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Adam Elman (Marks&Spencer): “Nuestro cliente no debe pagar más porque actuemos de manera correcta”

El directivo es responsable global de Plan A, el documento que el grupo británico puso en marcha hace diez años para establecer sus directrices en sostenibilidad.

S. Riera

22 jun 2017 - 04:47

 

 

 

Adam Elman es responsable global del Plan A y de toda la política de sostenibilidad de Marks&Spencer. El directivo, que estuvo en España con motivo de las jornadas Sustainable Brands Madrid, asegura que es más fácil ser sostenible en alimentación que en moda por una cuestión de seguridad y salud pública. No obstante, Elman subraya que la industria textil debe subirse a este carro si quiere perdurar en el tiempo. “Hay un problema de recursos naturales que es necesario solucionar”, subraya.

 

Pregunta: Todo el mundo habla de sostenibilidad. Pero, ¿qué significa exactamente?

Respuesta: En Marks&Spencer empezamos esta andadura en 2007, así que llevamos diez años hablando en ello. De hecho, ya habíamos empezado mucho antes, pero no fue hasta entonces cuando decidimos unir en un documento todas las cosas que estábamos haciendo en sostenibilidad. Y recibimos una respuesta muy positiva por parte de nuestros consumidores.

 

P.: ¿Hubo algún punto de inflexión?

R.: En 2004, cuando Marks&Spencer celebró su 120 aniversario, el entonces consejero delegado, Stuart Rose, dijo que si queríamos sobrevivir 120 años más, no sólo debíamos hablar sobre todo ello, sino que también debíamos liderarlo. Lo hacemos porque creemos que es lo correcto, porque es lo que los consumidores esperan de nosotros, y porque si queremos ser un negocio sostenible, si queremos continuar abasteciéndonos de las materias primas que necesitamos para nuestros productos, debemos pasar a la acción.

 

 

P.: ¿Las empresas que operan en el mass market pueden llegar a ser sostenibles?

R.: No tenemos que ver la gran distribución como algo negativo. No podemos hacer esto sólo para ahorrar costes, aunque hemos aprendido que si haces las cosas de manera sostenible puedes ahorrar dinero. Se hace por algo más importante aún, que es construir una cadena de valor más resiliente. Haces que la gente quiera trabajar para Marks&Spencer. Porque la gente no quiere trabajar con empresas sólo porque ganen mucho dinero sino también porque tengan también un buen propósito. Y también de cara al consumidor, que, a la hora de comprar, puede decidir entrar en una tienda o en otra en base a su grado de sostenibilidad. Es decir, como un elemento de competitividad.

P.: ¿Estamos ante una nueva era industrial?

R.: Sí, porque todo el mundo está trabajando en este mismo objetivo. El tamaño de esta labor es tan inmenso que una sola empresa no puede hacerlo por sí misma. Marks&Spencer, por ejemplo, no puede ser sostenible por sí mismo, sino que lo será en la medida que los demás también lo sean. Hay muchos retos que tenemos todos en común y que sabemos que sólo podremos resolverlos si actuamos de manera conjunta. Todo el mundo está actuando en este sentido y colaboramos con ellos, con empresas como Nike o como Unilever, porque sólo de esta manera podremos hacer la sostenibilidad escalable. Por supuesto, si los grandes operadores nos movemos en este sentido, esperamos que el resto de actores nos siga. Sería esperanzador servir de inspiración para el resto de la industria.

P.: ¿La sostenibilidad necesita ser escalable para ser rentable?

R.: Sí. Y esta es, en parte, la clave. Si todos actuamos en la misma dirección elevaremos la demanda de algodón orgánico o de poliéster reciclado o de cualquier otra materia prima. Cuánta más oferta haya, mejores serán los precios. Nosotros trabajamos desde hace tiempo con varias organizaciones responsables de plantaciones sostenibles de algodón y colaboramos para dar formación a pequeños agricultores en este sentido. Y no estamos solos en ello.

 



P.: ¿Es una apuesta a largo plazo?

