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2019, el año en que la moda española perdió el miedo a la concentración

En 2019, las empresas españolas del sector han perdido el miedo a la concentración y han encaminado sus pasos a conseguir volumen mediante operaciones corporativas.

Pilar Riaño

23 dic 2019 - 05:00

2019, el año en que la moda española perdió el miedo a la concentración

 

 

El sector ha comenzado, tímidamente, a ganar tamaño a través de adquisiciones. Tendam se ha hecho con Intropia, Pronovias ha continuado comprando y Pepe Jeans se lanza a analizar operaciones. Black Toro y su hub de empresas fallido demuestran que no es tan fácil como parece.

 

Uno más uno no siempre suma dos. En el caso de los negocios, muchas veces pueden sumar tres. Y, en la moda, un sector que se enfrenta a la mayor transformación de las últimas décadas, sucede casi siempre. La industria española de la moda ha comenzado, tímidamente, a ganar tamaño mediante adquisiciones.

 

En 2019, las empresas españolas del sector han perdido el miedo a la concentración y han encaminado sus pasos a conseguir volumen mediante operaciones corporativas. Tendam, Pronovias, Pepe Jeans o, en otro tamaño, Ternua representan la avanzadilla de este movimiento, que aunque inicial no está exento de fracasos: Black Toro y su fallido hub de empresas demuestran que no siempre es tan fácil.

 

 

 

 

En un contexto convulso, con el retail en transformación y sólo el 50% de las compañías españolas de moda logrando mantener al alza las ventas, según la edición de 2019 del Barómetro de Empresas de Moda en España, el sector continúa buscando aliados para ganar tamaño y escala. Las operaciones corporativas se posicionan como una opción sobre la mesa en gran parte de las compañías españolas del sector.

 

Un 26% de las empresas españolas del negocio de la moda asegura que ha realizado o planea realizar una operación corporativa a corto plazo, de acuerdo con el Barómetro. Este porcentaje se ha mantenido bastante estable durante los últimos ejercicios, con el 28% registrado en 2018 y el 25% de 2017.

 

La tan ansiada y aclamada concentración en el negocio español de la moda parece que, por fin, comienza a hacerse realidad. La falta de tamaño de las empresas y, por tanto, de atractivo, había jugado hasta ahora en contra del sector en el país. Ahora, son grupos plenamente profesionalizados y controlados o participados por capital riesgo los que están impulsando este movimiento, al tiempo que los empresarios familiares se muestran cada vez más dispuestos a vender.

 

 

 

 

En un sector formado por pequeñas y medianas empresas, las operaciones corporativas pueden representar para muchas compañías la posibilidad de acceder a recursos (desde aprovisionamiento hasta fuentes de financiación) inalcanzables sin tamaño. Para las compañías compradoras, por su parte, las operaciones corporativas permiten maximizar los resultados de modelos operativos ya afinados. Con tamaño se multiplican los resultados.

 

 

Tendam comienza a comprar

Tendam es uno de los grupos españoles que más claro lo tiene desde hace años. Con el ascenso de Jaume Miquel a la primera línea directiva, la compañía propietaria de Cortefiel, Women’secret y Springfield dedicó tres ejercicios a afinar su estructura tanto financiera como operativa, para ahora poder apalancar más marcas sobre ellas.

 

El modelo operativo de Tendam, desde las compras hasta la llegada al mercado, es hoy una máquina perfectamente engrasada, sobre la cual la compañía controlada por CVC y Pai está colocando más y mejores marcas. Por un lado, la empresa está elevando el posicionamiento de los conceptos que ya controla y, por otro, se ha abierto por fin a las compras, tras meses sondeando el mercado en busca de operaciones.

 

Marcas infantiles, de moda joven (el grupo se interesó en el pasado por Blanco, por ejemplo) o de diferentes tipologías de producto (la compañía ha demostrado con Women’secret que se desenvuelve bien en los nichos) eran algunas de las opciones planteadas por los expertos. Sin embargo, la opción escogida ha sido finalmente Intropia, una firma de moda femenina que opera en un segmento de mercado medio alto.

