Empresa

Birkenstock se hace fuerte en España: abre filial en el país y coloca al frente a una ex directiva de Desigual

S. Riera

16 oct 2015 - 04:54

El calzado de Birkenstock pisa fuerte en España. La compañía alemana, con sede en la localidad de Neustadt, redobla su apuesta por el mercado español impulsada por el boom de su calzado ortopédico gracias a la moda de las ugly shoes. La empresa ha creado estructura en el país con la puesta en marcha de una filial, al frente de la cual está una ex directiva de Desigual, Laura Beigveder.

 

Birkenstock es uno de los grandes grupos alemanes de calzado. La empresa, cuyos orígenes se remontan a 1774, sigue pilotada por la familia fundadora. En la actualidad, al frente del grupo está la sexta generación de la saga familiar. Birkenstock, que empezó a exportar en la década de los setenta, cuenta con una plantilla de más de 3.000 empleados en todo el mundo. La empresa comercializó en 2014 casi veinte millones de zapatos, el doble que en 2012, en un total de 87 países.

 

El grupo puso en marcha la filial española en marzo de 2015 después de operar en el país de la mano de un distribuidor local. España es junto a Estados Unidos, Brasil y Hong Kong, uno de los pocos países donde la compañía ha creado su propia estructura.

 

Hasta ahora, la distribución de Birkenstock en España estaba gestionada por la sociedad Footwear Distribution Spain, con sede en la localidad alicantina de Crevillente. El administrador de esta empresa, José Quirant, es en la actualidad el representante en España de la enseña de calzado Zaxy, propiedad del gigante brasileño Grendene.

 

Al frente de la nueva sociedad española, Birkenstock Spain, se encuentra Laura Beigveder. La directiva se incorporó a la empresa procedente de Desigual, donde era responsable internacional de la división de calzado y deporte. Beigveder fue también directora comercial de la línea de calzado y accesorios de Tommy Hilfiger en España y Portugal.

 

El éxito de Birkenstock se ha edificado en torno a un modelo de sandalia anatómica, cuyos orígenes se remontan a 1896 en la ciudad de Frankfurt. Fue entonces cuando el zapatero Konrad Birkenstock realizó el primer diseño de una plantilla a la que nombró Das Blaue Fussbett (la plantilla azul, en alemán). Las primeras zapatillas con aquella plantilla tuvieron ya una gran acogida en las regiones cercanas.

 

El modelo clásico de Birkenstok surgió en 1964 y logró una gran acogida en la década de los setenta entre el personal médico y sanitario. Una década después, las sandalias se popularizaron entre otros colectivos, como los hippies y algunos hogares de la clase media con conciencia medioambiental. La enseña dio el salto a la moda en 2012 cuando la directora creativa de Céline, Phoebe Philo, utilizó las sandalias para el desfile de su colección de primavera-verano.

 

Los hermanos Christian y Alex Birkenstock son los actuales propietarios de la compañía, cuya gestión recae sobre el consejero delegado Oliver Reichert y el director general Markus Bensberg. El grupo asegura que continúa fabricando a mano todas sus piezas en cuatro centros de producción en Alemania.