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2019, el año en que los proveedores volvieron a ser protagonistas

Los primeros eslabones de la cadena de valor reclaman su papel principal aupados por el auge de la sostenibilidad. En el último año ha habido alianzas, inversiones y operaciones corporativas que han devuelto la industria a la primera plana del sector.

IRIA P. GESTAL

25 dic 2019 - 15:00

2019, el año en que los proveedores volvieron a ser protagonistas

 

 

 

Hubo un tiempo en que el valor de la ropa se lo daban la calidad de las sedas y los brocados y la habilidad de los artesanos que tejían o bordaban. La era de los diseñadores y, después, la del fast fashion, arrinconó a los proveedores a un lugar secundario en la cadena de valor, eclipsada por el diseño y la distribución. Ahora, el auge de la sostenibilidad y la trazabilidad da un nuevo protagonismo a la industria de cabecera, que se reivindica como un eslabón clave en los nuevos tiempos de la moda.

 

En el último año, los supervivientes de la industria española han continuado ganando volumen a base de compras, han seducido al capital e incluso han coqueteado con el cliente final.

 

Uno de los protagonistas del año ha sido Jeanologia. La compañía valenciana, especializada en acabados de denim más sostenibles, volvió a seducir al capital y dio entrada a The Carlyle Group, una de las mayores gestoras de fondos del mundo. La empresa, que está también participada desde 2016 por MCH Private Equity, ha duplicado su tamaño en los últimos dos años hasta alcanzar cien millones de euros de facturación en 2018.

 

 

 

 

De la mano de Carlyle, Jeanologia ha elaborado un nuevo plan estratégico que se ejecutará en el transcurso de los próximos cinco años con miras a eliminar los vertidos tóxicos de la industria textil. Para capitanear esta nueva etapa, la empresa, que trabaja para grupos como Levi Strauss o Fast Retailing, nombró en noviembre a Carlos Arias como nuevo director general. Arias se incorporó a la empresa procedente de Winds Group, compañía especializada en producción textil. Tras su fichaje, Enrique Silla, fundador de Jeanologia, continuó ejerciendo como consejero delegado.

 

También Nylstar podría cerrar próximamente una nueva operación corporativa. La compañía española, controlada desde 2016 por Praedium y proveedora de Inditex, Adidas o Lululemon, plantea una alianza con un socio financiero (excluyendo compañías de capital riesgo) para que tome una participación minoritaria a través de una ampliación de capital. Por otro lado, la compañía también ultima la constitución de una joint venture (empresa conjunta) con un socio industrial para implantar tecnología seamless (sin costuras) en sus instalaciones y sus procesos.

 

Desde que pasó a manos de Praedium, el fondo ha invertido más de veinte millones de euros en la compañía. Nylstar se marcó el objetivo de alcanzar unas ventas de diez millones de euros en 2019, lo que supondría un alza del 25%, tras el crecimiento del 50% de 2018. La empresa preveía también alcanzar un resultado bruto de explotación (ebitda) positivo en 2019.

 

 

 

 

Siguiendo los pasos de otros grupos industriales internacionales como Swarovski o Gore, la estrategia de Nylstar en los últimos años está centrada en llevar la marca Meryl hasta el público final mediante etiquetas que acompañan a las colecciones. En este sentido, El fabricante de fibras está posicionando su marca Meryl en las etiquetas de grandes grupos gracias a la apuesta por la sostenibilidad que está realizando el sector de la moda.

 

Para impulsar esta estrategia, la compañía fichó en 2019 a Pamela Meyers, ex jefa de diseño de Athleta, propiedad de Gap, para liderar el área de diseño de las colecciones de prendas de Meryl. La ejecutiva cuenta con más de seis años de experiencia en el grupo estadounidense, donde lideraba las áreas de baño e íntimo.

