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Álex Molinero (Modacc): “Las empresas españolas tienen que aprovechar el momento en China y expandirse”

Álex Molinero lleva más de una década al frente de la oficina de Modacc en Hong Kong. El experto considera que, si bien la desaceleración China ha impactado en las cuentas de las compañías de lujo, es una oportunidad para las empresas españolas.

Iria P. Gestal

15 sep 2016 - 04:47

Alex Molinero

 

 

Álex Molinero es el director de la oficina de Modacc, clúster catalán de la moda, en Hong Kong. Molinero está al frente de la oficina desde que la Fundación privada para la innovación textil (Fitex) de Igaualada la puso en marcha en 2003. Desde entonces, China se ha transformado por completo, ha ralentizado su crecimiento y se encuentra en plena transición de una economía productiva a una de consumo. Con todo, Molinero, que ha asesorado a compañías como Escorpión, Sita Murt, Cóndor o Losan en su expansión en el continente, asegura que los cambios de consumo y distribución que está atravesando el país son “una oportunidad” para la moda española.

 

Pregunta: La desaceleración de China continental ha impactado en los resultados de muchas compañías internacionales en el último año. ¿Las empresas españolas deberían replantear sus estrategias en el país?

Respuesta: El impacto en el consumo de moda se está produciendo  más en el segmento de lujo, con lo que muchas empresas chinas están redirigiendo sus esfuerzos hacia otro tipo de marcas y tipos de mercado. No están invirtiendo tanto en la categoría de lujo, pero no dejan de invertir en otras marcas que están catalogadas como premium o lujo asequible, y de estas creo que en España tenemos muchas. En este sentido, las empresas españolas tendrían que aprovechar el momento e incluso ampliar su presencia.

 

P.: ¿Cómo han cambiado los hábitos de consumo en China y Hong Kong en los últimos años?

R.: Es importante diferenciar China de Hong Kong, que es un mercado maduro, donde todos los canales de venta están más o menos establecidos y se siguen una serie de reglas más o menos similares a otros mercados occidentales. El consumidor local, por historia, siempre ha estado abierto a nuevas marcas, y eso en Hong Kong donde se mueven las nuevas líneas de diseño.

 

P.: ¿Y en China?

R.: En los últimos diez años ha evolucionado mucho pero, aún con todo, continúa siendo un merado que todavía no ha llegado a su plena maduración, los canales de venta no están bien definidos, los agentes y los distribuidores tampoco… Por eso también hay una cierta inestabilidad. El consumidor se ha dejado llevar un poco por lo que más se veía, y en este aspecto las marcas globales de lujo han tenido su importancia. Pero, ahora, hay nuevos canales, que quizás para nosotros no sean tan nuevos, como el multimarca, que hasta ahora era impensable de ver en China, que están ganando terreno. Está en su estado más incipiente, pero en China las transformaciones ocurren mucho más rápido. De alguna manera, para las marcas españolas que, por historia, se mueven mejor en países donde el canal multimarca está más desarrollado, es una buena oportunidad.

 

 

 

 

P.: ¿Cuál será la siguiente fase?

R.: Cambiar los parámetros de consumo de los consumidores finales, porque habrá mucha más variedad de marcas, no tan conocidas… Los clientes comenzar a valorar diseño, calidad, competitividad, y el juego ya no estará manejado por las grandes marcas de lujo.

 

P.: Con la burbuja de los centros comerciales y la escalada de rentas, ¿cuál es el mejor canal para abordar la región?

R.: Depende mucho de la marca y de sus experiencias también en otros mercados. Si una marca es exclusivamente wholesale hasta ahora en China lo tenía muy complicado, pero las cosas están cambiando. También se habla mucho del canal online; está claro que por las cifras de negocio que se están empezando a dar no se puede dejar de lado, pero siempre recomendamos que cualquier estrategia online vaya acompañado de una experiencia offline. Una marca que no tiene experiencia en Asia, bajo nuestro punto de vista es poco recomendable que su primer paso comercial sea única y exclusivamente a través del canal online.

 

P.: ¿Qué tipo de marcas tienen mejor encaje en el mercado chino?

R.: La marca tiene que estar orientada en la internacionalización, no tiene que ser una novedad para ellos exportar. Si una empresa ya ha hecho su estrategia de expansión ya no digo en Europa, que es casi un mercado local, pero en Latinoamérica, en Estados Unidos, en Oriente Medio… si ha tenido alguna experiencia previa, ya sea positiva o negativa, esto es un valor importante a la hora de plantearse su introducción en Asia. Y que sean flexibles, en este sentido, las marcas que llevan quince años suelen ser más dinámicas que las que llevan setenta.

