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De Elche a Almansa, el músculo industrial del calzado español

Tercera mayor ciudad de la Comunidad Valenciana, Elche ha ido creciendo a la par que lo ha hecho su industria zapatera. En la actualidad, el municipio continúa siendo el núcleo duro del calzado en España.

S. Riera

3 may 2019 - 04:51

De Elche a Almansa, el músculo industrial del calzado español

 

 

Sabadell, Terrassa, Mataró, Inca, Arnedo, Zaragoza, Elche, A Coruña o Ubrique. La industria de la moda en España se abraza a nombres propios de la geografía del país. Se hace difícil explicar el desarrollo de la actividad manufacturera del sector sin conocer los lugares en los que se ha originado. Con motivo de las próximas elecciones municipales, previstas para finales de mayo, Modaes.es emprende un viaje por los principales polos del textil, la confección, la piel y el calzado de España para realizar una panorámica sobre el vínculo que han tenido y todavía tienen con las diferentes industrias de la moda.


 

 

Elche, Elda, Villena y Almansa forman el mayor clúster de la industria española del calzado, en número de empresas, de marcas y de trabajadores. Estas cuatro poblaciones concentran el grueso de la actividad industrial del calzado en el país. Con el tiempo, cada una se ha ido especializado en hombre, mujer o niño, y ha ido posicionándose en un segmento de mercado determinado. Elche, no obstante, continúa siendo el núcleo duro del calzado en el país. La ciudad es sede de Tempe, la filial del calzado de Inditex, así como de los mayores grupos del sector, como Mtng Global Experience, Pikolinos o Gioseppo, entre otros.

 

El gigante gallego Inditex optó por levantar en Elche su negocio específico de calzado y hacerlo además en una joint venture con uno de los empresarios zapateros del lugar, Vicente García, miembro de la familia propietaria del grupo de calzado infantil Garvalín. En la actualidad, es la única sociedad que mantiene el grupo de distribución de moda participada sólo al 50%. Pese a ser uno de los elementos estratégicos del negocio de la moda, en los subsectores del textil y del calzado continúa jugándose con reglas y tiempos diferentes. Y Elche es el municipio en España con más profesionales zapateros por metro cuadrado.

 

En 2018, Elche volvió a superar el listón de los 230.000 habitantes que había perdido cuatro años atrás. La ciudad registró su última expansión con la entrada en el siglo XXI, cuando se situó por primera vez por encima de los 200.000 ciudadanos. Se trata del segundo mayor municipio de Alicante y el tercero de la Comunidad Valenciana.

 

 

 

Su Producto Interior Bruto (PIB) per cápita se situó en 20.099 euros en 2016. En los últimos cuatro años, la renta per cápita de la ciudad ha crecido un 7%, aunque continúa alejada de los primeros puestos del ránking de las ciudades más ricas de la comunidad autónoma, que se concentran en las localidades costeras, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

 

A pesar de su fortaleza industrial, la tasa de paro en Elche se situó en 2018 por encima de la media española, en el 23%. El porcentaje de desempleados en la localidad ha ido disminuyendo en los últimos años tras tocar techo en 2012, cuando la tasa rozó el 38% de los ciudadanos en edad de trabajar. En la actualidad, Elche, junto con Elda, son los dos municipios alicantinos con mayores tasas de paro. En Elda, en 2018 escaló al 24,6%.

 

Al frente del Ayuntamiento de Elche se encuentra desde las últimas elecciones de 2015 el socialista Carlos González Serna. El Psoe ha gobernado la ciudad desde 1979, a excepción de la legislatura de 2011 a 2014 cuando le tomó el relevo el Partido Popular, con Mercedes Alonso García al frente.

 

Abogado de formación, González Serna ha ejercido toda su trayectoria profesional en el Ayuntamiento, donde se incorporó a mediados de los noventa. Ahora, vuelve a postularse de nuevo para revalidad al cargo. Su predecesora en la alcaldía fue la primera mujer en colocarse al frente del consistorio ilicitano, aunque para las actuales elecciones municipales el candidato al puesto por el PP es Pablo Ruz.

 

 

 

Crecer al calor de la industria

En la mayoría de municipios siempre hubo un artesano alpargatero, pero muy pocos levantaron de ahí una industria sólida y cohesionada del calzado. En Elche, la transición entre el universo artesano y manufacturero tuvo lugar a principios del siglo XX con la aparición de las primeras fábricas. Sin embargo, el sector adquirió la fortaleza que le ha garantizado su supervivencia en el tiempo en las décadas de los cincuenta y los sesenta, cuando dejó de fabricar alpargatas y empezó a producir zapatos.

 

En 1900, Elche sumaba ya 28.000 habitantes. En 2018, la ciudad contaba con 230.000 ciudadanos. Parte de este crecimiento es consecuencia a una actividad económica que ha sido estratégica a lo largo del último siglo: el calzado. La era dorada del sector se produjo ya en las décadas de los sesenta y los setenta cuando marcas y grupos de distribución estadounidenses y alemanes llegaron a esta localidad alicantina en busca de producciones más económicas que en sus países de origen.

 

La ciudad fue ganando tamaño con trabajadores venidos de Albacete, Granada, Almería, Murcia o Extremadura. Elche fue creciendo a medida que la industria del calzado iba adquiriendo también fuerza. En los años sesenta, Elche contaba con 74.000 habitantes. Veinte años después, la cifra ascendía a 170.000. Más de la mitad de la población ilicitana estaba empleada en la industria local del calzado. El municipio sumaba barrios a la par que polígonos industriales. De hecho, la mayor parte de los nuevos distritos se levantaron alrededor de las fábricas, como Carrús, Altabaix o El Toscar.