R.: Sí, la sostenibilidad no puede pensarse de hoy para mañana. En Marks&Spencer pusimos en marcha el Plan A hace diez años. Hemos avanzado mucho en muchos aspectos, pero todavía nos queda mucho por recorrer. Por otro lado, la magnitud del problema es tal que tampoco podemos actuar en una sola dirección. Al principio, por ejemplo, el reto fue disminuir la huella de carbono, más adelante, actuamos contra la deforestación… Son muchos frentes sobre los que estamos actuando a la vez y observamos que se van abriendo también de nuevos.

P.: ¿Quién está haciendo más presión para este cambio, el consumidor, las ONGs o la propia industria?

R.: Es un mezcla de todos. De la industria, porque de esta manera trata de afianzar su futuro. Y también de la sociedad, claro. Hoy en día, el consumidor no concibe que una empresa no sea sostenible, que no haga las cosas bien, no concibe que se actúe de otra manera que no sea la correcta. Los consumidores hoy quieren saber, se informan y lo comparten en las redes sociales. No puedes equivocarte, porque la presión del consumidor y las redes sociales es muy fuerte. Para su experiencia de marca, necesitan que aquellas que compran actúen de manera correcta.

P.: ¿Se valora la sostenibilidad entre los inversores?

R.: Por supuesto. En Marks&Spencer, tenemos inversores privados, algunos grandes otros más pequeños, y nos hemos reunido con todos ellos, hemos tenido conversaciones con ellos sobre esta cuestión para explicarles cómo estamos actuando. Al final, la sostenibilidad es una manera de que la empresa perdure en el tiempo y, por tanto, que lo haga también su inversión. 

 

P: ¿Hay algún sector que esté liderando en cuestión de sostenibilidad?
R.: No creo que haya ninguno en concreto. Todos estamos inmersos en ellos, desde la alimentación, la moda o la automoción. Hay un problema de recursos naturales que es necesario solucionar. Si el sistema quiere alargarse en el tiempo cien años más debe hacerlo de manera sostenible. Y esto lo tienen claro todos los sectores. Cada uno de ellos, claro, lo está realizando a su manera.

P.: ¿Hay alguna empresa que esté marcando el paso en este sentido?
R.: Tampoco creo que haya nadie que tome la iniciativa al respecto. Todas las empresas estamos avanzando según nuestras características, nuestra actividad y nuestro mercado.

P.: El Plan A de Marks&Spencer aborda la cadena de valor de la moda, pero también la de la alimentación. ¿Es más fácil avanzar en sostenibilidad en alimentación que en moda?
R.: En la alimentación se empezó antes a hablar de estas cuestiones y, por tanto, hay más camino recorrido. En alimentación, la sostenibilidad es más fácil entender y comunicar porque tiene que ver con la seguridad y la salud de las personas. Al final, de ella depende nuestra salud. Todo el mundo, y sobre todo el consumidor, entiende mejor la necesidad de ser sostenible en la industria de la alimentación.

 

P.: ¿Qué ha aprendido la industria de la moda de la alimentación en este aspecto?

R.: Precisamente por la seguridad que implica en la alimentación, se ha conseguido que exista una legislación al respecto. Cuando se trata de los alimentos para el gran consumo, ningún Gobierno duda sobre la necesidad de establecer una normativa al respecto. Pero en cambio, en la moda es diferente. No hay ninguna crisis en la seguridad de los ciudadanos de un país por el hecho de que una prenda esté hecha mediante unas condiciones sociales y medioambientales u otras.

P.: ¿Qué tienen en común ambas industrias?
R.: Lo cierto es que muchísimos aspectos. Para empezar, tanto la industria de la moda como la alimentación implican a la agricultura, ambas elaboran o manipulan sus productos a través de procesos industriales, hay un diseño de prendas o de recetas… Ambas son industrias complejas en las que interactúan muchos actores y cuya subsistencia pasa por la sostenibilidad.

