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Cuando la tecnología se hace emoción

Realidad virtual, impresión 3D, nuevos materiales y robótica marcarán el futuro del sector, pero la moda debe, previamente, modificar sus estrategias y sus modelos de negocio para abrazar la digitalización.

Modaes

2 dic 2016 - 04:41

 

“Las emociones lo son todo: las marcas deben usar la tecnología para evocar emoción”. Esta fue la idea que sobrevoló el pasado martes un congreso de innovación digital en el negocio de la moda. Entre conceptos como realidad virtual, robótica o impresión 3D, la frase, pronunciada por Matthew Drinkwater, director de Fashion Innovation Agency, se impuso al resto. La moda se enfrenta a una transformación por obra y efecto de la digitalización y las marcas deben trazar una nueva hoja de ruta para continuar conectando con sus clientes, según destacaron expertos, empresarios y directivos en el congreso Fashtech Conference, organizado en Bilbao por la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital),

 

 

Como en todo análisis sobre moda y tecnología que se precie, Burberry y su estrategia de digitalización fue uno de los protagonistas de la jornada. Francesca Danzi, consultora especializada en transformación digital que trabajó en la renovación de la firma británica gracias a la experiencia online, señaló que el primer paso para cualquier compañía debe ser la estrategia. “La tecnología no lleva una empresa, es la estrategia la que lo hace”, afirmó.

 

En su opinión, las marcas deben aprovechar el potencial de la digitalización del consumidor porque “los compradores online y offline compran un 50% al año que los que sólo lo hacen offline”.  “La transformación digital no va de tecnología, va de velocidad y de poner al cliente en el centro”, dijo.

 

 

 

 

 

 

Identificar bien al cliente, conseguir que el líder de la empresa esté alineado y buscar la diferencia con el resto de las marcas son los tres primeros pasos, según Danzi, para trazar una correcta estrategia digital. Según la experta, tras este análisis es necesario medir la oportunidad y priorizar: “no se trata de hacerlo todo de golpe”.

 

Pero, pese a la sencillez y practicidad de la visión de Danzi, para Matthew Drinkwater “nunca ha habido un momento de la mayor confusión en la industria de la moda”. El experto, que desde Reino Unido asesora a diseñadores, señaló que “la tecnología y el see now buy now están rompiendo la moda”. “Estos dos elementos han forzado a la moda a hacer cosas que no querían hacer”, dijo, en referencia a la reticencia a diseñadores independientes y firmas de lujo a, por ejemplo, la venta online.

 

Altamente crítico con la aplicación que hace la moda de la tecnología, Drinkwater afirmó que “la tecnología tiene que ver con hacer nuevos materiales, con nuevas formas de mostrar las colecciones y con nuevos canales de distribución: vender online no es suficiente”.  “Una modelo haciéndose un selfie o una falda hecha de móviles no son fashiontech”, reivindicó.

 

 

 

 

 

 

 

En su opinión, la robótica y la realidad virtual son las dos  tecnologías que más impactarán en el sector los próximos años, creando nuevas maneras de fabricar y distribuir ropa. En este sentido, Jonathan Chippindale, director general de Holition, reflexionó sobre “cuál es el rol de la marca en un mundo en que la gente puede imprimir su ropa en casa”.

 

A juicio de Chippindale, la clave para entender el futuro es “cómo la tecnología va a cambiar el comportamiento humano, el papel del consumidor”. “Hay que pensar en las ventajas de la realidad virtual para comprar y en cómo va a cambiar eso el futuro”, afirmó.

 

“Los consumidores actuales están pidiendo facilidades, valor y experiencias sorprendentes, y son estas tres tendencias las que están creando disrupción en modelos de negocio establecidos”, según Terna Jibo, directivo de Portland.

 

 

 

 

 

 

 

Tal y como señaló el experto, en 2020 la Generación Z será el mayor grupo de consumidores de todo el mundo, copando más del 40% de Estados Unidos y Europa y el 10% en el resto del mundo. Por eso, a juicio de Jibo, las marcas deben entender a sus “nuevos consumidores”.

 

“En el pasado, los adolescentes usaban las marcas de moda como una especie se señal social. La Generación Z, sin embargo, tiene mucha más seguridad en si misma”, explicó Jibo. “El porcentaje de adolescentes que decía estar de acuerdo con la frase “me importan mucho mi ropa” pasó del 65% en 1997 al 47% en 2014”, añadió.

 

Así, las marcas deben buscar nuevos elementos para atraer al consumidor, especialmente a sus tiendas. “Si el tiempo es el último lujo y la gente quiere un mayor retorno de la inversión de su tiempo, las marcas deben dar al cliente una razón para ir a su tienda”, explicó.

 

“En la era digital, el retail no significa introducir lo digital en el espacio físico, sino redefinir por completo los modelos de negocio alrededor de las operaciones en un mundo digital”, concluyó.