 

 

 

 

Coincidiendo con esta explosión, se creó también la primera patronal, la Asociación de Industriales del Calzado de Elche, que más tarde daría pie a la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal).

 

La siguiente gran transformación del sector en la ciudad se produjo en las décadas de los ochenta y los noventa, cuando los principales clientes de la industria decidieron deslocalizar de nuevos sus producciones y, esta vez, las llevaron hacia Asia. Este movimiento obligó a replantear el modelo de negocio de los zapateros ilicitanos: dejar de fabricar para terceros para crear sus propias marcas y salir al mercado a competir.

 

Aquella sacudida coincidió también con el mercado de consumo en España y el desarrollo del comercio minorista en el país. Al calor de este nuevo escenario fueron apuntalando su despegue compañías como Mustang, Pikolinos, Wonders, Gioseppo, Grupo Illice o Panama Jack, entre otros. Fue también la explosión de las primeras marcas de zapatillas deportivas made in Spain, como Kelme, Yumas, Paredes o J’Hayber. A raíz de la creciente actividad, se impulsó en el municipio el polígono Elche Parque Empresarial en los noventa en Torrellano, la Institución Ferial Alicantina y se inició el camino para ser reconocido como una denominación de origen.

 

 

 

Elda, Petrer, Villena y Almansa

La extensión de la industria del calzado va mucho más allá de Elche y va ampliándose a medida que se viaja hacia el noroeste del país. De Elche a Elda hay media hora en coche. Y si bien Elche es calzado masculino y deportivo de gama media, Elda es el femenino de posicionamiento más elevado. En este municipio alicantino de 52.400 habitantes y un PIB per cápita de 18.601 euros, se encuentran Magrit, Paco Herrero o Pedro García, entre otros.

 

Sólo diez minutos separan el centro de Elda del de Petrer. De hecho, la frontera entre una y otra localidad está separada sólo por una calle. Así, la industria zapatera de una y otra se mimetiza y confunde. El gran bastión de Petrer ha sido durante décadas el diseñador neoyorkino de calzado Stuart Weitzman, que decidió levantar en este municipio de 34.500 habitantes su núcleo productivo. En la actualidad, Tapestry (antes Coach) ha reforzado las instalaciones alicantinas tras tomar el control de Stuart Weitzman.

 

Ambas localidades son, igual que Elche, feudos socialistas. Al frente de la alcaldía de Elda está Rubén Alfaro Bernabé desde los anteriores comicios de 2015. Alfaro es también presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias y ahora vuelve a presentarse como candidato del Psoe para permanecer en al frente del consistorio. En Petrer, la también socialista Irene Navarro Díaz lidera el Ayuntamiento. Navarro tomó el cargo en 2017, sustituyendo a Alfonso Lacasa Escusol, que lo abandonó por motivos personales.

 

 

 

 

Villena se encuentra veinte minutos de distancia en coche desde Elda y, a pesar de haber vivido un desarrollo industrial similar al del resto de localidades alicantinas zapateras, el municipio abanderó el segmento infantil a raíz de la instalación de dos factorías especializadas en ello a principios del siglo XX, que buscaros abrirse mercado desde el lujo. Andanines, Calzados Piulín, Calzados Eli o Calzados Boreal, entre otras.

 

De todos los municipios del calzado en Alicante, Villena es el de menores dimensiones, con cerca de 34.000 visitantes. El PIB per cápita de la localidad se situó en 2016 en 19.231 euros y su tasa de paro en el 20,3%. Desde 2011, está al frente de su alcaldía Francisco Javier Esquembre, del partido ecologista Los Verdes. En las elecciones de 2015, Esquebre renovó el cargo con mayoría absoluta.

 

Y, sin dejar la misma carretera que salió de Elche, a media hora más en coche desde Villena se encuentra Almansa, ya en la provincia de Albacete. El desarrollo de su industria zapatera se explica en gran parte por su situación estratégica en el eje de comunicaciones que enlaza Madrid con Alicante, que se reafirmó a mediados del siglo XIX con el ferrocarril. Antes de 1890, ya se contaban en la localidad 150 artesanos zapateros.

 

 

 

Con la mecanización de su tejido artesanal, su incipiente industria zapatera llegó a producir cerca de 1,4 millones de pares en 1906. Antes de la Guerra Civil española, Almansa sumaba catorce fábricas de calzado con más de 1.500 trabajadores. Uno de los puntales del arranque del calzado en la localidad fue Calzados Coloma, que trajo a este municipio albaceteño, cuya economía se basaba aún en la agricultura de secano, el sistema productivo del fordismo. Otra de las empresas de aquella época, y que todavía persiste, es Andrés Sendra. Más adelante, el sector sufrió un parón, pero remontó de nuevo en la década de los sesenta.

 

Magnanni o Pertini son dos de los estandartes del calzado en Almansa, que ha terminado por posicionarse como un producto masculino de gama alta. Magnanni, por su parte, tiene en Estados Unidos su mayor mercado y, hace un par de años, con la voluntad de reforzar su presencia en Europa, puso en marcha en París su primer y único establecimiento, en el barrio de Le Marais. En el corazón de Nueva York, en Madison Avenue, cuenta con un establecimiento otra marca almanseña, Mezlan.

 

Almasa cuenta con una población de casi 24.600 habitantes. Su PIB per cápita se situó en 2016 en 20.950 euros y su tasa de paro, en el 20,7%. A diferencia de las poblaciones alicantinas del calzado, el municipio albacetense del sector pertenece al PP. Al frente del Ayuntamiento del municipio se encuentra en la actualidad Javier Sánchez Roselló, que sustituyó el año pasado a Francisco Núñez, que dejó la alcaldía tras ser elegido presidente regional del partido.