liz Claiborne en la década de los setenta.