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Domingo Cruz (MFShow): “En las pasarelas se necesitan iniciativas que partan del capital privado para evitar los vaivenes políticos”

S. García

31 jul 2014 - 04:53

Domingo Cruz es fundador de MFShow, la pasarela madrileña que se estrenó en septiembre de 2011 y que se ha consolidado con una propuesta de desfiles y actividades paralelas. Cruz sostiene que en España se debe aceptar que la pasarela es el reflejo del negocio de la moda del país. En este sentido, el promotor de MFShow subraya que la moda española la forman tanto diseñadores como gran distribución. Cruz es partidario de la consolidación de iniciativas con financiación privada y cree que desfilar es prescindible si una marca lo hace pero luego no tiene una red de distribución en la que poder encontrar sus productos. En septiembre, MFShow celebrará la primera edición de MFSHOW Forum, organizado junto a Modaes.es.

 

Pregunta: MFShow es una pasarela relativamente nueva y se ha incorporado a un calendario en el que hay otros eventos con más años de trayectoria. ¿Cómo han cambiado las pasarelas de moda en España?

Respuesta: Uno de los cambios más importantes que se han producido es la aceptación de que la moda en España no son sólo los diseñadores, sino también las grandes cadenas y los grupos de gran distribución. Aceptar eso y darles el sitio que les corresponde es lo que permite a España tener un lugar en el mundo en lo que a moda se refiere, aunque no todo el mundo lo ha entendido todavía.

 

P.: MFShow ha iniciado otras actividades más allá de la pasarela. ¿Por qué?

R.: La moda no es sólo la pasarela y la ropa que se compra en la tienda. La moda es cultura, industria, comercio, educación… y hay que contarla desde todos esos puntos de vista. Sin escuelas no habría diseñadores, sin ellos no se diseñaría la ropa que luego se vende en la tienda, es un círculo en el que unos dependen de otros y en el caso del proyecto de MFShow consideramos que tiene que vivir la moda en todo su espectro. Hay mucho más detrás del negocio de la moda y tenemos que contárselo al cliente final.

 

P.: Entre estas iniciativas está el MFShow Forum, que se celebrará el próximo 11 de septiembre. ¿Qué objetivo tiene la puesta en marcha de este foro?

R.: Queríamos crear un contenido de valor que se diferenciara de lo que ya existía en España y acercarnos a la base, a la gente que está intentando hacerse un hueco a través de iniciativas propias que, en la mayoría de los casos, surgen de invertir todos sus ahorros en ellas. Lo que pretendemos es explicarles que es posible y que esa es la manera de que surjan nuevas iniciativas. En otras capitales del mundo quienes consiguen que la economía remonte son los emprendedores y nosotros queremos poner el foco en ese punto y apoyarles de alguna forma a que creen sus proyectos y perseveren en ellos.

 

P.: ¿Cuál cree que es el papel que juegan las pasarelas de moda actualmente?

R.: Al final las pasarelas son una herramienta de comunicación para presentar las marcas de forma masiva. La pasarela es un escaparate, pero hay que quitarse la venda de los ojos y no pensar que sólo los grandes creadores son los que tienen que apostar por la pasarela. Ejemplos de ello son Topshop y H&M, que también desfilan. Las grandes corporaciones también tienen que estar ahí, porque las pasarelas deben exhibir creaciones que luego se puedan vender, que el cliente pueda comprar.

 

P.: En los últimos años han surgido distintas iniciativas de moda con financiación privada. ¿Cree que el sector está variando su modelo de financiación pública a privada?

R.: Esto es ya una realidad, porque no se puede vivir toda la vida del Estado. Se necesitan iniciativas que, aunque en algún momento cuenten con apoyo de instituciones públicas, partan de la independencia del capital privado. Esto permite no depender de los vaivenes políticos, que aunque no quieran acaban definiendo los eventos. Las iniciativas privadas consolidadas se rigen por otros intereses más allá del político.

 

P.: ¿Qué pueden aprender las pasarelas españolas de las internacionales?

R.: Por un lado de su alto grado de privatización, como es el caso de Nueva York o Londres, que además cuentan con un amplio espectro de actividades. La pasarela española también se tiene que quitar el miedo de que convivan distintas marcas en un espacio, unas más de diseño y otras más masivas.

