Empresa

Puig abraza el ‘big data’: el grupo interactúa con sus clientes con monitores en el punto de venta

F. Marín-Camp

3 jul 2015 - 04:53

 

En la estrategia de Puig, la ciencia supera la ficción. El gigante catalán de la perfumería está llevando a cabo un proyecto para conocer los hábitos de sus clientes y, a través de ellos, mejorar el servicio a los consumidores e incrementar las ventas. Según han informado a Modaes.es fuentes del sector, la compañía está instalando unos monitores en el punto de venta que, a través del big data, darán información al grupo sobre sus clientes. Esta tecnología está siendo desarrollada en la sede central del grupo, en Barcelona.

 

El big data es el sistema basado en la acumulación de datos a gran escala con la finalidad de ser usados para identificar patrones recurrentes. Aunque la definición resulta algo complicada, esta ciencia proporciona, a través de algoritmos matemáticos, mucha información a quien cruza y analiza estos datos.

 

La aplicación de esta herramienta a través de monitores de cara al público ya es una realidad en la T1 del Aeropuerto de Barcelona, donde se está realizando una prueba piloto con Paco Rabanne. La compañía se encuentra en negociaciones para llevar esta tecnología en los establecimientos de otras compañías de distribución de perfumería.

 

Los monitores, que son interactivos, se colocan en una parte de la tienda bajo el nombre de una de sus marcas, como Carolina Herrera o Paco Rabanne, por ejemplo. En forma de mueble expositor, Puig ofrece sus fragancias para que el consumidor las pruebe y, a la vez, le proporciona información sobre el producto que escoge. Se trata, según estas mismas fuentes, de dar al comprador una experiencia de compra diferente incorporando tecnología al mobiliario.

 

Aunque actualmente esta tecnología es sólo una aplicación con la que el consumidor interactúa, las posibilidades de desarrollo son muy superiores. En el futuro, esta herramienta podrá indicar qué lugar de la tienda obtiene un mayor volumen de ventas o, incluso, detectar cuántas veces el consumidor ha cogido un frasco y cuántos minutos lo ha tenido en la mano, mediante la inserción de una pequeña pegatina transparente en la base de las botellas de muestra.

 

La tecnología que contiene el mueble registra los datos y los cruza en una gráfica que incluye la información del público potencial, la de los consumidores que han mirado a la pantalla y la de aquellos que han interactuado con el monitor. Esta herramienta de análisis en el punto de venta se sirve de la estadística para cruzar los resultados con el número de personas que han acabado realizando una compra.

 

Fundada en 1914, Puig es la octava empresa de perfumería del mundo. El grupo es dueño de marcas como Nina Ricci y Paco Rabanne, y posee las licencias de otras como Valentino o Prada. La compañía catalana alcanzó 1.508 millones de euros de facturación en 2014, repuntando sus ventas un 0,6% respecto al año anterior. El beneficio de Puig se elevó un 0,8%, hasta 177 millones de euros.

 

La empresa familiar, liderada por Marc Puig, se hizo en el pasado ejercicio con las marcas de nicho Penhaligon’s y L’Artisan Parfumeur. Los planes de Puig pasan por elevar sus ventas un 33% hasta 2017. El año que viene, la compañía engordará su negocio en 150 millones de euros con la integración de los perfumes de Jean Paul Gaultier.