 

Otro grupo industrial español que se ha acercado al consumidor final en 2019 es Textil Santanderina. El grupo cántabro, controlado por la familia Parés, prepara el lanzamiento de una marca técnica de deporte, que verá la luz en los próximos meses. Con el objetivo de acercarse al público final, la empresa cántabra también lanzó en 2019 el marketplace de tejido Su&Per, cuyo nombre procede de las palabras sustainable y performance. En la plataforma online, Textil Santanderina vende desde un metro hasta un millón de metros de tejidos sostenibles.

 

 

 

Nextil, por su parte, continuó engordando a golpe de compras en 2019, en el marco de su plan estratégico para alcanzar una facturación de 200 millones de euros en 2020. Esta fue la hoja de ruta que marcó en 2014 Sherpa Capital cuando rescató Dogi con la meta de crear a partir de ella un nuevo hólding textil en España.

 

La empresa cerró 2018 con un crecimiento del 16,7%, hasta 73,4 millones de euros, pero engordó sus pérdidas hasta 9,3 millones de euros. De cara a 2019, las previsiones eran entonces “positivas”, tanto en ventas como en margen. En términos netos, Nextil espera sustituir la facturación de stock service, “un mercado de bajo valor”, por las de baño y athleisure.

 

En abril de 2019, la empresa desembolsó 300.000 euros para hacerse con el 51% de Horizon Greendyes, un laboratorio especializado en el desarrollo de procesos de teñido con tintes naturales. Tras la compra, la empresa anunció la puesta en marcha de dos nuevas líneas de producción en El Masnou (Barcelona) y Greensborough (Estados Unidos).

 

 

 

 

Por otro lado, para cubrir la creciente demanda, Nextil comenzó en 2019 a comercializar licencias de uso de su técnica de teñido. La licencia consiste en una solución llave en mano, mediante la cual el fabricante adquiere la maquinaria diseñada específicamente para este proceso, ya sea para el teñido en tejido o en prenda.

 

La de Greendyes no fue la única adquisición que realizó la empresa en 2019. En septiembre, Nextil llegó también a negociaciones muy avanzadas para comprar un proveedor estadounidense, cuyo nombre no trascendió.

 

Para hacer frente a este apetito comprador, la compañía llevó a cabo en 2019 una ampliación de capital de seis millones de euros y aprobó una emisión de obligaciones convertibles en acciones por valor de 7,59 millones de euros.

 

Otro grupo español que ha continuado creciendo a base de compras es Antex. La compañía, con sede en la localidad catalana de Anglés, cuenta ya con instalaciones en México y Brasil y en 2019 se hizo con el control de la empresa alemana Walker Garner.

 

En el último año, la industria española también asistió al renacer de Jumberca. La histórica empresa española de maquinaria de género de punto volvió al mercado diecisiete años después de echar el cierre de la mano de Canmartex, una compañía fundada por exdirectivos del antiguo grupo.

 

Su regreso coincidió con la celebración en Barcelona de la feria de maquinaria textil Itma, que atrajo a alrededor de 105.000 visitantes de 137 países, 20.000 asistentes menos de los previstos inicialmente.

 

 

Movimientos en la industria internacional

El ejercicio 2019 también ha sido agitado para los gigantes internacionales de la industria textil. El movimiento más importante del año fue la venta de Invista a Shandong Ruyi por 2.000 millones de dólares. La operación se cerró en enero de 2019, tras quince meses de negociaciones, e incluyó las marcas (Lycra, Coolmax o Thermolite, entre otras) y todos los activos industriales de Invista, así como una plantilla formada por más de 3.000 trabajadores.

 

Hasta entonces, la compañía estaba en manos de Koch Industries. Tras la operación, el grupo abrió un centro de innovación de 4.500 metros cuadrados en la localidad china de Nanhai para el desarrollo de nuevos materiales y fibras.

 

Apenas un mes después, Invista volvió a abrir su capital y dio entrada a la japonesa Itochu, que se hizo con una participación minoritaria. El objetivo era acelerar las sinergias con Shandong Ruyi, con quien colabora desde la década de los noventa.

