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Ottodisanpietro, veinte años de lujo silencioso

Iria P. Gestal

10 jul 2015 - 04:42

Ottodisanpietro, veinte años de lujo silencioso

 

 

Ottodisanpietro sobrevive como un oasis de lujo en la ciudad que vio nacer al rey del fast fashion. En la calle Juan Flórez de A Coruña (donde se encuentra también la primera tienda de Zara del mundo) casi toda una manzana está dominada por este multimarca consagrado al lujo discreto.

 

Aunque las puertas son de cristal, el interior de la tienda de mujer apenas se vislumbra desde la calle. Dentro, el local es silencioso y minimalista, y las paredes blancas dan todo el protagonismo a las prendas colgadas en los percheros. Unas escaleras de caracol conectan la segunda planta de la tienda con las oficinas. Allí, Elida Nogueira, fundadora y directora general de la compañía, reconoce el peso que su gusto personal ejerce en la selección de prendas de la tienda.

 

“A mí me gusta, como decía Armani, la elegancia discreta -admite-; a los clientes que entendieron esta filosofía fue muy fácil fidelizarlos”. La pasión de Nogueira por el diseñador italiano hizo que Ottodisanpietro fuera en los noventa la tienda que hacía las mayores compras a Armani en toda España. Nogueira reconoce que “la marca es fundamental” para las ventas, aunque las prendas no lleven siempre un logo reconocible.

 

El salto al online llegó de la mano de la hija de la fundadora, Verónica Infante. “Lo hicimos pensando en darnos a conocer en el resto de Galicia y en compensar con clientes extranjeros el clima de A Coruña, que disminuye las ventas del producto de verano”, explica.

 

Sobre la crisis del multimarca, Infante se muestra escéptica: “los grandes de la moda online son multimarca”, dice. Reconoce que muchas firmas están apostando ahora por abrir flagships que desbancan a los multimarca en las grandes ciudades “pero  firmas como Prada no van a abrir un flagship aquí”, concluye.

 

Ottodisanpietro nació en 1986 de la mano de Elida Nogueira, entonces directora para España de la firma italiana de moda femenina del mismo nombre. Cuando la empresa matriz cambió de manos, Nogueira decidió convertir el establecimiento en un multimarca de lujo, donde al principio se vendían sólo firmas italianas. La década de los ochenta, dice, fueron el periodo más duro: “cuando todavía no estábamos en la CEE, nos cobraban un 30% de aranceles por importar desde Italia”, explica. La crisis, dice Nogueira, ha afectado a la compañía porque supuso un cambio de actitud. “Los clientes de clase media desparecieron, y los que podían no compraban por miedo”, señala.