P.: ¿Qué repercusión tuvo en todo ello la tragedia del Rana Plaza?
R.: Efectivamente, la tragedia de Rana Plaza fue una de las peores de la industria. Marks&Spencer, pese a que tiene proveedores de prendas de vestir en Bangladesh, no tenía ninguno en el inmueble del Rana Plaza en el momento en que se derrumbó el edificio. No obstante, en general, sí fue una tragedia que provocó que la industria tomara por primera vez cartas en el asunto en su cadena de aprovisionamiento. A raíz de aquella catástrofe, todo el sector se unió por primera vez para intentar que un caso como aquel no volviera a suceder.

 



P.: ¿Cómo ha cambiado la manera de trabajar con los proveedores?
R.: Cada vez trabajamos más de la mano. Para nosotros también es importante estar al lado de nuestros proveedores y trabajar con ellos. No sólo para trabajar de una manera más sostenible, sino también para hacerlo de manera innovadora, buscando soluciones, mejorando procesos, ahorrando más recursos…

P.: Como muchas otras empresas, publican su lista de proveedores, pero ¿es suficiente?
R.: Nosotros tenemos un mapa interactivo que permite consultar todos nuestros proveedores en todos los lugares del mundo. Al principios del Plan A llevamos a cabo un proyecto piloto con tres factorías para instaurar prácticas sostenibles con el medio ambiente, como ahorro de agua y ahorro energético, además de mejoras sociales y de formación. Más adelante, hemos ido llevando esta experiencia a otros proveedores. Y al final, para trabajar con Marks&Spencer como proveedor será necesario cumplir con estos estándares. Se trata de que las condiciones de los proveedores mejoren y sean más sostenibles y, en consecuencia, nuestra cadena de valor, también.

P.: ¿Este cambio encarece el coste de la producción?
R.: Ahora sí, claro. Pero debemos gestionarlo de tal manera que su coste no termine repercutiendo en el consumidor. De ahí que sea necesario trabajarlo con nuestros proveedores de manera conjunta. Nuestro cliente no tiene porqué pagar más porque nosotros actuemos de manera correcta. La cuestión es que nosotros debemos hacer las cosas bien y dar al consumidor un buen precio. Y este es un trabajo a largo plazo. 

 


P.: ¿La clave del futuro de la industria pasa por la colaboración?
R.: Por la colaboración, pero también por la innovación.

P.: ¿Debe el proveedor asumir todo el coste a la hora de reorientar su actividad y actuar de diferente manera?
R.: Pensamos que se trata de trabajar juntos. Nosotros auditamos a todos nuestros proveedores y a aquellos que no actúan según nuestros estándares les ayudamos a buscar la manera para mejorar. Les ofrecemos asesoramiento, nuestro saber hacer.

P.: Si se fabricara todo en Occidente, donde hay más normativas sociales y mediambientales, la sostenibilidad estaría garantizada…
R.: Bien, también en Reino Unido han proveedores que no actúan de la manera correcta… No obstante, en Marks&Spencer tenemos una red de proveedores por todo el mundo y creemos que funciona. Se trata simplemente de trabajar con los proveedores que realicen las cosas bien y que actúen de manera correcta, estén donde estén.

 

 

P.: La moda, ¿será sostenible o no será?

 R.: Si quiere continuar existiendo en el futuro, si quiere estar aquí dentro de veinte, treinta o cincuenta años, deberá actuar de manera sostenible.

 

P.: Marks&Spencer es miembro de Sustainable Apparel Coalition. ¿Veremos prendas con etiquetas que indiquen si su fabricación ha sido más o menos sostenible?
R.: En SAC, efectivamente, hay un gran número de empresas de gran distribución preocupadas por la sostenibilidad. Y es un buen punto de encuentro para el intercambio de experiencias. El Índice Higg es una de las acciones en las que se está trabajando y consistirá en una etiqueta que acompañará a las prendas para mostrar su grado de sostenibilidad. Es un proyecto interesante, pero insisto, la sostenibilidad va más allá de una etiqueta y consiste en actuar de forma correcta de manera sistémica.