 

P.: ¿Qué puntos fuertes tienen las pasarelas españolas?

R.: La mayor fortaleza es su capacidad de sobrevivir, pero necesitan un cambio radical y de fondo muy grande. Se está empezando a reinventar Cibeles y eso es un comienzo, porque al fin y al cabo es quien marcó la línea. Pero hace falta una línea clara para enseñar lo que realmente España aporta al conjunto de la moda a nivel internacional.

 

P.: Entonces, ¿por qué el sector internacional no incluye a España en el calendario mundial de la moda?

R.: La moda es el reflejo de lo que es el país y en España existe esa mezcla entre marcas masivas y de diseño, por lo que la pasarela española debe superar los complejos y contar lo que aporta a la moda internacional. Un comienzo es la participación de una marca como Desigual en Cibeles. A nivel internacional, las pasarelas tienen claro que enseñan lo que pasa en la moda en sus países y la gente sabe perfectamente dónde tiene que mirar y España todavía no lo hace.

 

P.: ¿Debería haber más coordinación entre las distintas iniciativas que hay en España (ferias, pasarelas, etc.)?

R.: Totalmente. Hay ideas y proyectos que están intentando unir fuerzas, pero falta mucho camino por recorrer. Tener una imagen de moda en España tan fragmentada la convierte en más débil. Si hablamos de Nueva York, se piensa en su Semana de la Moda, luego está Miami con la moda baño y Milán con el prêt-à-porter. Cada ciudad y cada país están definidos y está todo muy marcado; en España, en cambio, hay un popurrí muy fragmentado, por lo que cuesta proyectar una imagen sólida de lo que quiere contar.

 

P.: ¿Qué le aporta a una marca desfilar en una pasarela?

R.: Por experiencia lo que les da es comunicación y posicionamiento. Además, es un proceso de esfuerzo y superación que tienen que hacer cada seis meses para recrearse y reinventarse cada temporada, se ve una evolución y el interés por superarse para crecer. Es algo muy bonito de ver y para las marcas un reto constante.

 

P.: Entonces, ¿es rentable desfilar?

R.: Si tienes un plan de comunicación detrás y aprovechas la pasarela para generar una imagen sí lo veo interesante. Si una marca desfila, pero luego no hay donde comprar la ropa, lo veo un gasto innecesario.

 

P.: Antes a los desfiles podían acudir sólo unos cuantos privilegiados mientras que ahora se apuesta por tecnologías como el streaming. ¿Cómo han impactado las nuevas tecnologías en las pasarelas internacionales?

R.: Hay una gran inmediatez ahora. Aunque lo que se ve en la pasarela no llega a las tiendas hasta un año después, la gente lo solicita para ya. La tecnología ha acercado la moda al público en general y a la vez ha hecho que las marcas tengan que ser mucho más rápidas. Ha supuesto una gran democratización de la moda y una exigencia mucho más alta para las enseñas, que tienen que estar mucho más atentas y logísticamente ser más ágiles.

 

P.: Ha habido desfiles en los que se ha probado dispositivos como las Google Glass para ver una parte que nunca puede verse del desfile. ¿Hacia dónde van las pasarelas? ¿Cómo ve el futuro en un periodo de cinco o diez años?

R.: Al final lo que se verá es mucha más inmediatez. La pasarela es una herramienta de comunicación que se tiene que adaptar a lo que pide el sector en cada momento. Por ello, las marcas tienen que utilizar todas las herramientas a su alcance para comunicar. Cada vez será todo más inmediato, como por ejemplo el poder comprar looks que estás viendo en ese momento. Además, también pienso que migraremos hacia un sector cada vez más de extremos, es decir, mientras las marcas de gran consumo cada vez serán más inmediatas y llevarán a cabo eventos en los que la pasarela será un elemento más, las de lujo serán más elitistas, se diferenciarán cada vez más, y realizarán presentaciones más selectas, de forma más privada. La Semana de la Moda de Nueva York ya ha empezado a reducir el aforo de sus desfiles, por lo que, no parece el cambio tan lejano.