 

 

 

 

P.: ¿Qué percepción hay en China sobre la moda española, si la hay?

R.: Cada vez más. El calzado made in Spain está muy valorado, tanto en Hong Kong como en China. En este sentido, marca España y producto de calidad y diseño es una conexión casi directa. Y luego, gracias otros grupos españoles conocidos en todo el mundo que también están pavimentando este concepto, a su manera, representan tangencialmente al resto de marcas españolas.

 

P.: A la hora de desembarcar en China, ¿Es fundamental ir con un socio local?

R.: En Hong Kong, depende; en China sí. En China, desde el tema burocrático y administrativo es un mundo aparte, y si la marca está mal guiada puede haber problemas incluso antes de que esté en el punto de venta. Legalmente ya no es necesario ir de la mano de un socio local, pero es recomendable al 100%.

 

P.: Hong Kong se convirtió en los últimos años en la puerta de entrada a China. Con la mayor apertura del país, ¿continúa teniendo este papel?

R.: Yo quiero pensar que sí, pero quizás este papel no sea tan hegemónico como lo fue en el pasado. Hong Kong todavía tiene recorrido en cuanto a introducción de nuevos productos, nuevas tendencias… En este sentido no va a perder mucho peso. No hay que olvidar que muchas ciudades en China como Shanghái, Xiamen, Nankín, también están a la zaga, Hong Kong todavía tiene recorrido a la hora de ser el escaparate en Asia Pacífico. 

 

P.: ¿Pero es necesario estar allí para abordar China?

R.: Sí. Hong Kong continúa siendo un área importante, ya no sólo hacia China, sino como punto estratégico para cualquier marca que quiera definir una estrategia en Asia Pacífico como región. Desde Hong Kong se puede abordar tanto China por proximidad  como planificar una estrategia de introducción de la marca en otros mercados que también están próximos geográficamente como Taiwán, Corea, Japón, Malasia o Singapur, o incluso Filipinas.

 

 

 

 

P.: ¿El descenso de las ventas en la región coyuntural o un hecho puntual por el descenso del turismo chino?

R.: En los últimos cinco años la burbuja en este aspecto se fue incrementado, alimentada también por los turistas chinos que visitaban Hong Kong. La burbuja no ha estallado pero se está deshinchando, no sé si controladamente, pero creo que continuará siendo un punto de referencia, y en lujo en particular también, pero de una manera mucho más racional.

 

P.: Hong Kong se ha marcado el objetivo de convertirse también en un hub creativo y crear sus propias marcas. ¿Deben temer las compañías españolas la competencia local?

R.: Las marcas chinas tienen su importancia dentro del mercado local y siempre se ha hablado que su siguiente paso era la internacionalización, en muchos casos a través de la adquisición de talento occidental para sus departamentos de márketing y de diseño, pero esto se lleva hablando desde hace cinco años y, de momento, y ya le digo que las cosas en China pasan muy rápido, no ha habido ninguna marca china que haya dado el salto en firme y que se haya podido convertir en un actor global en la zona de Asia Pacífico.

 

P.: En aprovisionamiento, China tienen que enfrentarse ahora en nuevos competidores como Bangladesh, Vietnam o Camboya, con costes de producción más competitivos. ¿Cómo ha afectado esto a la industria del país y, en particular, a la de Hong Kong?

R.: En Hong Kong hace años que están viendo este cambio de tendencia. El punto de cambio fue 2008-2009, cuando estalló la crisis financiera, entonces se vio que China estaba perdiendo su nivel de competitividad, no en todos los productos, pero sí en los commodities. En producciones de mucha cantidad y poco valor añadido. Hong Kong ha buscado otros sustitutos y ahora Bangladesh, Vietnam, Myanmar… el nivel de inversión extranjera está liderada por las empresas de Hong Kong. Las mismas empresas que antes gestionaban fábricas en China.

 

P.: Continúa siendo una bisagra, pero en otra dirección…

R.: Exacto. Además, estos mercados, Bangladesh, Vietnam… hasta ahora tienen limitaciones en el aspecto que hay algunos materiales de cierta calidad que no hay autoabastecimiento en el mismo país y tienen que acabar importándolo de China. Todo es un poco relativo. Está claro que hay muchas fábricas en China que han cerrado, pero de alguna manera esto también ha ayudado a muchas marcas que hasta ahora no tenían acceso por cantidades, que eran bastante limitativas en China. Este cambio de paradigma ha hecho que los fabricantes que todavía están en China se especialicen o den un grado de calidad mucho más elevado que en el pasado y sean mucho más flexibles a producir cantidades más reducidas, con muchas más referencias. Creo que China todavía sigue siendo importante en el sector de aprovisionamiento de moda en la cual todavía existe un gran valor añadido.