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De la personalización según el ADN a la realidad aumentada: ¿cómo cambiará el consumo en 2018?

Euromonitor recoge en el estudio Top 10 Global Consumer Trends for 2018 el cambio de mentalidad de un nuevo consumidor que apuesta por la economía colaborativa, por hacer sus propios productos, por la identificación con las marcas a través de principios y un estilo de vida libre y saludable. 

Lidia Montes

30 ene 2018 - 04:44

consumo en 2018

 

Economía colaborativa, personalización y realidad aumentada son los elementos que irrumpen con fuerza en 2018 y que influirán en la decisión de compra del consumidor. Con una economía global más fuerte, este año, está previsto que el consumo incremente hasta su máximo desde 2011, según recoge el estudio Top 10 Global Consumer Trends for 2018, elaborado por Euromonitor International. En línea con el auge de la economía colaborativa, los consumidores cambiarán sus comportamientos y ya no quieren poseer sino compartir, se trate de ropa, de vivienda o incluso de automóviles. Otra tendencia al alza es la personalización, derivada de un deseo incipiente de autenticidad; la sostenibilidad y la irrupción de la tecnología, que desde la realidad aumentada a los test de ADN se articulan como transformadores del mercado.

 

La economía colaborativa se erige como una de las tendencias a las que apunta el informe para 2018. Las nuevas generaciones están reformulando la manera de entender la economía: no sienten apego por poseer bienes materiales y muestran predilección por consumir experiencias. En este sentido, el estudio se remite a una encuesta de 2016 realizada por el propietario del centro comercial Westfield en Reino Unido, que resolvió que el 46% de los millennials están interesados el alquilar bienes, entre los que destacaban los equipos para practicar deporte (19%), automóviles (16%), productos electrónicos (15%) y ropa (10%).

 

Esta tendencia, liderada por los millennials, está empezando a calar entre los baby boomers. El cambio de consumo implica darle al cliente acceso a algo bien sea compartiendo, intercambiando, alquilando o vía streaming.

 


 

 

El estudio destaca el caso práctico que llevó a cabo el centro comercial londinense Westfield, que lanzó un servicio pay-as-you-wear (paga por lo que llevas), un servicio de alquiler de ropa llamado Style Trial. La tienda efímera permitía a los consumidores alquilar ropa de diseñadores y accesorios durante una semana.

 

Ganará protagonismo también la personalización de los productos. El informe señala que los nuevos consumidores quieren productos únicos y diferenciales. Y esto no pasa sólo por la moda sino que, el informe, hace especial hincapié sobre cómo afecta a la industria de la cosmética y la salud. Una nueva generación de empresas ha nacido con el objetivo de ofrecer productos personalizados y basados en el ADN del consumidor. De la salud, al fitness, pasando por la cosmética y la nutrición, estas compañías analizan el código genético del consumidor para realizar prescripciones basadas en la personalización de su ADN y, también, en función de su estilo de vida.

 

 

 

En línea con lo anterior, otra de las tendencias que marcará el 2018 es el diseño propio y personalizado que nace con la crisis económica. El consumidor quiere tomar contacto con la fase de creación de un producto y, en este punto, convergen el deseo de personalización con la búsqueda de autenticidad para cerrar la siguiente generación de productos customizados. La cultura de I-Designers quiere demostrar su creatividad y su estilo personal en lugar de escoger algo que es igual pero distinto”.

 

En 2018, la tecnología también ganará protagonismo. La realidad aumentada y, con ella, la posibilidad de superponer imágenes digitales en el mundo físico, permitirá a los consumidores visualizar los productos antes de comprarlos, tanto en la tienda como online. Todo ello es posible, en parte gracias a los avances en la tecnología móvil. Euromonitor señala en su estudio que los consumidores ya están utilizando esta solución para aplicaciones de belleza de la mano de Sephora o, Ikea, por ejemplo, que permite a los consumidores ver modelos en 3D a escala real de los muebles y cómo quedarían en las habitaciones.

 

Euromonitor pronostica que las ventas por Internet aumentarán en un 13% en 2018. El aliciente es la comodidad de poder comprar en cualquier lugar y la posibilidad de ver y tocar los productos es un plus. Sin embargo, en 2017 el 88% de las ventas globales todavía se realizaron en la tienda física.

 


 

 

Los consumidores tienden cada vez más a buscar una identificación e implicación emocional con los productos. El informe de Euromonitor destaca que los consumidores creen en una causa y se identifican con ella y las compañías deben arrojar pruebas de su implicación con ella, a través de fotos, vídeos y campañas.

 

En la misma línea, se instaura otra tendencia en 2018, la sociedad opta por un estilo de vida sano. Se trata de consumidores con fuertes convicciones e ideales, menos tolerantes y más escépticos. Dicen que no al alcohol, a hábitos de vida que no son sanos, a los productos producidos con animales y a un gasto desmedido.

 

Además, se impondrá la búsqueda de flexibilidad en los estilos de vida. Los millennials tienen una mentalidad más emprendedora y, en consecuencia, empieza a tomar relevancia que el trabajo les aporte libertad. La encuesta de tendencias de consumo muestra que el 50% de la generación aspira a ser autónomo, mientras que entre los baby boomers este deseo es menor. En consecuencia, rechazan muchos de los trabajos tradicionales en empresas.

 

 

 

Diez años después de la crisis económica, y pese al crecimiento de la economía, la brecha entre ricos y pobres sigue patente y la austeridad se ha instaurado. Se mantendrá, según Euromonitor, esta tendencia que ha respondido con un mayor consumo en las tiendas de segunda mano y descuentos y establecimientos que venden a precios muy bajos comprando a granel los excedentes de las fábricas.

 

El informe destaca que compartir vivienda volverá a ser tendencia en 2018, desde los millennials a los mayores de 65 años. La nueva opción nace en los espacios urbanos derivada del alza de los precios de la vivienda.