 

 

 

 

 

 

A finales del pasado noviembre, Tendam se hizo con el control de las marcas Hoss, Intropia y Hoss Intropia tras la entrada en liquidación de la firma de moda en febrero. ¿Por qué Intropia? Primero, por oportunidad y, segundo, por su posicionamiento: Tendam prosigue así su camino hacia el segmento premium mass market, en el que el margen queda más protegido.

 

 

Pepe Jeans, en busca de oportunidades

La compañía española Pepe Jeans, controlada por el fondo libanés M1, está en una fase anterior a la de Tendam, pero con compras sobre la mesa en fase de análisis. La empresa acaba de comenzar un plan de reorganización para poder continuar apalancando marcas sobre su estructura, que se sumarán a Pepe Jeans London, Hackett, Façonnable y a las licencias de distribución en España de Tommy Hilfiger y Calvin Klein.

 

Pepe Jeans está ya analizando operaciones para crecer con compras. “El plan que tenemos en marcha creará una estructura que permita apalancar nuevas marcas y crecer”, señalaba Marcella Wartenbergh, consejera delegada de Pepe Jeans, en diciembre. “Con esta nueva base que crearemos y todos los skills que tenemos, estamos en posición compradora buscando marcas que podamos transformar, con las que podamos hacer double digit profitability”, desarrollaba la ejecutiva.

 

 

 

 

La compañía, cuyos ingresos superan los 530 millones de euros y cuenta con más de 3.000 empleados, se vuelca así en convertirse en una compañía todavía más grande siguiendo el modelo de gigantes como Kering en lujo o VF en moda urbana. “Todo lo que no toque al consumidor lo podemos centralizar, pero las marcas deben ser independientes y mantener sus sedes y equipos”, afirmaba la directiva.

 

El origen del grupo español Pepe Jeans hay que buscarlo, precisamente, en una operación corporativa, cuando los directivos españoles de la empresa se hicieron con su control mediante un management buy out (MBO). Más tarde, Pepe Jeans tomó el control de Hackett y, más recientemente, de Façonnable.

 

 

Pronovias, conseguir volumen en el nicho

Ha sido necesario que Pronovias pase a manos de un grupo inversor para que pueda ganar de verdad volumen manteniéndose en el nicho. La empresa española de moda nupcial, controlada por BC Partners, lleva varios años inmersa en una agresiva apuesta por las adquisiciones, la última de las cuales ha tenido lugar en 2019.

 

 

 

 

 

El pasado julio, Pronovias se hizo con el control de la empresa holandesa Lady Bird por un importe que no trascendió. Propiedad hasta entonces de Olaf van den Brink, la compañía concentra su negocio en países del norte de Europa, especialmente Bélgica, Alemania y  Reino Unido, así como los países escandinavos y Europa del Este. Pronovias gana así penetración geográfica.

 

Un año antes, BC Partners se había hecho con la empresa italiana Nicole, líder en el negocio de la moda nupcial en Italia, uno de los mercados más relevantes de Europa. Nicole fue fundada en 1996 por Carlo Marco Cavallo y Alessandra Rinaudo, que ha pasado a integrarse en la estructura de diseño de Pronovias.

 

La búsqueda del volumen mediante adquisiciones es, prácticamente, la única vía de crecimiento de Pronovias, muy asentada ya en Europa. La compañía, que se centra también en su desarrollo geográfico en Estados Unidos y China, tiene claro desde la adquisición por parte de BC Partners que su prioridad son las adquisiciones. De hecho, en el momento de la operación corporativa, en 2017, Pronovias señaló que uno de sus ejes estratégicos sería “liderar la integración del fragmentado mercado de vestidos de novia”.

 

 

Ternua, un pequeño ambicioso

De Arrasate/Mondragón (Guipúzcoa) al mundo. La ambición de Ternua Group se está acelerando con compras. La compañía, uno de los líderes españoles del segmento outdoor con la marca Ternua, se vuelca en la creación de un grupo que pivote sobre el deporte y la moda. Este grupo español sigue el modelo del gigante del lujo Kering y el binomio entre Gucci y Puma y se marca como objetivo evolucionar de una empresa local de sportswear a un grupo de marcas de moda y deporte en 2030.

 

La empresa, controlada por la familia Lasa y con una facturación que supera los 26 millones de euros, se hizo con el control de Lorpen (fabricante de calcetines técnicos) en 2015. En 2019, la compañía ha ejecutado una nueva adquisición y ha comprado la firma de moda masculina y femenina Loreak.

