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Antonio Ibáñez (Deloitte): “La tecnología en moda va con retraso respecto al turismo o la banca”

El consultor explica que “la tecnología fracasa cuando se compra antes de entender las necesidades de los clientes”.

S. Riera

27 oct 2016 - 04:55

 

Antonio Ibáñez es socio de Deloitte Digital. La consultora ha sumado fuerzas con la tecnológica Apple para acelerar la transformación digital de las empresas. Se trata de un acuerdo que une la capacidad de consultoría y los análisis estratégicos con las herramientas del sistema iOS de Apple. “El objetivo es tener capacidad para llevar iniciativas poco o muy tecnológicas a las empresas, acercárselas”, asegura Ibáñez.

 

Pregunta: El grueso de la industria de la moda está compuesta por pymes. ¿Son herramientas para empresas de este tamaño?

Respuesta: Sí, aunque también para las demás. A las marcas medias que quieren desarrollar aplicaciones en iOS para su relación con los clientes le es difícil encontrar a alguien que se lo diseñe y también se lo implemente. Se trata de realizar diseños afines a la operativa de las empresas.

 

P.: ¿Por qué Apple?

R.: El negocio de empresa de Apple es de más de 25.000 millones de dólares, ya de por sí es muy relevante. Pero creo que le falta estrategia y diseño. Por nuestra parte, a nosotros nos faltaba la tecnología. Nosotros ponemos el thinking y ellos la tecnología. Va a permitir acelerar y a la vez “aterrizar” la transformación digital de manera multisectorial y por supuesto también en moda.

 

 

P.: ¿Qué aporta exactamente a las empresas?

R.: Resolver el mobile tsunami. El móvil juega un papel brutal en el proceso de búsqueda de producto.

 

P.: ¿Qué errores ha cometido el sector de la moda a la hora de implantar nuevas tecnologías?

R.: A veces la tecnología ha ido por delante del análisis profundo de la necesidad del cliente; en estas ocasiones la probabilidad de fracaso de la tecnología es muy alta. Afortunadamente cada día pasa menos. Se trata de entender primero cómo hacemos las cosas más fáciles para el cliente y luego buscar la tecnología adecuada.

 

P.: En pleno ‘boom’ tecnológico, es difícil discernir entre lo que es válido y lo que no…

R.: Prevalecerán aquellas que resuelvan con éxito una necesidad del consumidor y el comprador y, aunque es más difícil, aquellas que generen una nueva necesidad al consumidor, necesidad que debe ser relevante.

 

 

P.: ¿Esto frena la inversión en tecnología?

R.: Las empresas de moda tienen un montón de proveedores tecnológicos, en CMR, métodos de pago, gadgets para tienda… hay muchas compañías diseñando tecnología para el back y el front office y hay cierto cansancio en el sector. Ante la duda de si una innovación es buena o mala, vamos a ver primero qué necesita el consumidor. Es importante averiguar en qué medida esta tecnología resuelve problemas o da experiencia de marca.

 

P.: ¿Cómo definiría el grado de implantación de la tecnología en el sector?

R.: De momento, reducido. Aunque va por barrios. Es decir, en el caso de los jugadores fast fashion, el fast marca mucho lo que hacen y, en el pasado, se enfocaron principalmente en que dicha velocidad llegase a la tienda. Los jugadores high end, en cambio, llevan tiempo enfocándose en la experiencia del cliente como un elemento clave de diferenciación y esto les ha llevado a abordar de manera más intensiva la tecnología.

 

P.: ¿Fast fashion y high end utilizan la tecnología de manera diferente?

R.: En cualquier caso, parece que ambos mundos se están juntando y que el cliente y el modelo de relación con éste va a marcar la hoja de ruta en los próximos años. El fast fashion ahora no ve claro su futuro y empieza a virar en dar una experiencia diferente en tienda. En el lujo, hace más de un año que todos sus actores convergen en ofrecer algo diferente en tienda, mucho más experiencial. Y es aquí donde entra la parte tecnológica. Se trata de gestionar bien todos los canales.

 

 

P.: En tecnología, ¿la moda española también se ha adaptado rápido a la digitalización?

R.: En efecto hay compañías españolas donde su venta online supone ya porcentajes superiores al 10-15% del total de las ventas y también jugadores que han nacido como pure players online. La moda española tiene varias marcas tractoras que sin duda están siendo pioneras en muchos aspectos de la digitalización y que tiran del resto del sector.

 

P.: No obstante, el comparación con otros sectores económicos, ¿cuál es el grado de desarrollo de la tecnología en el sector de la moda?

R.: Si comparamos con otros sectores, todavía queda recorrido. Por ejemplo, respecto al turismo o la banca, la moda lleva mucho retraso. Como los jugadores del sector han estado ahora volcados en el fast fashion y le han dado importancia a la tienda y al producto, van algo por detrás. Ahora, por ejemplo, se empieza a hablar de CRM (herramientas de relación con el cliente) en moda cuando en turismo llevan años con ello.

 

P.: ¿Cuáles serán las próximas innovaciones tecnológicas más comunes en la industria de la moda?

R.: El modelo de relación con el cliente va a cambiar, con herramientas de comunicación personalizadas, así como todo aquello que resuelva la gestión de los diferentes canales.

 

P.: ¿Cuáles son los principales retos para las empresas de moda en este sentido?

R.: La experiencia y diferenciación van a ser más que nunca un elemento de ventaja competitiva, a la vez va a existir una transformación profunda y a la vez natural del punto de venta físico a medida que el ecommerce avance. Todo ello es muy relevante pero quizás el principal reto es qué tipo de moda quiere el futuro consumidor, me refiero al consumidor que entrará en la ventana de gasto dentro de unos años y que ya es completamente digital.