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Anconú, perfumería unisex con esencia internacional

Perfumes sin género que “evocan a lo desconocido”. Así es como define María Gabriela Giménez a Anconú, start up con la que emprendió en 2018 con la idea de crear un producto que reflejara, a través de su aroma, su descubrimiento personal del sector de la perfumería. 

Laura Juanes

14 dic 2020 - 04:44

Anconú, perfumería unisex con esencia internacional

 

 

Impulsado por Instagram y Modaes.es, Fashion StartUp Contest celebra su primera edición en 2020 con el objetivo de poner en valor el dinamismo emprendedor del negocio español de la moda. La iniciativa, que cuenta con la colaboración de EY y El Ganso, también pretende ayudar a descubrir nuevos proyectos empresariales, en un momento particularmente importante para el sector tras el impacto del Covid-19.

 

El proyecto nace con la vocación de contribuir a la visualización de empresas que protagonizarán una nueva generación de éxito en la moda española. Fashion StartUp Contest, cuyo funcionamiento está regido por comité de expertos, ofrecerá una amplia difusión a las start ups seleccionadas y un conjunto de premios al ganador: la start up más prometedora del sector de la moda en España.

 

 

 

Nombre: Anconú

 

Año: 2018

 

Referente internacional: Atelier Cologne

 

Cómo definiría el proyecto en una frase: “Anconú es una marca universal que resalta la individualidad de las personas”

 

Misión: “Promover las fragancias de Anconú a escala universal”

 

Visión: “Ser referentes en el sector de la perfumería, explorando diferentes aromas y materializándolos en perfumes”

 

 

De Venezuela a España, pasando por Francia. María Gabriela Giménez, natural del país sudamericano, emprendió con Anconú en 2018, después de haber estudiado un máster en Gestión de Empresa de Moda en la Escuela de Diseño y Moda de Madrid. Una de sus clases le abrió la ventana de la curiosidad al sector de la perfumería, y después de haber orientado su trabajo de final de máster a la creación de una marca de fragancias, decidió dar un paso más y plasmar a la realidad lo que ya tenía sobre papel.

 

Mientras trabajaba en el grupo argentino de moda Rapsodia, Giménez se dio cuenta de que quería abandonar el sector para dedicarse a la pasión que acababa de descubrir. “Quería volver a involucrarme con el universo de las tiendas, pero no quería que fuesen de ropa”, explica la emprendedora. Encontró en la industria de la cosmética un proyecto que la motivó y que, poco después, se convirtió en su propia marca.

 

Giménez dedicó dos años al proceso de creación de la start up, que finalmente lanzó su primera colección en agosto de 2020. “Anconú marcó un antes y un después”, explica la emprendedora, señalando además que la identidad de la start up se basa, precisamente, en el descubrimiento de lo desconocido y en el reto de explorarlo.

 

Con una inversión inicial de 100.000 euros, gracias al capital propio de la emprendedora, destinada a los procesos de packaging, diseño de marca, branding y producción de los perfumes, Anconú arrancó con su primera colección, que consta de cuatro fragancias.

 

Los perfumes de la start up se producen en Grasse, en Francia, cuna de la industria perfumera. El packaging también se concentra en el país galo, mientras que la logística se gestiona desde Barcelona. Giménez está al frente del negocio desde Caracas, y la comunicación de la marca se hace desde Madrid. “Somos una empresa internacional”, subraya la emprendedora.

 

 

 

 

La start up distribuye sus artículos a través de su plataforma de ecommerce, con la que arrancó desde el inicio debido al contexto del coronavirus. También está presente en tiendas multimarca en Bilbao y en San Sebastián y, desde hace dos semanas, en un establecimiento en Estados Unidos.

 

En la actualidad, el canal online representa el 30% de las ventas de la empresa, y el resto lo copan las tiendas multimarca. “No esperábamos vender tanto a través de nuestra página web, nos sorprendieron los resultados”, confiesa Giménez, que por el momento es la única accionista de la start up.

 

Anconú es, en palabras de su fundadora, “una marca universal” que distribuye a escala internacional. España no es el principal mercado de la start up: sólo representa el 30% de las ventas. El resto se reparte entre Europa, donde Reino Unido, Irlanda o Portugal se ponen a la cabeza, y Estados Unidos, donde la marca ha aterrizado recientemente.

 

El estallido de la pandemia afectó al desembarco de la start up en el plano físico. “Los procesos se ralentizaron porque las tiendas fueron más cautelosas a la hora de dar cabida a más marcas”, explica Giménez. No obstante, la emprendedora asegura que los consumidores han dado una buena acogida al producto, y en la actualidad la empresa está en conversaciones con más establecimientos multimarca en Madrid para extender su presencia a la capital.

 

 

 

 

Como parte de sus planes de crecimiento, la start up prevé gestionar la apertura de pop ups en varios países europeos, como Italia o Reino Unido. Asimismo, los planes de Anconú pasan por dar el salto a Latinoamérica, un mercado muy importante para su fundadora y al que la marca debe parte de su identidad. “A finales del próximo enero, entraremos en México”, apunta Giménez.

 

Abrir una tienda física propia no se encuentra, de momento, entre los planes de la start up. “Antes de la pandemia, preveíamos hacerlo en dos o tres años”, explica la emprendedora, señalando que, atendiendo al contexto del Covid-19, “los planes se han modificado y tendremos que analizar el mercado en un futuro para tomar una decisión”. Pese a esto, Anconú prevé ampliar su línea de producto a medio plazo, con el lanzamiento de artículos de cosmética, como cremas corporales.

 

Anconú salió al mercado en plena pandemia del coronavirus y, aunque se ha visto afectada por los estragos de la crisis, Giménez se muestra positiva. La start up prevé cerrar el ejercicio de 2020 con una facturación de 20.000 euros. “Estamos cerrando negociaciones con tiendas, y esto nos ha dado mucho pulmón”, argumenta la emprendedora, añadiendo además que la empresa espera alcanzar el break even en dos años.