Empresa

Silbon o cómo lanzar una marca con 3.000 euros

27 abr 2010 - 00:00

P. Riaño.- Silbon se está convirtiendo en un pequeño fenómeno. La marca de moda masculina ha comenzado a hacerse conocida en su comunidad natal, Andalucía, y, menos de un año después de producir su primera serie de prendas, se plantea dar el salto al resto de España. Una inversión mínima, márketing de guerrilla y proveedores externos son las claves de esta marca que aspira a competir con Hackett y Scalpers.Los cordobeses Rafael Díaz y Pablo López están detrás de Silbon, que tomó el nombre de un pato en una visita al zoológico. Ninguno de los dos tenía experiencia previa en la industria textil, pero se unieron para lanzar Silbon después de que Díaz regresara de un periodo en Madrid, en el que trabajó como dependientes en cadenas como Caramelo y Tommy Hilfigher. “Quería crear algo pero no tenía conocimientos, por eso me trasladé a Madrid”, ha explicado Díaz en una entrevista a Modaes. A principios de 2009, comenzaron a madurar la idea de lanzar su propia firma de moda y en el verano de ese mismo año produjeron su primera serie de treinta americanas, que se pusieron a la venta en una habitación de su casa. “Con la inversión inicial y lo que fueron dando las americanas, comenzamos a crecer y lanzamos nuestra segunda producción: jerséis”, recuerda Díaz, el único de los dos socios que dedica todo su tiempo a la empresa. La inversión inicial en la empresa fue de 3.000 euros, dividida a partes iguales entre Díaz y López. Mientras Díaz, de 33 años, se ocupa de controlar la producción de las prendas y del diseño, López, que cuenta con 30 años, se encarga de las finanzas de la compañía.Silbon se dirige a un público masculino y joven y sus prendas se venden a un precio medio de entre 120 euros y 130 euros. “Los hombres jóvenes siempre buscamos ropa diferente, es algo que en el mercado hoy en día no encuentras –explica Díaz-; una americana entallada, un jersey diferente… no a todo el mundo le encaja, pero siempre hay un público que lo busca”. La falta de competencia en el mercado de la moda masculina es el motivo que les ha impulsado a poner en marcha Silbon en plena caída del consumo a pesar de que el hombre es el primero que recorta su presupuesto para vestuario en periodos de recesión. Las prendas de la marca, con una estética muy parecida a la de la marca española Scalpers, son producidas en varios talleres españoles. En Granada, por ejemplo, se confeccionan las americanas y los abrigos; en Salamanca, el género de punto; y en Lleida, las corbatas. “Jugamos con unos márgenes pequeños, de momento, por eso podemos vender a precios asequibles”, señala Díaz.Hoy en día, las prendas de Silbon se comercializan únicamente en Córdoba, en un piso en el centro de la ciudad propiedad de la familia de uno de los socios. “Todavía no hemos entrado en el canal multimarca, por eso asistiremos a la próxima edición de la feria The Brandery para abrir nuestra distribución”, afirma Díaz. La presencia en la feria de Barcelona les servirá también para darse a conocer, ya que la marca no ha realizado hasta ahora ninguna campaña de márketing. “Nuestras herramientas han sido las redes sociales y el boca-oreja, además de estar en eventos clave de Andalucía”, señala el fundador. La empresa, que empezó a facturar a finales del año pasado, comercializará la modesta cifra de 200 americanas y cien jerséis (entre otras prendas) en la presente colección primavera-verano. Para el ejercicio 2010, los dos socios se han marcado un objetivo ambicioso: abrir su primer punto de venta propio. Tal y como explica Díaz, estará ubicado en el centro de Córdoba y ya están comenzando a negociar algunos locales. “Hemos tenido ofertas para montar tiendas y crecer más rápido, pero las hemos rechazado porque creemos que es mejor ir despacio”, señala Díaz.