 

Ternua Group lleva meses sondeando el mercado en busca de oportunidades para seguir creciendo mediante compras. “Buscamos un perfil concreto, que nos aporte algo que no tengamos –señalaba Juan Luis Lasa, presidente de la empresa, el pasado octubre-; Lorpen nos dio tecnicidad e internacionalización y Loreak nos aporta creatividad y diseño y experiencia en retail”.

 

 

 

 

Hoy en día, la empresa opera con las marcas Ternua, especializada en outdoor; Lorpen, de calcetines técnicos; Astore, con una oferta de moda deportiva que se acerca a la moda, y Loreak, de moda urbana masculina y femenina.

 

 

Black Toro, el ejemplo fallido

Black Toro se introdujo en moda con la ambición de crear un grupo de empresas a partir de adquisiciones. Sin embargo, después de tres años de adquisiciones aceleradas, la compañía cerró 2019 despidiéndose del negocio de la moda, habiendo llevado a los juzgados a todas sus participadas y con conflictos judiciales abiertos con algunos de sus fundadores.

 

La primera adquisición en moda de Black Toro fue la de Marypaz, cerrada en 2016. La empresa sevillana de distribución de calzado se encontraba en concurso de acreedores y Black Toro la rescató de los juzgados.

 

Después de Marypaz, el fondo tomó el control de Amichi, en una operación asesorada por Pedro Valdecantos. Black Toro desembolsó 15 millones de euros para convertirse en accionista mayoritario de la empresa de moda femenina fundada por la familia Amich. La marca se traspasó a la sociedad Michizara.

 

La tercera operación llegó en 2018. La empresa extremeña Forecast, de moda masculina, se encontraba también en concurso de acreedores y la sociedad Mistic Triunfo se hizo con ella. En aquel caso, Black Toro no entró en el capital, sino que concedió un préstamo con opción de compra para financiar la adquisición.

 

 

 

 

 

La última operación tuvo lugar en 2019. Trucco fue rescatada de los juzgados el pasado mayo. En el plan de liquidación, Black Toro figuraba como comprador recomendado por el administrador concursal. Sin embargo, la compañía no terminó pasando al cien por cien al fondo, sino que fue adquirida por el equipo gestor y Black Toro tomó sólo el 3%.

 

Sin embargo, el ejercicio 2019 ha sido el del desmantelamiento del pretendido grupo de empresas de Black Toro. En agosto, el grupo inversor llevó a concurso a la sociedad Disedis (que controla la red de tiendas de Amichi) al no poder cumplir con los plazos acordados con los acreedores para el pago de la deuda. Esta decisión dejó en el aire a las otras participadas de la compañía, especialmente a las de menor tamaño, Trucco y Forecast.

 

En octubre, Black Toro dio la estacada final a su hólding. El fondo dejó caer Marypaz, que entró en concurso por segunda vez, lo que la abocó a la liquidación. La entrada en los juzgados fue fruto de la “falta de apoyo financiero en la reestructuración de la deuda y la obtención de fondos para desarrollar el plan de crecimiento de la compañía”, explicaron entonces desde la empresa de distribución de calzado.

 

 

 

 

La historia de Marypaz tiene, de momento, un final feliz, pues a finales de noviembre el empresario Álvaro Pellón, a través de la sociedad Crocea Mors, firmó la adquisición de la empresa sevillana. La compra, realizada con el apoyo de la familia Aguaded, fundadora de Marypaz, permitió mantener 700 puesto de trabajo y 125 tiendas en España.

 

 

Más movimientos: los concursos vuelven a España

A lo largo de 2019, el negocio español de la moda ha vuelto a vivir una oleada de concursos de acreedores, que han afectado principalmente a empresas de tamaño pequeño y mediano. La caída del consumo y las dificultades de acceso al crédito han terminado por dar la estocada a muchas compañías, la mayoría de las cuales han entrado en fase de liquidación.

 

El ejercicio comenzó arrastrando el concurso de acreedores de la firma de joyería Carrera y Carrera, que había entrado en los juzgados a finales de 2018. La compañía madrileña, propiedad de inversores rusos desde 2012, fue sondeada por varios inversores interesados en comprar la unidad productiva, pero no terminó de llegar a un acuerdo.