 

 

 

 

El siguiente gran salto de Invista podría ser una oferta pública de venta (opv). Shandong Ruyi, dueño también de SMCP, inició en 2019 conversaciones con Goldman Sachs para sacar la compañía a bolsa. El objetivo es completar la operación en un plazo máximo de tres años y levantar quinientos millones de dólares.

 

Otra de las operaciones corporativas de 2019 la protagonizó el fabricante italiano de nylon Aquafil, que debutó en bolsa a finales de 2017. En el último año, la compañía se reforzó en el mercado estadounidense con la compra de su competidor en el país, O’Mara, también especializado en la producción de hilo sintético. Aquafil desembolsó 40,5 millones de dólares en la operación y su objetivo era impulsar la expansión internacional de su nylon Econyl, fabricado a partir de redes de pesca desechadas.

 

En Italia, el fondo de inversión Mandarin comenzó en 2019 a dar forma a una cartera de proveedores textiles. La empresa, a través de Mandarin Capital Partners III, se hizo en el último año con Eurmoda, un proveedor italiano de hebillas y otros accesorios metálicos para artículos de cuero. En paralelo, el grupo está ya en negociaciones para otras dos adquisiciones de empresas con una facturación de entre veinte millones y treinta millones de euros.

 

También las empresas más pequeñas del sector continúan atrayendo el capital pero, en su caso, son los grandes retailers como H&M los que están liderando las inversiones. Una de las start ups más innovadoras del sector es Evrnu, que se dedica a uno de los procesos más estratégicos del upcycling. La empresa separa el tejido ya usado hasta un nivel molecular para realinearlo en una fibra nueva de gran calidad, y trabaja ya para grupos como Levi’s, Adidas o Stella McCartney.

 

En 2019, la empresa cerró una ronda de financiación en la que levantó nueve millones de dólares. La operación estuvo liderada por Radicle Impact y otros inversores como The Mills Fabrica Fund y Giant Leap Fund. Desde su fundación en 2014, Evrnu ha levantado 11,7 millones de dólares de socios como Closed Loop Partners, CycleEffect Regenerative Ventures, Future Tech Lab y Magic Hour

 

 

Alianzas de titanes

Las colaboraciones han vuelto a ser recurrentes entre los gigantes del textil, cada vez más dados a unir fuerzas para acelerar su transformación. Lenzing ha sido una de las más activas en este sentido: la compañía austríaca se alió con la coreana Hoysung, dueña de Creora, para lanzar una colección de tejidos sostenibles.

 

Además, la empresa unió fuerzas con Dupont para el lanzamiento de una colección que combina fibras DuPont Sorona y fibras Tencel Lyocell y Tencel Modal de Lenzing.

Otros titanes que unieron fuerzas en 2019 fueron Fung Group (propietario de Li&Fung, Global Brands o Fung Retailing, entre otras) y Shandong Ruyi. Los dos gigantes chinos del textil crearon un pacto estratégico para buscar oportunidades en el continente africano. Con esta alianza, las dos empresas sumarán sus redes productivas, así como su conocimiento en el ámbito de las marcas y de la distribución.

 

Por África ha apostado también el grupo bengalí Ananta, que fabrica para marcas occidentales como H&M o Gap, y que invirtió en 2019 ocho millones de euros para levantar una nueva fábrica en Etiopía.

 

En paralelo, los grupos del sector han continuado también invirtiendo en solitario para apuntalar sus estructuras productivas. Lenzing comenzó en 2019 a construir la mayor planta del mundo de lyocell, que estará ubicada en Tailandia.

 

La nueva fábrica, que se espera que esté completada en el tercer trimestre de 2020, ha supuesto una inversión de cuatrocientos millones de euros en la primera fase. La factoría contará con una capacidad máxima de producción de 100.000 toneladas de lyocell al año y contará con la posibilidad de operar de hasta con tres líneas en paralelo.