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Cómo ser un diseñador independiente y no morir en el intento

11 jul 2011 - 00:00

C.Pareja.- Ser indie (abreviación de independiente en inglés) es algo que últimamente está muy de moda. En el caso de la moda española, ser indie no es algo que se elige, sino que se impone. Los diseñadores independientes españoles saben diseñar, son creativos e intentan tener una actividad intensa dentro del sector. El problema llega cuando, además de diseñadores, deben ser gestores de su propia firma.

Gestionar pedidos de clientes, contabilizar las facturas y llevar unas cuentas saneadas sin ningún error, además de no olvidarse de diseñar, estar pendiente de la próxima colección y buscar inspiración para no caer en lo aburrido ni lo monótono. Este es el día a día de un diseñador independiente que carece de la figura de un gestor que lo acompañe. Uno de los principales problemas de los que los creadores emergentes se quejan es la falta de conocimientos para llevar una empresa.

 

Esta semana dará comienzo en Barcelona la pasarela 080 Barcelona Fashion, que, hasta este año, ponía en el escaparate a la moda independiente. En ella, un plantel de creadores emergentes mostrará sus propuestas para la primavera-verano 2012. Empresas consolidadas como TCN o cadenas como Mango se suben a la pasarela, que pretende unir diseño e industria.

 

“Toda la formación de un diseñador independiente es artística y técnica, en la academia no te enseñan a ser empresario, debes tener sentido común y hacerlo lo mejor que puedas”, explica Juan Antonio Ávalos, diseñador independiente. 

 

Ávalos ha llegado a la conclusión de que no sabe si es que en España no se valora el esfuerzo de un diseñador independiente o es que no interesa. “Yo creo mucho en marcar mis retos y lo llevo intentando desde hace tres años, pero cuando no hay una solvencia económica, no puedes producir, y mucho menos distribuir, no puedes hacer frente a todas las trabas que se ponen en tu camino y no te queda más remedio que buscar otra solución”, asegura.  Ávalos ya está pensando en que, quizás, una solución es dejar su propia firma y ponerse bajo las órdenes de un diseñador francés en París. 

 

Celia Vela es la parte opuesta a un diseñador independiente común. Aún siendo una creadora emergente y hacerle frente a los mismos problemas que todos sus compañeros de profesión, Vela tuvo la gran suerte de “estar en el momento indicado, en el sitio indicado”, explica.

 

“Nada más salir de mi primer desfile, una gran grupo japonés que se llama Yamashita se enamoró de mis prendas y me compró casi toda la colección –explica la diseñadora-; desde entonces, el 80% de mi producción se exporta a Japón y yo puedo seguir trabajando como diseñadora en gran parte gracias a ellos”.

Vela habla de los japoneses como sus ángeles de la guarda. “Mi ropa se comercializa en 34 establecimientos multimarca de Japón, frente a los doce en los que tengo presencia en España”, asegura la creadora, que está a punto de abrir su primer establecimiento en el barrio de Ginza, en Tokio.

 

Ambos diseñadores coinciden en que uno de los mayores problemas en la moda española no es otro que ser español. “Si naces en Londres, París o Italia, alguna empresa, por pequeña que sea, se fijará en ti e invertirá en tu creatividad y en tu marca, algo que en España no pasa”, argumenta Vela.

 

“Un diseñador independiente se suele conformar con poco”, explica Ávalos. Los retos de un creador emergente suelen ser vivir de su propia marca e intentar tener un sello propio a la hora de crear: “Yo quiero que la gente, cuando vea una de mis prendas diga eso es de Celia Vela”, sostiene la diseñadora. 

 

Daviddelfín ha sido una de las víctimas del escaso pulmón económico que tienen los diseñadores independientes. El diseñador madrileño tuvo que cerrar el pasado marzo el único establecimiento que poseía. Carmen March, también diseñadora independiente, se despidió de su aventura empresarial el pasado marzo de 2010.

Víctimas de la moda independiente

Pero ni siquiera pasar a formar parte de un grupo de firmas de moda garantiza el éxito de los diseñadores independientes. 

 

AB Diseño y Moda, controlado por participado por la compañía andaluza Artesanos Camiseros, ha sido uno de los pocos grupos españoles que nació con el objetivo de crear un hólding de firmas españolas. Los primeros pasos se dieron con la adquisición de Javier Larraínzar (que posteriormente abandonó la sociedad), Elio Berhanyer (que el año pasado se vio obligado a cerrar su empresa) y Miguel Palacio.

 

Ninguno de los planes de crecimiento diseñados por AB Diseño y Moda se ha hecho realidad y los diseñadores han emprendido nuevos proyectos por su cuenta. El pasado mayo, Artesanos Camiseros entró en concurso de acreedores.

 

Lucía Cordeiro, directora ejecutiva de la Asociación de Creadores de Moda de España (Acme) explica que los problemas de los diseñadores independientes de ahora son los mismos que los de hace veinte años. “Acme gestiona las subvenciones que se emiten desde el Ministerio de Cultura, pero son ayudas limitadas y ningún diseñador puede vivir sólo de esta partida económica”, asegura. 

 

Cordeiro apunta como mayor problema para los diseñadores independientes españoles la dificultad en relación a la producción.  “Los grandes grupos no se han fijado en el diseño español, y los grupos de España no están unidos al diseño, está claro que algo debe cambiar para que el diseño español pueda avanzar”, sostiene.

 

Una de las vías de escape para muchos diseñadores es la venta de licencias. Con ellas, las grandes empresas utilizan su imagen y su estilo para fabricar libretas, bolígrafos o moda de hogar. “Si no eres una persona adinerada, no te queda más remedio que buscar alternativas para poder hacer frente a tu negocio”, afirma Cordeiro.

 

A veces, ni las la venta de licencias es una buena opción. Charo Peres, Javier Larraínzar, Elio Berhanyer, Petro Valverde, Agatha Ruiz de la Prada, Devota & Lomba y Duyos han tenido que recuperar el control de sus licencias de moda nupcial tras la entrada en concurso de Grupo Nupcial Novissima, que hasta hace dos meses operaba con sus marcas en el sector de la moda nupcial y la fiesta.

 

También existen otros noviazgos entre grandes empresas y diseñadores independientes que acaban de despegar, como es el caso de Duyos y Piel, que realizará una colaboración con la compañía para lanzar una edición especial de textil para el hogar 

 

Jordi Puig, de la consultora de márketing y retail Plusvalue, estuvo al frente del Projecte Bressol en Cataluña durante cuatro años. Esta iniciativa consistía en facilitar una pequeña subvención y un pequeño taller a los diseñadores independientes que reunieran una serie de requisitos. El proyecto, que duró cuatro años, ya ha finalizado y ahora empieza un verdadero reto para los creadores emergentes catalanes.

 

“No deben perder la frescura creativa y deben aprender a pasar de ser sólo un diseñador a ser empresarios –explica Puig-; es difícil, pero es algo que, si no tienes los suficientes recursos económicos como para dejar la gestión en manos de otra persona, debes aprender”, concluye el responsable de Plusvalue.