 

También de finales de 2018 venía el concurso de la firma de moda de baño TCN. En febrero, tras meses de negociaciones, finalmente Endurance Partners, el antiguo propietario de la empresa de íntimo, traspasó a la sociedad catalana Nath, dueña también de la burgalesa Ory, los derechos de la marca TCN. La oferta de la compañía tarraconense era la única que había quedado en firme para hacerse con la unidad productiva de la sociedad Noeco.

 

 

 

 

Tras los rescates de TCN y Bora Bora (este último a finales de 2018), llegaron más movimientos en moda de baño: Red Point cambió de manos en octubre. La empresa, fundada en 1982, fue adquirida por Guasch Hermanos, una histórica compañía de íntimo y pañuelos participada por la familia Puig. Red Point, liderada por Alfonso Gálvez, fue fundada en 1982 y tiene su sede central en la localidad de Llagostera (Girona).

 

Quien no logró encontrar un comprador fue Sybilla. En marzo, la diseñadora, que en 2015 recibió el Premio Nacional de Moda, puso fin a su segundo intento de crear una marca de moda. La creativa, una de las diseñadoras españolas que ha tenido mayor reconocimiento internacional, rastreó el mercado hasta el último momento en busca de un socio para salvar el negocio.

 

Los elevados costes de la empresa y la dificultad por cumplir los tiempos del plan de viabilidad que firmó con los acreedores para salir del último concurso abocaron el nuevo proyecto de Sybilla al cierre. En marzo, el juez rescindió el convenio de acreedores firmado en 2014 y decretó la liquidación de la sociedad Programas Exteriores, con la que operaba.

 

 

 

 

También empresas jóvenes han entrado en los juzgados a lo largo de 2019. The Hip Tee, por ejemplo, presentó concurso voluntario de acreedores en marzo. La empresa, fundada en 2009 por Claudia Hernández y Claudia Fabra, fracasó en la búsqueda de inversores. La compañía de calzado Howsty, por su parte, entró en los juzgados en septiembre. La empresa estaba participada por Alberto Dubois y Rafael Abitbol.

 

En septiembre, la compañía española de moda femenina presentó concurso voluntario de acreedores tras acogerse al preconcurso en junio.  La empresa, con sede en Madrid, operaba en España con dos tiendas propias en la capital española, además de dos puntos de venta en los centros de El Corte Inglés de Paseo de la Castellana y El Bercial (Getafe).

 

En calzado, la compañía alicantina Paco Herrero solicitó en septiembre concurso voluntario de acreedores para las sociedades Paco Herrero y Paco Herrero Export. La empresa, con sede en Elda, era una de las de mayor trayectoria en la región.

 

Paco Herrero había acelerado su internacionalización en los últimos años para compensar la caída del consumo en el mercado español. El grupo se había marcado como objetivo que dos terceras partes de sus ventas procedieran del extranjero para esquivar las dificultades por las que atraviesa el multimarca español de calzado desde la crisis.

 

 

 

 

Y en moda infantil, Barcarola, especializada en moda fiesta y ceremonia para niños, presentó concurso de acreedores en marzo. La empresa, con sede en Valencia, ha estado liderada hasta ahora por la segunda generación de la familia fundadora, con Javier y Víctor Rodrigo al frente. Barcarola nació en 1987 de la mano del empresario Javier Rodrigo, quien ocupó la presidencia de la Asociación Española de Artículos para la Infancia (Asepri) entre 2016 y 2018.

 

Sin embargo, la mayor decepción del año fue la decisión de Perfumes y Diseño de dar carpetazo a su proyecto de moda. El grupo madrileño, especializado en la producción y distribución de perfumería selectiva, anunció en septiembre su intención de vender Delpozo, tras años de inversión en el reposicionamiento de la firma formada a partir de Jesús del Pozo.

 

“Para Perfumes y Diseño el mayor volumen de negocio viene marcado por la perfumería selectiva, a la que se va a dedicar en exclusiva a partir de ahora y en la que se van a centrar todos los esfuerzos tanto en innovación como en expansión de negocio”, explicó entonces la compañía de perfumería.