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Abanderado, los Calvin Klein del español de los ochenta

C. P. Cela

14 jul 2015 - 04:46

El primer hombre en España que apareció en calzoncillos en un anuncio llevaba Abanderado. “Los hombres usan Abanderado porque las mujeres compran Abanderado”. Esta frase, que tomó protagonismo gracias a los anuncios de la marca, ha quedado impresa en la mente de toda una generación de los años ochenta.

 

El eslogan es representativo de una época en la que las mujeres compraban la ropa a sus hijos y a sus maridos. El anuncio, que hoy incendiaría Twitter, llevó a la enseña al puesto más alto de la moda íntima masculina en España, convirtiéndola en la marca por excelencia en el país. Abanderado, fundada en 1963 por el grupo Sans, ha vestido desde los pequeños hasta los más mayores en las familias españolas desde los sesenta. Con el permiso de Calvin Klein, que le ha robado protagonismo en los últimos años, Abanderado es desde entonces la marca de calzoncillos por antonomasia en España.

 

La compañía ha cambiado de manos en varias ocasiones durante las últimas décadas. En 1991, el grupo Sans decidió vender la compañía a Sara Lee Corporation. En aquella época, Abanderado atravesó momentos complicados.

 

Después de un replanteamiento mundial sobre los planes de la compañía, Sara Lee Corporation cerró las plantas en España y vendió la empresa a Sun Capital Partners. Más adelante, en 2014, el fondo estadounidense también se deshizo del grupo, que adquirió su actual propietario, la compañía Hanesbrands, también estadounidense, que controla otras marcas como Champion o Maidenform.

 

Abanderado es una de las marcas que forman el grupo DB Apparel. Junto con Princesa, otro clásico del íntimo en España, y Dim, Wonderbra o Playtex, entre otras. Los ingresos de DB Apparel cayeron, en 2014, de 76 millones a 64 millones de euros, y las pérdidas se acrecentaron un 9%, hasta alcanzar los 9,3 millones.

 

Los noventa fueron unos años de cambio tecnológico para el sector de la moda íntima. En España empezó a tomar protagonismo la fabricación sin costuras, el seamless, y compañías como la estadounidense Sara Lee Corporation introdujeron esta nueva tecnología en la fabricación de sus prendas, que abrió paso a nuevas marcas especializadas en esta forma de confección. Una de las firmas que se hizo popular por este tipo de fabricación fue la española Unno, propiedad también del grupo Sara Lee Corporation, que contaba con plantas productivas en Girona y Mataró. Abanderado, por su lado, también promocionó su línea sin costuras.