Back Stage

Afterwork: Alejandro Laquidain, ¡que fluya el entusiasmo!

El director general de Encajes Laquidain y ex presidente del Consejo Intertextil Español (CIE) reflexiona sobre toda una vida dedicada al textil.

P. Riaño

9 oct 2017 - 04:51

QUIÉN

Alejandro Laquidain

 

CARGO Y ESPECIALIDAD

Co propietario y director general de Encajes Laquidain

 

DÓNDE

Hotel Alma, en Barcelona

 

QUÉ

Agua con gas

 

CUÁNDO

19.00 h.

 

FIN DE SU JORNADA LABORAL HABITUAL

“Nunca salgo de casa”

 

 

Afterwork: Alejandro Laquidain, ¡qué fluya el entusiasmo!

 

 

Estoy realmente emocionado por la revolución que viene ahora, me lo estoy pasando realmente en grande”, confiesa Alejandro Laquidain, al frente de la empresa Encajes Laquidain, que fundó su padre, y ex presidente del Consejo Intertextil Español (CIE). En un sector que ha encadenado varias crisis en tres décadas y ha visto cerrar centenares de empresas, hace tiempo que no se oye una voz entusiasta. “Quizá mañana me estrelle, quizá salga mal, pero creo que estoy viviendo mi mejor momento al frente de la empresa y tengo unas ganas bestiales de ver lo que está por venir”, afirma.

 

“Estoy en inversiones en maquinaria, cambios de sistemas de trabajo, pensando en economía circular, en hacer la conexión con los clientes… y en transmitir toda esta revolución en casa, porque cuando transmites entusiasmo, engancha”, explica. “Y ahora tengo a toda mi empresa revolucionada”, subraya.

 

“Hacer equipo es la clave”, sostiene el empresario, quien asegura que hoy en las empresas todo debe fluir, sobre todo el entusiasmo, y si no es así es realmente complicado funcionar. Asegura Laquidaín que quedó atrás la manera de hacer de empresarios como su padre y de las empresas “fiscalizadoras”, en las que un departamento no sabía (ni debía saber) qué hacía el otro. “Tuvo sentido en su momento, pero ya no”, afirma. “Hoy todo el mundo en la empresa aporta cosas”, añade.

 

 

 

 

Ingeniero textil de formación, el empresario, que llama “casa” a su compañía, está convencido de que dirigir es algo que va con uno, que se lleva en el ADN. “Cuando era pequeño, me escapaba para ir a fábrica y robaba cosas, como un cortahilos, que luego mi padre me hacía devolver”, recuerda. Dice que un apellido no hace un buen gerente, si bien hay excelentes gerentes con apellido, “por haberlo vivido, quizás por haberlo sufrido, en primera persona”. El empresario asegura que el peso del fundador marca, “y no siempre a favor”, apunta.

 

Es de los que cree con firmeza que el textil realmente es diferente y hostil para quien es ajeno: “tienes que entenderlo todo, tienes que ser textil”. Incluso dentro de la misma empresa, explica que están los de fábrica y “los otros”.

 

 

 

 

 

 

En 2012, Laquidain se situó al frente de todo el sector como presidente del (CIE). Sin dudarlo, confiesa que “es más complejo moverse dentro de la patronal que en tu propia empresa”. Y asegura que las cosas han cambiado mucho en el escenario empresarial, pasando de una época de vacas gordas, en la que cada uno hacía su camino, a otra de vacas flacas, en la que todos se miraban con recelo, como competidores, hasta recalar en la actual, en la que o se colabora o se sale del juego.

 

Explica que entró en el movimiento organizativo cuando preguntó a su padre por el recibo de su cuota y este no supo explicarle qué era. “La primera vez que asomé la cabeza en la patronal de tules y bordados, aluciné”, recuerda. Le repelió y se indignó. Y, años más tarde, lo cambió.