Back Stage

Apple Watch: un enemigo débil para la relojería de lujo

Carolina P. Cela

17 sep 2015 - 04:49

 

El lujo teme y ama, a partes iguales, a Apple Watch. Mientras firmas de moda de todo el mundo se suman a la ola del dispositivo de Apple con correas y accesorios de mil colores, otras compañías ven en su llegada al mercado una amenaza para un negocio tan tradicional como la relojería. Pero, ¿es realmente Apple Watch un enemigo de firmas como Rolex, Baume&Mercier o Hublot? Según un informe de Blueshift, no. La mayoría de expertos del sector considera que Apple Watch no afectará a las ventas de relojes de gama alta, si bien dañará a todos aquellos que entren en la lucha de los wearables.

 

“Los smartwatches no van a reemplazar los relojes tradicionales pero las marcas que están sumándose a la fabricación de relojes inteligentes sí se van a ver condicionadas”, explica el director de márketing de un fabricante europeo de relojes de lujo, en declaraciones a Blueshift. La mayoría de los expertos coincide en que los relojes por debajo de los 1.000 dólares, la gama media, son “los que se van a ver afectados por Apple Watch”, señala otro operador del sector.

 

En referencia al precio del dispositivo, según el estudio, el  77,1% de los encuestados no pagaría nada por el dispositivo de Apple y tan solo el 17,4% estaría dispuesto a pagar entre 350 dólares y 400 dólares.

 

En julio, Las exportaciones de relojes suizos perdieron mercado y sufrieron su mayor caída desde 2009 coincidiendo con la puesta a la venta del nuevo reloj de Apple. La aparición del reloj y que Asia redujo el número de pedidos a Suiza, hizo que la relojería tradicional tuviese la caída más fuerte en cinco años.

 

Pero el reloj suizo no teme a Apple. El país helvético, que es el mayor exportador del mundo, cree que los wearables están lejos de amenazar al dominio que tienen en el mercado de alta gama. A Nick Hayek, consejero delegado del grupo Swatch, no le preocupa Apple “no vivimos al ritmo que marcan en Cupertino. Las que deberían estar preocupadas son las empresas que fabrican esa clase de artilugios: Samsung, LG, Sony, esas empresas están nerviosas. Nosotros no lo estamos”.

 

François Thiébaud, presidente de Tissot  explica que “reconozco que, yo mismo consulto la hora en mi iPad y hay gente que teniendo un smartphone prefiere no llevar reloj, es su opción, pero el reloj tiene algo especial, atrae miradas, y tiene mucho de recuerdo, si es regalo de cumpleaños o te lo has comprado en un momento especial. Y en los dispositivos digitales, si se les acaba la batería, ya no hay reloj”, añade.

 

En los setenta y ochenta en Suiza se perdieron 60.000 puestos de trabajo en la relojería suiza ante la llegada de los relojes digitales asiáticos. La respuesta a este problema la dio Swatch con un modelo 100% suizo que costaba lo mismo que un reloj Seiko o Casio. 45 años después Swatch pretende volver a buscar una solución al cambio con la apuesta por un smartwatch que pretende plantar cara al Apple Watch.

 

Según datos de la consultora de márketing IDC para el segundo trimestre del año, las ventas de los dispositivos han pasado de 5,6 millones de unidades a 18,1 millones de unidades en un año. El dispositivo de la compañía de Cupertino se ha hecho en poco tiempo con una quinta parte del mercado. En el segundo trimestre, la compañía fundada por el estadounidense Steve Jobs, alcanzó 3,6 millones de unidades vendidas.

 

El fabricante norteamericano Fitbit, especializado en la producción de estos dispositivos para la monitorización del ejercicio y el sueño, continúa liderando la lista. La compañía vendió 4,4 millones de dispositivos, frente a los 1,7 millones vendidos en el mismo trimestre de 2014.

 

Apple ha sido el causante de una transformación que, según los analistas de Citigroup, promete modificar el sector del lujo y de la industria relojera en los próximos años. El mercado de los smartwatches podría alcanzar en 2018, un valor cercano a los 10.000 millones de dólares. El reloj de la manzana se enfrenta a diferentes retos. Desde la aparición de los smartphones, la mayoría de la población se ha acostumbrado a mirar la hora en su dispositivo móvil y ha dejado de utilizar los relojes.

 

El Apple Watch se enfrenta a la relojería tradicional apostando por características que, además de atraer al consumidor de moda y lujo también atraen a otro tipo de públicos. Solicitar un taxi, comprobar el ritmo cardíaco, conocer el título de una canción, acceder a una habitación de hotel o revisar las últimas fotos en las redes sociales, son los puntos fuertes del dispositivo. Apple pretende hacer frente al desuso del reloj para consultar la hora apostando por las características físicas, a partir de correas de colores, cajas de acero y materiales exclusivos como oro y brillantes y el gran abanico de aplicaciones que hay disponibles.

 

Apple está llevando a cabo muchos esfuerzos para que los consumidores perciban el Apple Watch no sólo como tecnología, sino también como algo relacionado con la moda que puede ofrecer lujo”, comenta el redactor jefe de la revista Leading Fashion Magazine.

 

El lujo se ha sumado a la batalla de los relojes inteligentes. Uno de los grupos por excelencia del lujo, LVMH, ha anunciado el lanzamiento de un wearable con una de sus firmas, Tag Heuer, a  partir de los próximos meses con un precio inicial de 1.400 euros y en colaboración con Google. Jean Claude Biver, presidente de la división relojera del grupo aseguró que “espero que vendan millones y millones de ellos, cuanto más vendan, más gente querrá algo diferente y vendrá a Tag Heuer”.